Muchas veces valoramos más lo que no tenemos a lo que verdaderamente es de nuestra posesión. Esta realidad es extrapolable, como casi todo, al fútbol. David Silva, Juan Mata, José Callejón, Suso o Borja Valero tienen en común que todos ellos han triunfado en el extranjero y ninguno de ellos tenía la misma valoración en España. Si bien es cierto que habían dejado huella en la Liga, en cuanto se marcharon a Inglaterra o Italia se empezó a pensar que quizá sí eran tan buenos como parecía o incluso mejores. A Luis Alberto le sucedió algo parecido, aunque en absoluto se parece a la historia de esos futbolistas.
En las dos temporadas y media que lleva el gaditano en Roma se ha convertido en uno de los jugadores ofensivos más diferenciales del calcio. Su curso 17/18 es para que Luis Alberto le pudiera mirar a la cara a cualquiera. Tras tantos años donde la continuidad escaseaba, en clubes como Sevilla, Barcelona o Liverpool, ha encontrado su lugar en la Lazio. El año pasado todas las miradas se dirigieron hacia Milinkovic-Savic, algo lógico, pero posiblemente la importancia del futbolista español fue como mínimo similar a la del serbio. Milinkovic-Savic gana partidos, pero Luis Alberto también. El serbio anotó 12 goles en Serie A; el español, once; e Immobile, 29. Casi nada. Este curso ninguno de los tres está repitiendo esas cifras, pero sus últimos meses se están pareciendo cada vez más a lo que demostraron un año atrás.
Para darse cuenta de que Luis Alberto es un futbolista absolutamente diferencial, tan solo hay que ver sus actuaciones con la Lazio. Todo pasa por sus botas, ya sea para darle continuidad al juego, filtrar últimos pases, asistir o finalizar jugada. Es la armonía del equipo. El curso pasado anotó once goles y sumó 14 asistencias, el líder de la liga italiana en este registro. De los 89 goles que sumó la Lazio, el máximo goleador de la categoría, 25 partieron del jugador español. A nivel de producción, casi nadie tuvo esa relevancia para sus equipos. Es cierto que de nada sirvió al caer con el Inter en la última jornada, empatando a puntos y diciendo adiós a la Champions, pero esta fue la primera temporada, tras una con el Dépor, en la que Luis Alberto disfrutaba de total continuidad en su juego.
Este año los números de la Lazio están muy lejos de los conseguidos, pero la mejoría está siendo evidente. Están séptimos en Serie A, a tan solo un punto de la Champions, Immobile va haciendo goles y Luis Alberto y Milinkovic-Savic comienzan a entrar más en juego. También habría que añadir su segundo puesto en su grupo de la Europa League, lejos de la perfección del Eintracht, pero por delante de Apollon y OM. Lo que está claro es que Luis Alberto ya no es el mismo jugador que se fue a la Lazio, es otro con mayor confianza y sabiéndose diferencial. Quizá siempre se sintió un futbolista diferente, de los buenos, pero hasta que Roma no le puso en su lugar ni él mismo sabía de ello.