Los últimos minutos de los partidos de eliminación directa son los más frenéticos y caóticos. Y mucho más si un equipo pierde por un gol. El entrenador pone toda la carne en el asador para darle la vuelta al marcador. En ese tiempo todo puede suceder. “En 30 segundos, o en un disparo, todo puede cambiar”, comentó Jude Bellingham después de marcar el gol que salvó a Inglaterra de la eliminación de la Eurocopa 2024 ante Eslovaquia. Durante los 90 minutos reglamentarios de ese encuentro de octavos, los eslovacos estuvieron por delante en el marcador gracias a un gol de Schranz. Consciente de que debía ganar, Gareth Southgate revolucionó al equipo, cambiando a Kieran Trippier por Cole Palmer, a Kobbie Mainoo por Eberechi Eze y a Phil Foden por Ivan Toney, formando un planteamiento mucho más ofensivo. Alterar el esquema le salió bien. En el minuto 95, Bellingham forzó la prórroga y, en los 30 minutos adicionales, apareció el ‘Bota de Oro’ Harry Kane para anotar el gol que le dio el pase a Inglaterra a los cuartos de final (2-1).
En los partidos de la fase de grupos de esta Euro, Inglaterra no había llegado tampoco al nivel que se esperaba de una selección que ostenta muchos grandes jugadores entre sus filas. El ‘Team of the Rose’, aún así, pasó como líder de su grupo, ya que fue el único equipo del cuadro que consiguió una victoria y dos empates, sumando un total de seis puntos. En segunda posición pasó Dinamarca y, en la tercera, Eslovenia. No tuvo suerte Serbia, que quedó en el último lugar con dos puntos. Aunque el juego tan pobre que desplegaron los ‘Pross’ puso el foco en el entrenador, Southgate, al que se acusa de no saber sacar el máximo rendimiento a sus estrellas.
Uno de los datos que confirman el mal juego de Inglaterra es la cifra de pases que ha recibido Kane de Foden, solamente uno, mientras que Pickford ha recibido tres del extremo
De villano como jugador a héroe como entrenador
Antes de ser preparador, Gareth Southgate fue jugador. Se inició en las categorías inferiores del Crystal Palace, en 1988. Dos años más tarde debutó con el primer equipo, donde se hizo un hueco en el centro de la zaga. Con sólo 22 años se convirtió en uno de los líderes de los ‘Eagles’ y asumió la capitanía del equipo. Ascendió a la Premier League en la temporada 93-94 y en 1995 decidió hacer las maletas para recalar en el Aston Villa. Un año después, para la Eurocopa de 1996, el seleccionador inglés, Terry Venables, le llamó para ocupar un puesto en la zaga. Inglaterra llegó a las semifinales de ese torneo, donde se enfrentó a Alemania. El pase a la final se decidió desde los once metros. Ningún jugador de ambos equipos había fallado su oportunidad, hasta que fue el turno de Southgate, que erró el penalti y privó a Inglaterra de una final. Un error que años después le sigue atormentando. “Llevo un par de décadas pensando en aquel momento. Por mi carácter, pensé que mi responsabilidad era tirar. Pero sin confianza, probablemente hubiera sido más valiente no hacerlo”, comentó en su momento.
En el 2001, dejó el Aston Villa para recalar en el Middlesbrough, en el que estuvo un total de cuatro temporadas, hasta que decidió colgar las botas al acabar la 2005-06. Aunque, pocos meses después, volvió a acercarse al campo como técnico. En los ‘Smoggies’ completó dos temporadas en la Premier League y una en la Championship antes de ser destituido. No volvió a ponerse a los mandos de un equipo hasta cuatro años más tarde, en el 2013, cuando se hizo cargo de la selección Sub-21 de Inglaterra. En 2016, le llegaría su gran oportunidad como técnico. Roy Hodgson renunció al banquillo inglés después de los malos resultados obtenidos en la Eurocopa de 2016. En ese momento ocupó el puesto Sam Allardyce, que dos meses después fue destituido por los casos de corrupción en los que estaba involucrado. En ese momento, la Federación Inglesa nombró entrenador interino a Gareth Southgate. Sus primeros partidos fueron las eliminatorias para el Mundial de Rusia, y aunque los resultados no mejoraron, se mantuvo invicto, lo que hizo que le ofrecieran un contrato de cuatro años.
El Mundial de 2018 fue el punto de inflexión para Southgate. Los ingleses cayeron en el Grupo G, junto a Bélgica, Panamá y Túnez. En la fase de grupos solamente perdieron un partido, frente a los belgas. Pasaron como segundos. En octavos se enfrentaron a Colombia, en un encuentro que devolvería a Southgate a su peor pesadilla, los penaltis. Finalmente, la eliminatoria se la llevó Inglaterra, ganando por 3-4 la tanda. Volvieron a los cuartos, una fase que los británicos no superaban desde hacía tres décadas. Su rival fue Suecia, a la que vencieron por 4-2 y Inglaterra volvió a disputar unas semifinales de una Copa del Mundo. Esta vez su contrincante sería Croacia, que se impuso por 2-1. Este logro, sin embargo, ratificaría al míster en el cargo. Después de 28 años, Southgate había logrado llevar a la selección inglesa a la penúltima fase de un Mundial.
Southgate ya generó revuelo con su lista de convocados, para la que descartó a Grealish y Maddison. Durante la fase de grupos, sus experimentos tácticos también han sido criticados
El técnico de Watford volvería al torneo que le causó tantas pesadillas, la Eurocopa, en 2020. Encasillados en el Grupo D, junto a Croacia, Escocia y República Checa, lograron liderar la tabla y obtener el pase a unos octavos en los que se enfrentaron a Alemania. Vencieron a la ‘Mannschaft’ por 2-0 y el rodillo no pararía aquí; en cuartos de final atropellaron a Ucrania, a la que le anotaron cuatro goles. De nuevo, Southgate volvía a estar en una semifinal de una Eurocopa, como en 1996. Frente a Dinamarca, los ingleses comenzaron perdiendo, aunque poco después empataron el encuentro y forzaron la prórroga. En los 30 minutos adicionales, apareció Harry Kane para llevar a Inglaterra a la primera final de su historia de la competición europea. Dos décadas más tarde, Southgate había podido redimirse de aquel penalti de 1996.
En la final se citaron con Italia en el templo del fútbol inglés, el estadio de Wembley. Los 90 minutos no fueron suficientes para que uno de los dos equipos saliera campeón y les añadieron 30 más, que tampoco bastaron. Otra vez, Southgate volvía a tener esos dolores de cabeza, esos malditos once metros que separan el punto de penalti de la portería. Tal era la obsesión del entrenador por los penaltis que, en los entrenamientos, simulaba tandas constantemente, haciéndolas lo más realistas posibles. Aunque toda esta preparación fue en vano, puesto que la suerte estaba del lado de los italianos. La ‘Squadra Azzurra’ venció a los ingleses desde el punto fatídico 4-3.
Las críticas al juego de Inglaterra
Pero si en 2020 Southgate pasó a ser un héroe por llevar a Inglaterra a su primera final de una Eurocopa, en el periodo actual ha vuelto al lado oscuro. En Alemania 2024, la selección inglesa ha estado en el centro de las críticas, en parte por sus resultados, pero, sobre todo, por su estilo de juego. Southgate ya generó revuelo con su lista de convocados, para la que descartó a Jack Grealish y James Maddison. Durante la fase de grupos, sus experimentos tácticos también han sido criticados. Ciertos jugadores han sufrido cambios en sus posiciones, como, por ejemplo, Alexander-Arnold, que jugó en un doble pivote junto a Declan Rice y no en la banda derecha; Kieran Trippier también ha mutado su posición pasando del lateral derecho al lateral izquierdo, y Phil Foden parte desde el extremo izquierdo, jugando a pierna natural, cuando suele estar más cómodo rompiendo hacía dentro desde la banda derecha.
“El juego es mucho más posicional. Todos intentan marcar el gol perfecto. Creo que esto es culpa de Pep, él trajo ese pensamiento”, comentó Rooney en la BBC
El juego tan pobre que está ofreciendo el ‘Team of the Rose’ está dejando mucho que desear, ya que se espera más por la gran calidad que tiene en sus filas. Muchos ex jugadores que en su día vistieron la camiseta blanca y que ahora comentan los partidos de la selección en la televisión, han sido muy críticos con el planteamiento del grupo. Gary Lineker afirmó que el rendimiento del conjunto británico era horrible y otra leyenda como Alan Shearer centró su crítica en Harry Kane. “Harry tiene más de 30 años. En realidad, nunca ha sido el más rápido. Todavía puede hacer muy buenas carreras, pero necesita ritmo a su alrededor”, comentó la leyenda del Newcastle en la BBC. Uno de los datos que confirman el mal juego de Inglaterra es la cifra de pases que ha recibido Kane de Foden, solamente uno, mientras que Pickford ha recibido tres del extremo. Otra leyenda, como Wayne Rooney, culpó a Pep Guardiola por el mal juego de la selección inglesa. “El juego es mucho más posicional. Todos intentan marcar el gol perfecto. Creo que esto es culpa de Pep, él trajo ese pensamiento”, comentó el ex jugador del Manchester United en la BBC.
A pesar del mal juego, los ‘Three Lions’ han conseguido clasificarse para los cuartos de final, en los que se enfrentarán a Suiza. En los octavos, el conjunto alpino venció a la actual campeona del torneo, Italia, mostrando su mejor versión. Después de ser salvado por la campana, o mejor dicho, por Jude Bellingham, Southgate volverá a sentir la presión, en un partido en el que se jugará su continuidad en el banquillo de la selección inglesa.
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Fotografía de Getty Images.