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Pauleta: de las Azores al Helmántico

Antes de brillar en París, Pauleta fue ídolo en Salamanca, hace 25 años: devolvió a la ciudad a Primera y fue protagonista en inolvidables victorias ante el Barcelona

“Reykjávik aparece en las canciones como un lugar al que escapar cuando la vida se complica y los amores se rompen. Supongo que porque está lejos, porque está tan lejos que pensamos que los problemas y las preocupaciones no podrán perseguirnos hasta allí”, cuenta, de su viaje a Islandia, Axel Torres en las primeras líneas de El Faro de Dalatangi. Si para muchos la libertad, la tranquilidad, la paz, el todo, la nada, radica en las islas, porque los problemas y las preocupaciones no pueden entrar por carretera, para los que nacieron en las islas la libertad, la tranquilidad, la paz, el mundo y todo lo que hay en él, quizá radica en tierra firme, porque los problemas y las preocupaciones no pueden salir por carretera. Pauleta, Pedro Miguel Carreiro Resendes, nació en 1973 en las Azores, en Ponta Delgada, y fue feliz en Salamanca.

Llegó al Helmántico en el verano del año 1996, tras destacar en el Estoril Praia. El Salamanca había vuelto a Segunda tras quedar último en Primera con solo 33 puntos, a nueve de la permanencia, y armó un equipo para recuperar la categoría, con incorporaciones del fútbol español (Míchel Salgado, cedido del Celta de Vigo, o Loren Morón, central procedente del Mérida y padre del delantero del Betis) y sobre todo del fútbol luso. Llegaron cinco hombres del Os Belenenses (Everton Giovanella, José Américo Taira, César Brito, Tomislav Ivković y Catanha), además del entrenador João Alves, jugador del Salamanca en los 70. El equipo charro comenzó el curso con mal pie, con cinco derrotas en ocho jornadas que se llevaron por delante a Alves, pero mejoró de la mano de Andoni Goikoetxea en el banquillo: ya solo cedería dos derrotas más, a principios del 1997 y ante el Badajoz y el Mallorca. A partir de ahí enhebró 20 partidos sin caer, con 13 victorias y siete empates. El Salamanca acabó segundo, a un punto del Mérida.

Fue, de lejos, el equipo más goleador del torneo (72 tantos, casi dos por partido): fue, de hecho, el único equipo que superó los 60 goles. De los 72, 19 llevaron la firma del Pauleta. Marcó tres dobletes y un hat-trick, contra el Toledo en la única victoria cono Alves, y fue el máximo artillero de Segunda, empatado con Yordi (Atlético de Madrid B). Completaron el top-10 Juan Carlos Paniagua (Almería), con 16, Quique Martín (Mérida) y César Brito (Salamanca), con 15, Daniel Toribio (Albacete) y Turu Flores (Las Palmas), con 14, Moisés García León (Leganés) y Constantin Gâlcă (Mallorca) y Michael Obiku (Mallorca), con 13. Aquel curso, más de la mitad de los 72 goles, 40 en total, se consiguieron con pasaporte portugués: 19 de Pauleta, 15 de Brito, 4 de Taira y uno de Agostinho y de Paulo Torres. En esa plantilla había siete jugadores lusos.

 

Pauleta anotó 14 goles, casi una tercera parte de los 46 de su equipo. Solo jugó una temporada en Primera con el Salamanca, pero es el cuarto máximo artillero histórico del club en la categoría

 

El curso siguiente hubo seis, porque se fueron Agostinho, Nuno Afonso y Miguel Serôdio y llegaron Rogério Brito, procedente del Os Belenenses, y Tulipa. Incluso la publicidad de la camiseta Joma era portuguesa: Expo’98 Lisboa. En el vestuario había jugadores de Portugal, Brasil, Rumanía, Croacia, Italia, Argentina, Perú, Serbia, Bélgica e Israel, además de España. Aquel verano llegaron nombres como Bogdan Stelea, portero del Steaua de Bucarest, los defensas Marco Lanna (Roma), Dubravko Pavličić (Hércules) y Korino (Athletic), el centrocampista Edu Alonso, también procedente de San Mamés, o el delantero Walter Silvani, del descendido Extremadura. Y el equipo celebró una sufrida salvación: acabó con 45 puntos, empatado con el Racing (14º) y el Tenerife (16º) y con un margen de seis puntos sobre el descenso directo (Mérida y Sporting, colista con 13 puntos) y de un punto sobre el Compostela y la promoción de permanencia. Pauleta anotó 14 goles, casi una tercera parte de los 46 de su equipo. Solo jugó una temporada en Primera con el Salamanca, pero es el cuarto máximo artillero histórico del club en la categoría, solo por detrás de Juanito Díaz (25) y José Ramón Corchado y Miquel Corominas (16, uno más). En la Liga 1997-98 solo marcaron más goles que él Christian Vieri (24, Atlético), Rivaldo (19, Barça), Luis Enrique (18, Barça), Darko Kovačević (17, Real Sociedad) y Lubo Penev (16, Compostela).

Pauleta, el ’21’ del Salamanca, marcó un hat-trick, en un 4-1 contra el Deportivo, y tres dobletes, en las jornadas 33 (6-0 ante el Valencia), 35 (4-0 ante el Sporting) y 38 (1-4 ante el Barça para conquistar la permanencia, el 15 de mayo del 1998). “Marcar ante el Barça es lo más grande para cualquier futbolista, porque es el mejor equipo del mundo. Mis dos tantos de hoy son muy importantes, porque sirven para seguir en Primera. Es una satisfacción enorme”, reconoció el delantero luso. Marcó el 0-2 en el minuto 52, con la derecha, y el 0-3 en el 54′, con la cabeza, ambos tras pases de la muerte desde el perfil derecho del área. El argentino Silvani había hecho el 0-1 en el primer acto y Brito haría el 0-4 en el 72′, solo un minuto después de sustituir a Pauleta. El Barça, que ya era campeón, maquilló el resultado en el 89′, con el primer tanto de Jofre Mateu en Primera. “Jugando así habríamos ganado a cualquiera”, afirmó el técnico visitante, Txetxu Rojo, recientemente fallecido. “Ha sido un espectáculo. Podríamos haber ganado por siete u ocho goles, aunque es distinto jugar con un objetivo que hacerlo sin motivación”, aseguró el presidente, Juan José Hidalgo. Mundo Deportivo tituló ‘Apaga y vámonos’ y ‘Adiós con sonrojo’.

Fue la segunda victoria del curso a domicilio, justo en el momento más necesario, y fue la segunda victoria del la temporada ante el Barcelona, ya que el Salamanca ya había batido al cuadro ‘culé’ en la primera vuelta: la noche de Reyes, en el Helmántico. El equipo perdía por 1-3 a falta de 12 minutos, por los goles de Sonny Anderson, Luis Enrique y Giovanni, pero acabó ganando con dos goles de Brito, en el 80′ y el 83′, y uno de Silvani, en el 87′. Fueron el segundo y el tercer máximos goleadores del equipo, con siete y seis goles y muy por detrás de Pauleta. El luso fue titular en ese partido contra el Barça, pero no marcó. “Este partido no tiene ninguna explicación”, diría Louis van Gaal. “Nosotros, que somos un equipo humilde, nos hemos sentido grandes, aunque ahora hay que recordar otra vez que seguimos siendo humildes. Esta victoria ha sido un premio”, remarcó Txetxu Rojo. Aquella temporada, Pauleta también debutó con la selección portuguesa. Y celebró sus primeros goles con el combinado luso: con un total de 44 goles en 88 partidos, sería el máximo artillero histórico del equipo, incluso por delante de Eusébio (41), hasta que Cristiano Ronaldo (118) pulverizó su récord.

 

Pauleta nunca se olvidó ni de Salamanca ni del Salamanca. Ha regresado más de una vez a la ciudad. “Me hace mucha ilusión venir. Aquí empezó a despegar mi carrera como futbolista profesional e internacional. Son muchos recuerdos”, dijo en 2019

 

Pauleta cambió el Helmántico por Riazor al final de esa temporada y el equipo charro echó de menos sus goles en la siguiente, la 1998-1999: solo anotó 29 tantos, 17 menos que en la 1997-98, y solo un jugador superó las tres dianas, el argentino Martín Cardetti (5), fichado del River Plate. El Salamanca acabó último con 27 puntos, a nueve de la promoción y a 13 de la salvación directa. Pauleta se fue a La Coruña y después brilló en el Girondins del Burdeos (máximo artillero de la campaña) y en el Paris Saint-Germain (máximo artillero de la competición gala dos cursos y 109 goles, además de máximo goleador histórico antes de Edison Cavani, Kylian Mbappé, Zlatan Ibrahimovic y Neymar), pero nunca se olvidó ni de Salamanca ni del Salamanca. Ha regresado más de una vez a la ciudad. “Me hace mucha ilusión venir. Aquí empezó a despegar mi carrera como futbolista profesional e internacional. Son muchos recuerdos. He venido con mi mujer y estamos visitando los sitios donde yo más estaba”, dijo en 2019 en La Gaceta de Salamanca. “Cuando ves este estadio tan lindo te entran ganas de volver a jugar”, añadió. Un año después, en una entrevista en la agencia EFE, admitió que “me dio una pena tremenda que el Salamanca desapareciera, porque el Salamanca era un club diferente”.

Para los nacidos en los 90 Pauleta fue uno de tantos Trinche Carlovich: hombres que nunca pudimos ver, como máximo en algún resumen de Futbol Int o programas similares, pero sabíamos que estaban ahí, sobresaliendo. Para los nacidos en Salamanca verle debió ser tan hermoso como andar por las Azores y pensar que los problemas y las preocupaciones no podían perseguirte hasta allí.

 


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