El veterano Maxi Rodríguez, al que muchos recuerdan por su paso por el Espanyol y el Atlético de Madrid, planta el esférico en el punto de penalti. Once metros le separan del triunfo, del éxtasis, pero antes debe superar al cancerbero neerlandés, vestido de verde, con los pies sobre la línea que separa la vida de la muerte, observando atentamente el rostro de su verdugo. “Sin moverse de la meta aguarda a solas, entre los tres palos, su fusilamiento”. El fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano, retrata la situación en la que se encuentra Jasper Cillessen, un excelente portero que, sin embargo, ha sufrido la sentencia cuatro días antes de su ejecución.
Trajeado y elegante frente al banquillo neerlandés, Louis van Gaal observa al mártir que él mismo forjó el 5 de julio de 2014 en Salvador de Bahía, donde una de sus excéntricas decisiones tuvo un éxito incontestable. Después de 120 minutos, con el marcador 0-0 frente a Costa Rica y la tanda de penaltis a la vuelta de la esquina, el seleccionador sustituyó a su portero titular. Más de 50.000 almas en el estadio, y millones delante del televisor, quedaron atónitas, desconcertadas, por el cambio. Aunque el asombro no tardaría en convertirse en alegría para la ‘Oranje‘. Tim Krul detuvo dos disparos y Keylor Navas, héroe nacional costarricense, encajó los cuatro a los que se enfrentó. La gloria del pase a semifinales arrastra daños colaterales, un precio que Cillessen, dolorido después de ver su dorsal en el electrónico del cuarto árbitro, está obligado a pagar.
Argentina es finalista, Maxi héroe y Cillessen mártir. Porque al portero “hasta el fin de sus días –concluye Galeano– lo perseguirá la maldición”
“Supuso un shock para mí”, confiesa el guardameta antes de afrontar, ahora sí, el desafío de los once metros. Los Países Bajos vapulearon a España y se deshicieron de Australia y Chile para plantarse en octavos, donde remontaron a México un 0-1 adverso en los últimos minutos. Tras superar a la inesperada Costa Rica, la Argentina de Messi y Sabella supone el penúltimo obstáculo en el camino. Las semifinales han seguido el mismo rumbo que los cuartos, 0-0 tras la prórroga, con la diferencia de que ‘Mister Ladrillo’ ha agotado los tres cambios. Krul vive la agonía desde su butaca, mientras Cillessen espera la oportunidad de redimirse. La decisión de Van Gaal frente a Costa Rica puede haberle mermado la confianza, la solución puede haberse convertido en problema, en un arma de doble filo que un día te regala la vida y otro te la quita.
O tal vez Louis tenga razón y Krul sea un experto adivinando penaltis. Sea como fuere, Vlaar y Sneijder fallan su lanzamiento, mientras que Messi, Agüero y Garay logran que su disparo sobrepase al guardameta neerlandés. Maxi Rodríguez tiene la vida del rival en su mano. El tiempo se detiene, 63.000 almas callan, se escucha el silencio mientras coge carrerilla. La rompe contra el arco. El esférico se escora al lado derecho de Cillessen, que la toca, la roza, acaricia la esperanza. Pero acaba entrando. No hay nada que hacer. Argentina es finalista, Maxi héroe y Cillessen mártir. Porque al portero “hasta el fin de sus días –concluye Galeano– lo perseguirá la maldición”.
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Fotografía de Getty Images.