Lo que está fuera de campo es fundamental. Eso es aplicable al cine y al fútbol. Proyecto Mágico, el cortometraje documental del malagueño Manuel Jiménez (que se proyectó en la Muestra Alcances en Cádiz y en los festivales de Lanzarote y Málaga), entiende perfectamente eso cuando se aproxima a la leyenda del extraordinario jugador que en los años ochenta hechizó a la afición del Cádiz CF.
Jorge Alberto González Barillas, más conocido como ‘Mágico’ González, es la máxima estrella de la historia del fútbol salvadoreño, que llegó a la liga española después de haber hecho un buen papel en la Copa del Mundo del ’82. Muchos de los que lo vieron jugar aseguran que no existió un talento comparable. Para sus fieles, ni Pelé, ni Messi, ni Maradona están a su altura. Los que no teníamos mucha conciencia futbolística en sus años de actividad, tenemos que conformarnos con ver grabaciones de algunas de sus jugadas, que no hacen más que confirmar su célebre mote.
Evidentemente, Proyecto Mágico es una película sobre fútbol. Es un gran homenaje a González. Pero, curiosamente, durante los poco más de 20 minutos de metraje no vemos ni una sola jugada, ni un gol, ni siquiera un regate, no hay imágenes de archivo. ‘Mágico’ está fuera de juego, no sale en el cuadro. Pero, al mismo tiempo, está en todas partes. Lo que hace Jiménez es alejarse del lenguaje del documental deportivo de tono periodístico al que estamos tan acostumbrados. Pues lo que le interesa es registrar la huella que ha dejado el futbolista en Cádiz. Lo hace a través de las palabras de los parroquianos de un puñado de bares y tabernas locales, gente que vio jugar a ‘Mágico’, que recrea sus regates a través de la memoria y de la palabra, que evoca esos momentos que los llenaron de tanta y plena alegría. Confirmando que lo verdaderamente maravilloso del fútbol -y de la vida- es lo que recordamos, más que lo que sucedió.
Cada encuadre, con poca profundidad de campo, es una cuidada postal de la vida en los bares típicos de la ciudad. Cada plano detalle es un breve esbozo de una cultura y de una estética regional. La cámara hace que le prestemos atención a los rostros y a los pequeños elementos que componen la vida gaditana. Las voces en off, con sus acentos y maravillosas formas de decir, hacen que cada espectador imagine a su propio ‘Mágico’ González, que cada quien lo evoque de acuerdo a su singularidad, que cada uno haga su propia película. Pues el fútbol, el deporte de masas por excelencia, también es un placer individual.
[quote]’Proyecto Mágico’ confirma que lo verdaderamente maravilloso del fútbol -y de la vida- es aquello que recordamos, más que lo que sucedió[/quote] Además de su obvio talento y de su habilidad, los parroquianos recuerdan la otra característica que hizo célebre al salvadoreño, su condición de bohemio, de borracho empedernido, de profesional anárquico. Algunos lo comparan con Curro Romero, otros con George Best, todos sienten nostalgia, añoran su humanidad, su generosidad y aseguran que era el jugador ideal para la idiosincrasia de la región.‘Mágico’ fue feliz en Cádiz y Cádiz fue feliz con él. Amigo de Camarón y de Maradona, de pelo largo y bigote, desgarbado, el jugador del que nos hablan tiene tanto de estrella de rock autodestructiva como de héroe popular mítico. Y tiene tan poco de atleta musculoso y plástico. La gente que habla en el documental parece anhelar un tiempo en el que el fútbol se parecía más al arte que a la guerra, en el que la vida estaba más próxima al goce que a los engranajes de una máquina.
Como les pasó a genios como Garrincha, Sócrates u Orestes Omar Corbatta, los excesos resquebrajaron el destino glorioso de ‘Mágico’. Pero, durante casi una década, sigue siendo el auténtico campeón de una ciudad que todavía lo atesora y lo acoge, que le agradece las glorias deportivas y, ante todo, los desvelos, la cercanía, la indisciplina y la rebeldía: el hecho de sentir que su forma de ser y de vivir triunfaba en la cancha. Proyecto Mágico es una celebración de la condición lúdica del ser humano. Es una celebración de la memoria popular, de su condición más creativa y vital. Es un canto de aliento al estilo de vida gaditano.
Recurriendo a un ejercicio de nostalgia, evocando tiempos pasados que fueron mejores, haciendo uso de la sugerencia, el documental hace presentes a los espectros, manufactura imágenes que no están en la pantalla, potencia la implicación y la contribución del espectador al filme. Proyecto Mágico es sobre un jugador de fútbol que tenía mucho de poeta maldito. Pero, ante todo, es sobre esa hinchada, sobre ese pueblo, que mantiene vivo su mito, su leyenda, sus proezas, pues esa historia también es la de ellos mismos. Los relatos son los que construyen a los héroes. Y son los que le dan vida al juego de la vida.