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El show de Jack Grealish

El ‘10’ del Manchester City, que en dos días ha sumado medio millón de seguidores nuevos en Instagram, se convierte en el foco de las celebraciones por el triplete 'citizen'

Jack Grealish

Se me ocurren muchísimos motivos para coger una buena cogorza. Cumplir años, sacar plaza en las oposiciones, despedirse de soltero, asistir al Primavera Sound. Sin embargo, ninguno tan justificable como levantar la Copa de Europa. Hay situaciones en las que perder los papeles es casi una obligación. Jack Grealish no solo ha cumplido con ello, sino que lo ha convertido en un arte. Nadie era capaz de prever hasta cuándo se alargaría su performance, ni de acertar cuál sería su último sketch. Si Jack empapado de cava, si Jack haciéndose selfis en lo alto de la carroza, si Jack sujetado por Walker a punto de caer, si Jack en el centro del corrillo absorbiendo una cascada de vodka, si Jack todavía con la ropa de ayer.

Hay que seguir a Jack porque es nuestro campeón, siendo mucho más fácil identificarse con él que con Rodri. Ser el héroe de la Champions es un sueño roto, inalcanzable, mientras que ser el héroe de la noche es algo a lo que estamos más acostumbrados. ¿Quién no fue Grealish algún fin de semana de su vida? Aquellos que comienzan con parranda, copas y bailoteo y terminan con lagunas, dedos amarillos y manchas misteriosas. Si el juego va de reproducir los clásicos del borracho, el extremo inglés se lo ha pasado con nota. Que un juerguista de este calibre haya sido capaz de convencer a Guardiola, gurú de la disciplina, intransigente hasta con la Coca Cola, significa que todo es posible.

 

Nadie era capaz de prever hasta cuándo se alargaría su performance, ni de acertar cuál sería su último sketch. Si Jack empapado de cava, si Jack haciéndose selfis en lo alto de la carroza, si Jack sujetado por Walker a punto de caer, si Jack en el centro del corrillo absorbiendo una cascada de vodka

 

Hay que seguir a Jack porque dice la verdad. Porque la ebriedad no miente. La ebriedad es lista y le pide a Bernardo Silva, de corazón, que no se marche. La ebriedad es sabia y le dice a Pep Guardiola, con rotundidad, que es un genio. La ebriedad es agradecida y cariñosa, tanto que empalaga. Los labios de Jack quedarán grabados en la ‘Orejona’ igual que las letras del campeón, el Manchester City, un equipo que quedará para la historia por su flamante treble, igual que lo hará la resaca incalculable de Jack Grealish. Lleva razón Toni Padilla al afirmar que “en el Reino Unido se idolatra a quien bebe sin parar” y que “es un problema que el alcoholismo se convierta en una broma”. Se lo diremos a Jack cuando despierte, momento en el que descubrirá que su cuenta de Instagram cuenta con medio millón más de seguidores, lo cual corrobora la sentencia del periodista.

Si hay un país donde la relación entre el fútbol y el alcohol es estrecha, ese es el Reino Unido. A la cabeza nos vienen nombres como Tony Adams, George Best, Wayne Rooney o Paul Gascoigne, quien, preguntado por sus grandes virtudes, respondió: “La cerveza, el chocolate y las mujeres”. Ni siquiera se acordó del fútbol. Aunque, a fin de cuentas, el alcohol en Gran Bretaña estrecha con absolutamente todo, no solamente con el fútbol. Los británicos consumen un promedio de 10,7 litros de alcohol puro al año, superando en dos a la media europea, una distancia que aumentará una vez se registren las copas de Jack Grealish en este mes de junio. Que nadie lo ponga en duda.

 


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Fotografía de Getty Images.