El 5 de septiembre de 1993, hace 30 años, se vivió la que para tantos es la noche más triste de la selección argentina y la noche más feliz de la selección colombiana.
Juan Sebastián Verón fue la demostración de que para ser el mejor futbolista en el campo no hacía falta llevar cresta, calzar botas amarillas, jugar de delantero. El talento va por dentro.
Familia de deportistas, goleador en la capital del básquet en Argentina y delantero de furia. Un viaje a los orígenes de Lautaro Martínez. Un viaje a Bahía Blanca.
Que a Julián Álvarez se le exija brillar a la sombra de Haaland, y que aún así lo haga, no hace más que confirmar la magnitud de uno de los mejores futbolistas del mundo en su posición.
Un aficionado fue premiado en los The Best. Su cántico y su indumentaria despertaron las risas del público. Como si los raros no fueran ellos por ir de etiqueta.