3 de setiembre de 2005. Minuto 39 de partido. Uzbekistan gana 1-0 a Bahrein en el partido de ida de la última repesca hacía el Mundial de Alemania del siguiente año. Los uzbekos, una selección creada en 1992 tras la caída de la URSS, están cerca de su primera hazaña futbolística de grandes dimensiones. Penalty a favor y el sueño mundialista más cerca. Cuando anotan ese penalty millones de uzbekos ya se ven en tierras germanas pero un pitido les despierta. No estaban soñando, pero si que van a vivir una pesadilla en los próximos días.
En un error sin precedentes el arbitro, el japonés Toshimitsu Yoshida anuló el lanzamiento de penalty y lo convirtió en un libre indirecto a favor de Bahrein. Se justificó en que el delantero uzbeko había entrado antes al área. Las quejas de los Lobos blancos fueron reiteradas durante el partido y tras acabarlo y tenían razón para quejarse pues fueron doblemente perjudicados: Primero por una decisión errónea del colegiado y luego cuando la FIFA decidió que el partido debía repetirse y Uzbekistan (que había ganado el primer partido 1-0) no pudo pasar del empate a uno contra Bahrein que a la postre le supuso quedar fuera del Mundial de Alemania en 2006.
Al japonés Yoshida lo aportaron de por vida de los partidos internacionales y Bahrein se convirtió en la bestia negra de Uzbekistan, pues la selección del Golfo Pérsico ya había sido el verdugo de Uzbekistan en los cuartos de final la Copa Asia 2004, que se resolvieron por penaltis. Una injusticia que sirvió para situar a Uzbekistan en el mapa futbolístico y tenerlo en cuenta de cara a las próximas fases clasificatorias hacia el Mundial y en la Copa Asia.
Uzbekistán decidió entonces apostar por técnicos europeos pero el experimento no funcionó y la selección no obtuvo los resultados esperados, consumados con una pésima actuación en la fase final de clasificación hacia el Mundial de Sudáfrica. Fue entonces cuando la Federación decidió apostar por el entrenador de moda en el país, Mirjalol Qosimov. Este uzbeko de 43 años llevó al FC Bunyodkor (el club más grande del país) a las semifinales de la Champions Asiática, luego se convirtió en consejero y ayudante de Zico y más tarde volvió al club para sustituir a Felipe Scolari. Desde 2010 compagina las tareas de Seleccionador Nacional y entrenador de las Golondrinas, donde ha tenido el honor de tener a sus órdenes a Rivaldo. Qosimov cuenta con una gran reputación y no solo en Uzbekistan puesto que el reciente ranking del IFFHS de mejor entrenador del mundo le situa en el puesto 14, por delante de Blokhin (Dynamo de Kiev) o Hitzfeld (Suiza) y el juego que práctica su Bunyodkor fue alabado por la prestigiosa Goal.com, nombrando a su entrenador como el Mejor Entrenador del mes de mayo en 2012.
Qosimov y luego Abramov consiguieron que Uzbekistan diese un paso adelante y con un fútbol más europizado plantase guerra a los grandes del continente oriental. Unas semifinales de Copa Asia (6-0 ante Australia en el partido menos asiático de la competición puesto que jugaban un combinado ex-soviético y un conjunto perteneciente a Oceanía) y la reciente gran actuación en la fase de clasificación hacía Brasil 2014. Solo el gol average negativo con Corea del Sur les ha privado de sacar el billete directo hacía Sudamérica y ahora deberán jugar una eliminatoria ante Jordania para luego batirse, en caso de salir vencedor, con el quinto clasificado de la CONMEBOL. Así pues, ocho años después de la catástrofe de 2005 y con el entrenador de moda al frente, Uzbekistan está cerca de redimirse y conseguir estar en un Mundial por primera vez en su historia. Esperemos que no haya penaltis, árbitros japoneses y partidos de repetición por en medio.