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¿Qué te ha pasado, Arthur?

Arthur apuntaba muy alto cuando llegó al Barcelona, pero sus constantes lesiones han hecho de su paso por Europa, de momento, un calvario

Arthur Melo con el Barcelona
BARCELONA, SPAIN - SEPTEMBER 24: Arthur Melo of FC Barcelona plays the ball during the Liga match between FC Barcelona and Villarreal CF at Camp Nou on September 24, 2019 in Barcelona, Spain. (Photo by Alex Caparros/Getty Images)

La vida puede llegar a ser muy caprichosa. ‘Dios da pan al que no tiene dientes’, dice el refrán. En España, el 99,8% de jugadores federados (cerca del millón en 2022) no llegan al fútbol profesional. O lo que es lo mismo, sólo el 0,2% consigue derrumbar el muro de la élite. Un fortín, para muchos, inexpugnable. Dentro de ese círculo privilegiado que es el profesionalismo, hay futbolistas que aparecen y desaparecen como una estrella fugaz. Es el caso, por ejemplo, de Miguel Palanca, aquel joven que debutó con el Real Madrid en el Camp Nou en 2008. Sustituyó a Sneijder en el 36’, cuajó una buena actuación, estuvo cerca de anotar y, poco después, se le perdió la pista. Hay otros a los que se les pone un techo demasiado alto y acaban teniendo una carrera fructífera. Bojan Krkić, que recientemente ha colgado las botas, es uno de ellos. Y, por último, están los que irrumpen como futuras estrellas, se les compara con grandes del balompié y, al final, todo se queda en eso, en meras comparaciones. Arthur Melo es uno de los fiascos futbolísticos más grandes de la última década. Se le llegó a poner en el mismo saco que a Xavi o Iniesta, y lo único que ha llegado a compartir con ambos fue la posición.

Arthur llegó a Barcelona en julio de 2018, previo pago de 31 millones de euros, procedente del Gremio de Porto Alegre. Con 21 años -ese mismo agosto hizo 22- se convertía en una de las grandes esperanzas del futuro barcelonista. De hecho, el propio Messi elogió al brasileño nada más comenzar la temporada. “Todos los fichajes son muy buenos, pero si me tengo que quedar con uno, el que más me gusta es Arthur. Me ha sorprendido”, declaró el argentino. Pero las palabras del capitán no fueron suficientes para que Ernesto Valverde apostara por él como titular. 

Rakitic y Busquets eran innegociables para el ‘Txingurri’. El tercero en discordia era a veces Arturo Vidal; otras, Philippe Coutinho y, de vez en cuando, el propio Arthur o Sergi Roberto. Pero el 5-1 frente al Real Madrid en el Camp Nou, con el brasileño en el centro del campo, iba a decantar la balanza a su favor. El barcelonismo comenzaba a ilusionarse. Con el ocho a la espalda, fueron inevitables los dichosos paralelismos que, a veces, tanto perjudican. Duraron poco. Comenzó el calvario. 

Las lesiones fueron su viacrucis. Durante su primer año en el Barcelona, estuvo 46 días de baja, perdiéndose diez partidos. La fragilidad del mediocentro brasileño empezaba a estar en el punto de mira del cuerpo técnico y la afición. También estuvo en el foco del debate durante la catástrofe de Anfield. Arthur había sido titular en los cuartos de final de aquella Champions, tanto en la ida como en la vuelta frente al Manchester United, un doble duelo que se saldó con un global de 4-0 favorable al Barça. Ya en las semis frente al Liverpool, Arturo Vidal jugó en la ida. Tras el 3-0 en la Ciudad Condal, Valverde repitió el mismo once, aunque, con el 3-0 en contra ya en el marcador, decidió cambiar al chileno, uno de los pocos que se salvó de la quema para los aficionados y la prensa ese día. “Sólo Vidal estuvo a la altura” o “La prensa salva a Arturo Vidal” fueron algunos de los titulares que se podrían leer. Otros, sin embargo, también reclamaron más presencia de Arthur en el once. La presencia física de Vidal se había impuesto al toque de Melo. 

Pero el declive no se iba a quedar ahí. La 19-20 fue aún peor para sus intereses. 89 días -14 partidos- sin que Valverde primero y luego Setién pudiesen contar con él. A eso le debemos sumar sus polémicas alejadas del césped. Entre ellas, escaparse al cumpleaños de Neymar justo antes de los cuartos de final de la Copa del Rey frente al Athletic (que acabaron perdiendo los culés por 1-0), su fugaz pero a la vez mediática escapada a Andorra para practicar snowboard o la imprudencia de conducir un patinete eléctrico sin casco mientras usaba el móvil. Eran los indicadores de una decisión evidente. La secretaría técnica del Barça no dudó en intercambiarlo por Pjanic y 12 millones.  Un trueque que dio mucho que hablar, pues la tasación del bosnio, para muchos, no era de 60 millones. Finalmente, el tiempo ha dado la razón a aquellos así lo creían, pues la reciente sanción de puntos a la Juventus, y la inhabilitación de gran parte de su cúpula directiva, se ha debido precisamente al aumento deliberado del valor de los jugadores para poder intercambiarlos con otros clubes, en el ya conocido como ‘caso Plusvalías’. Entre ellos estaba Pjanic. 

Las lesiones fueron su viacrucis. Durante su primer año en el Barcelona, estuvo 46 días de baja, perdiéndose diez partidos. La fragilidad del mediocentro brasileño empezaba a estar en el punto de mira del cuerpo técnico y la afición.  También estuvo en el foco del debate durante la catástrofe de Anfield

Melo decidió dejar una última perla antes de incorporarse a la Juventus. En agosto de 2020, accidentó su Ferrari contra una farola en Palafrugell, una localidad costera catalana. Dio 0,55 en el test de alcoholemia. Y con eso, se marchó a Turín. 

El conjunto ‘bianconero’ apostó fuerte por él. Una ficha elevada, un rol importante e idéntico resultado. Tras nueve partidos de baja, los transalpinos, como habían hecho los catalanes, siguieron confiando en su figura, pero la cosa no daba indicios de mejoría. Más bien todo lo contrario. En julio de 2021 pasó por el quirófano por una calcificación en la pierna derecha; comenzaba así la temporada con el pie izquierdo. El coronavirus hizo acto de presencia, y también su mermado tobillo. 14 partidos fueron los que Arthur vio desde la grada ese año. La paciencia de la Juve se había terminado. 

Todavía quedaba algún equipo interesado en sus servicios. El Liverpool, que debió creer en la resurrección del brasileño, se hizo con sus servicios. Pero Jürgen Klopp, en cambio, no le dio confianza. Cero titularidades con los ‘Redsdurante el inicio de la Premier League. Llegó a jugar en la liga de filiales, una mala situación que tuvo su guinda en octubre: otra operación por problemas musculares. Quizás se pueda achacar tanta poca fortuna al número 13, el de la mala suerte, pues esos eran los minutos que había disputado el jugador con el primer equipo hasta el momento de pasar por quirófano. En 145 días fuera, se ha perdido 26 partidos y todo apunta a que el conjunto inglés no va a ejecutar la posible compra tras la cesión.

Volverá a la Juve, que está por ver si sigue interesada en reintroducirlo en sus filas. Arthur sigue esperando el billete definitivo para triunfar en Europa.

 


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Fotografía de Getty Images.