Degustando los resúmenes y los números del Nápoles de Khvicha Kvaratskhelia, la memoria nos transporta al primer georgiano que conocimos los hijos de los 90: Kakha Kaladze. No sé si por proceder de un país tan lejano, si por la música de ese ‘Ka-ka-ka’, si por su ’13’, si por su aspecto de Alessandro Nesta convertido en actor secundario de Alerta Cobra, si porque era imposible no sentir fascinación, sino temor, por los centrales de ese Milan (Kaladze, Nesta, Paolo Maldini, Jaap Stam), pero siempre atrajo miradas. Eran otros tiempos y era otro fútbol, quizá más humano: el Milan lucía publicidad del Opel Zafira. Después llegaría Bwin.
Kaladze, nacido en 1978, comenzó a destacar en el Dinamo de Tiflis, el gran club de su país: ha ganado 19 de las ligas disputadas desde la caída de la Unión Soviética y en el curso 1980-81 conquistó la Recopa de Europa. Debutó con el primer equipo con 16 años y sus actuaciones despertaron el interés del Dinamo de Kiev. “Creo que el Dinamo se fijó en mí por una buena actuación en un partido clasificatorio para el Mundial del 1998 contra Italia que acabó 0-0. Me enfrenté a Christian Vieri y lo marqué bien”, aseguró el propio Kaladze. Había debutado con la selección en 1996, con 18 años y en un triunfo contra Chipre.
Se marchó a Kiev en enero de 1998, a cambio de unos 280.000 euros, y fue una pieza clave de aquel Dinamo que dio más de una sorpresa en Europa. En la 1998-99, el equipo de Valeriy Lobanovskyi batió al Real Madrid en los cuartos de final de la Liga de Campeones, con un 1-1 en suelo español (Predrag Mijatović y Andriy Shevchenko) y un 2-0 en Kiev con un doblete del propio Shevchenko. En las semifinales cedieron ante el Bayern de Múnich: 3-3 en Kiev, con doblete de Shevchenko y gol de Vitaliy Kosovskiy para los locales y tantos de Michael Tarnat, Stefan Effenberg y Carsten Jancker para los visitantes, y 1-0 en Múnich, con diana de Mario Basler. La temporada anterior, todavía con Kaladze en Tiflis, el Dinamo cayó eliminado por la Juventus en los cuartos de final, después de derrotar al Barcelona en la fase de grupos: por 3-0 en Kiev y por 0-4 en el Camp Nou, con un hat-trick de Shevchenko en 44 minutos y un tanto de Sergiy Rebrov.
Fue titular en la final de la Liga de Campeones de 2003, en la que el Milan del Carlo Ancelotti doblegó a la Juve en los penaltis en Old Trafford. Formó defensa, como muchas otras tardes, junto a Costacurta, Nesta y Maldini
En enero del año 2001, Kaladze, ganador de ocho ligas seguidas, cinco con el Dinamo de Tiflis y tres con el Dinamo de Kiev, recaló en San Siro, a cambio de 16 millones de euros. “La carrera de un futbolista es muy corta y quiero llegar lo más lejos posible. […] Soy muy ambicioso. Un contrato con el Milan no me garantiza una buena vida. Espero ganar títulos y trofeos allí”, aseguró Kaladze, central o lateral izquierdo. E incluso centrocampista en sus primeros meses en San Siro. Adriano Galliani enfatizó: “Puede jugar en muchas posiciones, tiene mucha energía y es muy sutil. Se ha adaptado bien al estilo del Milan. Francamente, no puedo entender porqué cuando llegó la prensa y algunos aficionados decían que no era un gran jugador. Lo es”. Su adaptación fue inmediata: de los últimos 18 encuentros del curso en la Serie A solo se perdió uno por sanción. En uno fue expulsado en el 59′ y en uno fue sustituido en el 71′: en los 15 restantes completó los 90 minutos.
Fue titular en la final de la Liga de Campeones de 2003, en la que el Milan del Carlo Ancelotti doblegó a la Juve en los penaltis en Old Trafford. Formó defensa, como muchas otras tardes, junto a Alessandro Costacurta, Alessandro Nesta y Paolo Maldini, justo por delante del brasileño Dida. Kaladze falló el tercer penalti ‘rossonero‘ de la tanda, pero el equipo se impuso tras un acierto de Shevchenko y después de los errores de David Trezeguet, Marcelo Zalayeta y Paolo Montero. Ese curso también ganaron la Coppa Italia. Y la empresa de servicio postal de Georgia presentó un sello con su imagen.
Las dos siguientes campañas su participación fue menor y en el verano de 2005, tras ser suplente en la derrota ante el Liverpool de Rafa Benítez en la final de la Champions (3-3, 3-2), estuvo a punto de ser traspasado al Chelsea de José Mourinho, campeón de la liga inglesa. “Ya he llegado a un acuerdo con el Chelsea. Ahora hay que esperar a que lleguen a un acuerdo con el Milan. Creo que podría ser jugador del Chelsea la semana que viene”, aseguró en junio en unas declaraciones recogidas por el británico The Independent. La prensa inglesa hablaba de un fichaje por cuatro millones de libras que debía servir para ablandar al Chelsea en las negociaciones para la continuidad de Hernán Crespo en Milan: el delantero argentino había jugado la 2004-05 en San Siro cedido desde Stamford Bridge. Kaladze proseguía: “La temporada pasada pasé mucho tiempo en el banquillo y no quiero eso en ningún equipo. He logrado muchos trofeos con el Milan. Y ahora deseo hacerlo con el Chelsea. […]. Es mi quinto año en Milan y tengo muchos amigos aquí, pero ahora quiero cambiar de ciudad y Londres es probablemente la principal ciudad de Europa. Ha sido un buen viaje: de Tiflis, a Kiev, a Milan y ahora a Londres. Doy gracias a Dios por la oportunidad de vivir y trabajar en estas ciudades”. El futbolista incluso apuntó al palco, en una época en la que se decía que Silvio Berlusconi, presidente del Milan y primer ministro de Italia, confeccionaba las alineaciones, no Ancelotti: “Hay una estructura que dicta si juegas o no”. Preguntado sobre por qué no había jugado más, lamentó: “Probablemente porque el entrenador no era quien elegía el equipo, sino otras personas. No quiero decir quién”. “No creo que el Milan pueda retenerme. Y si no me dejan ir, dentro de seis meses me podría ir gratis”, señaló Kaladze, con una sinceridad atípica.
Pero el Chelsea acabó optando por Asier del Horno (Athletic Club) y el día 30 de junio Kaladze alargó su contrato en San Siro hasta 2010. Lo que primero fue una decepción acabó siendo un motivo de felicidad, tras ver lo que vivió su amigo Shevchenko en Londres: “Somos amigos y hablamos mucho. No está contento con todo lo que ha pasado este año. No le he preguntado qué hará, pero no creo que quiera quedarse después de una temporada así y por el comportamiento del entrenador [Mourinho] con él”. “Hablé con el Chelsea y quería ir ahí, pero todavía me quedaba un año de contrato y el club no me quiso vender. Ahora estoy muy contento de haberme quedado porque han cambiado muchas cosas. Estoy muy feliz porque voy a jugar la final de la Champions League“, afirmó en 2007, en los días previos a la final de la Liga de Campeones contra el Liverpool en Atenas. El Milan de Ancelotti se vengó de la cruel derrota de Estambul y ganó con un doblete de Filippo Inzaghi. Kaladze saltó al verde en el minuto 80, en sustitución de Marek Jankulovski. Con el Milan, el defensa georgiano alzó dos Champions League, una Supercopa de Europa (ante el Sevilla en 2007, apenas unos días después de la muerte de Antonio Puerta), un Mundial de Clubes (2007), una Serie A (2004), una Coppa Italia y una Supercopa italiana.
Primero fue ministro y hoy es el alcalde de Tiflis, la capital de Georgia. En los carteles electorales de la campaña para los comicios de 2017, aparecía con su esposa y sus tres hijos, vestidos del Dinamo de Tiflis
Jugó 284 partidos con el Milan, antes de concluir su carrera con dos años en el Genoa. En 2011 fue nombrado segundo mejor defensa de la Serie A por La Gazzetta dello Sport, solo por detrás de su excompañero Thiago Silva, y mejor jugador georgiano por quinta vez. Y en 2012, con 34 años, se retiró para empezar una exitosa carrera en el ámbito de la política. “Por un lado, doy las gracias al Genoa, al Milan, a los aficionados, a los compañeros de equipo y hasta a los oponentes. Por otro lado, estoy ilusionado porque he decidido que voy a entrar en el mundo de la política. Ese va a ser el partido más grande de mi vida. Quiero luchar por la libertad y la democracia en Georgia”, afirmó, según recoge un reportaje del diario As. Primero fue ministro y hoy es el alcalde de Tiflis, la capital de Georgia. No es su ciudad natal, porque él nació en Samtredia, a 250 quilómetros y a cuatro horas de coche de Tiflis, pero ganó las elecciones en 2017 y revalidó su victoria en 2021. En los carteles electorales de la campaña para los comicios de 2017, aparecía con su esposa y sus tres hijos, vestidos del Dinamo de Tiflis. “Llamó a su hijo mayor Leván en honor de su hermano menor, que en el año 2001 fue secuestrado y más tarde asesinado. Los secuestradores exigieron un rescate de 600.000 dólares que Kaladze se mostró dispuesto a pagar, pero finalmente mataron a su rehén, temerosos, como explicaron cuando fueron detenidos, de ser descubiertos”, exponía un reportaje de la agencia EFE publicado en 2017.
El defensa se planteó si seguir jugando con la selección de Georgia, pero al final decidió continuar en el equipo nacional. Hoy sigue siendo uno de los jugadores georgianos con más partidos con la selección (83). Con el combinado nacional sumó más goles en propia portería, dos en un duelo contra Italia, que a favor, uno en una derrota contra Letonia. “Normalmente los jugadores georgianos son habilidosos y ofensivos, pero yo era muy diferente. Era físicamente fuerte. Y era superior a otros jugadores en aspectos en los que solemos tener carencias: la diligencia y la ética de trabajo. Los tres factores que me hicieron triunfar fueron la determinación, la diligencia y la suerte”, dijo en 2015 en una entrevista con motivo de la disputa de la Supercopa de Europa en Tiflis, entre el Barça de Luis Enrique y el Sevilla.
La final de la Supercopa de Europa con más goles de la historia del torneo, 5-4 para el Barça, se jugó en casa de un defensa. Hoy Kaladze sigue ejerciendo de alcalde de Tiflis, pero no olvida su Milan: de vez en cuando, en su Instagram, publica fotos y vídeos de sus tiempos como ‘rossonero‘, junto a Shevchenko, Maldini, Kaká, Andrea Pirlo y compañía. En un aniversario del Milan, escribió: “Haber honrado esta gloriosa camiseta quedará siempre en mi corazón”.
SUSCRÍBETE A LA REVISTA PANENKA
Fotografía de Getty Images.