“La 05-06 fue especial a nivel personal, por comenzar a sentirme titular y conseguir muchas cosas buenas y nuevas para mí. Y, obviamente, por el objetivo que conseguimos a nivel colectivo. Bueno, no objetivo. Porque no era el objetivo plantarse cuartos, tener una racha de ganarlo casi todo en casa, conseguir datos históricos para el club. Pero, sobre todo, me quedo con la sensación de grupo, con el ambiente y con la convivencia que había: recuerdo que hacíamos cenas una o dos veces al mes como mínimo. Se consiguió todo lo que se consiguió por del ambiente que había”, decía Raúl García, pensando en ‘rojillo’, volviendo a esos años tan hermosos para Pamplona, justo antes de la entrevista publicada en la #Panenka116. Aquella temporada 05-06 el equipo de Javier Aguirre acabó cuarto en la Liga, solo por detrás del Barcelona de Frank Rijkaard (82), el Real Madrid (70) y el Valencia (69) y empatado a 68 puntos con el Sevilla, ya quinto, fuera de plazas de Champions League.
El curso siguiente, la aventura en la Liga de Campeones, efímera, duró poco, muy poco. Osasuna, ya dirigido por José Ángel Ziganda, se despidió del himno de la Champions en la previa, contra el Hamburgo. Con un 0-0 en suelo alemán y un 1-1 en El Sadar: Carlos Cuéllar avanzó a los locales en el 6′, pero Nigel de Jong ejecutó toda aspiración rojilla en el 75′, dando el billete hacia la fase de grupos al Hamburgo. En el equipo teutón prometían los nombres de los jóvenes Vincent Kompany, Rafael van der Vaart, Paolo Guerrero y Piotr Trochowski. Pero el cuadro navarro inició entonces un apasionante viaje en la Copa de la UEFA: el cuarto de su historia, después de las expediciones de las temporadas 85-86 (cayó ante el Waregem belga en dieciseisavos de final, tras ganar al Rangers), 91-92 (fue eliminado por el Ajax en octavos, tras vencer al Slavia Sofía búlgaro y al Stuttgart) y 05-06 (perdió contra el Rennes en la fase previa, tras clasificarse como finalista de la Copa del Rey que perdió contra el Betis).
En la eliminatoria previa a la fase de grupos de la Copa de la UEFA 06-07, Osasuna se impuso al Trabzonspor turco por el valor doble de los goles a domicilio: 2-2 en Trebisonda, a los pies del mar Negro, con goles de Valdo y Juanlu Gómez y expulsión de José Izquierdo por doble amarilla en apenas segundos, antes del descanso, y 0-0 en Pamplona. La fase de grupos no empezó bien, con un empate en El Sadar contra el Heerenveen y una derrota en casa del Lens de Seydou Keita (3-1), pero el equipo reaccionó a tiempo: venció al Odense por 3-1, con gol del argentino Bernardo Romeo y doblete de Francisco Puñal (hat-trick, ya que incluso el tanto visitante fue obra suya, en propia puerta) y celebró la clasificación al golear al Parma a domicilio, por 0-3, con doblete de David López y diana de Juanfran Torres saliendo desde el banquillo.
El equipo y la ciudad despertaron del sueño en semifinales: derrotaron al Sevilla en la ida, con gol de Soldado, pero cayeron en el Sánchez-Pizjuán, con goles de Luis Fabiano y Renato
El equipo de Ziganda pasó ronda como segundo y con siete puntos: solo superado por el Parma. Les acompañó el Lens, ganador del empate a cuatro puntos con el Heerenveen y el Odense. Ya en dieciseisavos de final, Osasuna batió al Girondins de Burdeos, con un cabezazo del iraní Javad Nekounam en el minuto 120 para evitar los penaltis. “¡¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOL DE NEKOUNAM!!!! ¡Llegó, llegó, llegó el gol de Osasuna! Como un tren llegó desde atrás el iraní, que se alza como el héroe de la noche porque termina el partido y mete a su equipo en octavos de final”, clamaba el directo de El Mundo. Y concluía: “Increíble, qué sufrimiento, qué manera de pasar una eliminatoria. Imagínense a los aficionados cómo están, botando. Los jugadores, tendidos sobre el césped. Y por contra, los franceses, totalmente tendidos con los ojos cerrados. Así es el fútbol amigos, ha sido como un triple en el último segundo. ¡Enhorabuena, Osasuna!”. Los cuatro españoles se clasificaron para los octavos de final: el Sevilla venció al Steaua de Bucarest rumano, el Espanyol se deshizo del Livorno italiano y el Celta de Vigo superó al Spartak de Moscú.
En octavos, Osasuna ahondaría en su proeza al eliminar al Rangers, como ya había hecho a mediados de los 80. Raúl García avanzó al equipo de Ziganda en Ibrox Park. “La 06-07 fue la reafirmación de todo lo que habíamos ido haciendo la temporada anterior, la confirmación de que no había sido casualidad. Tengo muchos recuerdos, sobre todo de los desplazamientos a Burdeos, a Glasgow, y de cómo lo vivió la gente”, acentuaba el futbolista de Zizur Mayor ante la grabadora de Panenka. Brahim Hemdani igualó el partido en el 92′, pero Pierre Webó resolvió la eliminatoria en el encuentro de vuelta, ya en El Sadar: Osasuna estaba en cuartos, donde le esperaba el Bayer Leverkusen. La eliminatoria quedó resuelta en el duelo de ida, uno de los más célebres y más recordados de toda la centenaria historia ‘rojilla’. “Osasuna se pasea en Alemania”, tituló EFE. “Osasuna pasa el rodillo en Alemania”, tituló El País. “Osasuna toca las semifinales”, tituló El Mundo. “Salvo desastre impensable: Osasuna estará en semifinales”, decía la crónica. Osasuna se impuso por un incontestable e inolvidable 0-3, obra de Cuéllar en el primer minuto, David López en el 71′ y Webó en el 73′. Aquella noche jugaron de blanco ‘rojillo’ Ricardo; Izquierdo, Cruchaga, Cuéllar, Corrales; Juanfran (Valdo), Erice, Raúl García (Muñoz), David López; Milošević y Soldado (Webó).
El desastre impensable no ocurrió en la vuelta. Al contrario: el cuadro navarro, espoleado por El Sadar, certificó su presencia en el sorteo de semifinales con un gol de Juanlu: 1-0. El equipo y la ciudad despertaron del sueño en semifinales: derrotaron al Sevilla en la ida, con gol de Soldado, pero cayeron en el Sánchez-Pizjuán, con goles de Luis Fabiano y Renato, a solo un paso de la anhelada final, a solo dos pasos de un éxito mayúsculo, casi inconcebible. “Nos quedamos un poco con la espina. Sobre todo porque en el partido de ida merecimos un resultado un poco más amplio. Nos quedamos para siempre con la espinita de saber que una final europea para el club hubiera sido ya algo muy, muy, muy especial”, lamentaba Raúl García. No llegaron al muy, muy, muy especial. Pero esa UEFA fue muy, muy especial para Pamplona. Dos muy son más que uno y que ninguno.
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Fotografía de Imago.