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Del cielo a la tierra y de la tierra al cielo, a veces, solo hay un gol

El 20 de diciembre de 2006, el Recreativo escribió, en el Bernabéu, la página más feliz de toda su historia apenas unas horas después de escribir la más triste

El fútbol es, quizás, de las pocas cosas capaces de unir, cual chef, la tristeza y la felicidad. Funde distancias: las sociales, las mentales y las físicas, incluso las verticales: del cielo a la tierra, de la tierra al cielo. “Justo después del partido no sabíamos qué hacer: si celebrarlo o no. Era una sensación extraña, rara. Como todo el día. Eso sí, nos sentíamos muy orgullosos de poder dedicar la victoria a todos los aficionados del Recre y en especial a los que murieron en la carretera”, rememoraba José Viqueira en el portal Huelva Buenas Noticias, en abril de 2020, reviviendo esa noche del 20 de diciembre de 2006, de hace justo 15 años, en la que el Recreativo de Huelva, el decano español, escribió, en el Bernabéu, la página más feliz de toda su historia, la más brillante, apenas unas horas después de escribir la más triste, la más oscura.

Aquel 20 de diciembre, Huelva despertó con una trágica noticia: cuatro personas –tres de una misma familia: madre, padre e hijo– habían muerto de madrugada en la A-49, después de que el autobús en el que viajaban hacia el Santiago Bernabéu, junto a otros aficionados del Recre, chocara frontalmente con un camión de pescado que había volcado sobre la carretera. El cuarto fallecido era el conductor del autobús. Además, 35 personas resultaron heridas, y una de ellas acabó perdiendo la vida semanas más tarde. “Viajamos el día antes y en el desayuno nos enteramos de la noticia. El presidente, Paco Mendoza, nos dijo que no se jugaría el partido. Estábamos muy jodidos. Sentíamos una pena muy grande”, apuntaba Viqueira, antes de rememorar que “iba a ser el último partido del año y tras él nos íbamos de vacaciones. Como no sea iba a jugar, Marcelino [García Toral] entendió que había que entrenar y se pidió el campo de Valdebebas para hacerlo, y luego marchar a casa. Al no haber partido, decidió que hiciéramos un entrenamiento más fuerte de lo habitual, porque además llegaban las vacaciones. Pero estando estirando tras la sesión de trabajo, que fue muy exigente, llegó el delegado del Real Madrid, Chendo, y nos dijo que sí se iba a jugar. Nuestra cara era un poema, después de la paliza que nos habíamos metido”.

La disputa del partido estuvo en entredicho durante todo el día, y de hecho el directo de El Mundo hablaba de “una jornada triste, donde el fútbol pierde toda su importancia”, y de “una decisión polémica, porque muchas voces indican que el partido no debía haberse jugado y que era una gran oportunidad para que el mundo del fútbol mostrara su sensibilidad. No lo ha hecho”. En El País, Óscar García escribía en su crónica, El Bernabéu llora goles: “las lágrimas ahogaron esta vez los gritos de ánimo de un partido que se jugó con un nudo en la garganta. Uno no sabe si el mejor homenaje a los fallecidos fue jugar el partido o si hubiera sido más acertado suspender el choque. Las dos opciones parecen razonables e igual de respetables, teniendo en cuenta que casi 3.000 onubenses se habían desplazado ya a Madrid. Hay ocasiones en que acertar con la decisión justa parece casi imposible”. En las horas previas al encuentro, el consejero delegado del propio Recreativo, Michael Dumois, aseguraba que “desde esta madrugada el partido ha pasado ya a un segundo plano. Para nosotros no hay partido. El partido será noticia mañana o pasado, pero para nosotros el partido se acabó a las 12:30 de la noche, ya que hay una gran tragedia y hay que acompañar a las familias”.

 

“Viajamos el día antes y en el desayuno nos enteramos de la noticia. El presidente, Paco Mendoza, nos dijo que no se jugaría el partido. Estábamos muy jodidos. Sentíamos una pena muy grande”

 

De la llegada a Chamartín, Viqueira aseguraba en Huelva Buenas Noticias que “lo que vivimos al llegar al campo no se nos olvidará. Ver a cerca de 5.000 personas de Huelva, con lo que había pasado, era tremendo. Las sensaciones eran raras. Era un partido importante, en un escenario como el Santiago Bernabéu, ante un buen Real Madrid, y ademas estábamos bien, pero todo lo que rodeó el partido nos hacía pensar que era mala suerte vivir eses momento en esas circunstancias”. “Estábamos en el vestuario y se escuchaba a la gente de Huelva cantar la salve rociera. Eso no sea me olvidará nunca”, añadía el mediocentro coruñés, el ’15’.

Poco antes de las 7 de la tarde, Iker Casillas; Míchel Salgado (Álvaro Mejía), Fabio Cannavaro, que un mes antes había sido premiado con el Balón de Oro, Sergio Ramos, Roberto Carlos; David Beckham, Emerson (Robinho), Guti, Raúl González; Ruud van Nistelrooy y Ronaldo (José Antonio Reyes), por un bando, y Javier López Vallejo; Juan Merino, Beto (César Arzo), Mario Álvarez, Poli; Santi Cazorla, cedido en Huelva por el Villarreal, Emilio Viqueira, Jesus Vázquez, Aitor Tornavaca; Florent Sinama-Pongolle e Ikechukwu Uche (Javi Guerrero), por el otro, comparecieron en el césped del Bernabéu. Separados por el cuarteto arbitral encabezado por Arturo Daudén Ibáñez, formaron una larga fila, ante cuatro ramos de flores, para guardar un minuto de silencio “impresionante. A algunos aficionados se les caen las lágrimas”, contaba El Mundo, mientras la realización televisiva mostraba pancartas de las gradas del Bernabéu. Todos en el dolor, decía una. Hoy más que nunca el cielo es azul y blanco, aseguraba otra.

“Salimos al campo con ganas de agradecer el esfuerzo a esa gente que estuvo en el campo, y pensando siempre en los que se quedaron en el camino. Marcelino, que estaba expulsado y tuvo que ver el partido en la grada, lo planteó para ganar, como siempre. Le daba igual el rival y lo que se podía jugar. A ganar”, destacaba Viqueira en Huelva Buenas Noticias, y, ciertamente, el conjunto del Nuevo Colombino, recién ascendido, “con alas”, como dijo su presidente, Mendoza, firmó un partido extraordinario, y, a la vez, un homenaje conmovedor; vestido con esa camiseta naranja con las mangas granate, con la publicidad de Caja San Fernando en el pecho, sobre color verde oscuro. “El Recre fue una máquina. Un caudal de fútbol espectacular. El recre reventó al Madrid. En todas las líneas”, dijo la crónica de EFE, en un encuentro en el que el Madrid no chutó con peligro hasta el minuto 37, con un tiro de Van Nistelrooy que se perdió fuera del arco de López Vallejo. En ese momento, el equipo de Capello ya caía por 1-0, ya que dos minutos antes, en el 35, Sinama-Pongolle había gritado el primer gol de la tarde tras convertir en oro un balón de Uche, imponiéndose a Cannavaro. El galo sería el máximo artillero del Recre con 12 dianas, por delante de Uche (8), Javi Guerrero (7) y Jesús Vázquez y Cazorla (6) y es, de hecho, el máximo goleador de la historia del club en Primera con 22 tantos, por delante de Javier Camuñas (15) y Guerrero (14). “Sinama-Pongolle y Uche son dos misiles. La dupla de la Liga”, señalaba la crónica de EFE.

 

Aquella noche, el Recre utilizó el fútbol, el mejor médium, para pintar sonrisas donde hubo, y sigue habiendo, tantas lágrimas

 

La de El País contaba que “el gol estimuló a Capello, que retiró a Emerson en el descanso y dispuso un doble pivote con Beckham y Guti, lo nunca visto en el técnico italiano”, pero nada cambió. El Recre se siguió divirtiendo en el verde del Bernabéu, convertido en su patio del recreo, y en el minuto 52 llegó el 0-2, obra de Uche. El ’18’ culminó una veloz cabalgata de manera maravillosa, batiendo a Casillas con un chut ajustado al palo derecho, imposible para el guardameta local, dejando en evidencia, de nuevo, a Cannavaro, superado, como todo el equipo, de una forma tan inapelable como inesperada. Uche había sido el Pichichi de Segunda la campaña anterior, empatado a 20 tantos con José Juan Luque, del Ciudad de Murcia. El marcador del Bernabéu mostraba un 0-2 a favor del Recre, como en ese 15 de diciembre de 2002 en el que el conjunto onubense se adelantó con dos goles de David García Cubillo y Miguel Ángel Espínola en los primeros 15 minutos. En aquella ocasión acabó hincando la rodilla (4-2), pero cuatro años después no iba a ser igual, por mucho que Capello amontonara atacantes en el campo. “Desde hoy nadie le puede decir que es defensivo. Con cinco delanteros llegó a estar el Madrid. Sin rumbo. Sin alma”, decía la crónica de la agencia EFE, antes de retratar que, ya en el 90′, “Viqueira, en pleno festival onubense, marcó el 0-3 con una falta magistral”.

En el portal Huelva Buenas Noticias, Viqueira, “extraordinario en la conducción”, según EFE, contaba que “cinco minutos antes había estrellado un balón en el palo. Hubiera sido un gol más bonito que el de la falta. Cuando estaba colocando la pelota para tirar la falta, Daudén me dijo ‘anda que si ahora la metes’, y yo le contesté ‘es que la voy a meter'”. Y entró, mientras Casillas se convertía en estatua. “Ese día, y el partido en sí, lo veo con una película surrealista, pero con un final feliz”, añadía, recordando el gol número 100 del Recreativo en Primera, recordando la primera victoria del Recreativo en el Santiago Bernabéu, recordando una noche eterna, en la que el conjunto de Marcelino salió del Bernabéu séptimo, a solo tres puntos de la Champions. Mientas que el Real Madrid de Capello acabaría alzando la liga, pese a que esa noche fue despedido entre pañuelos, el equipo del Nuevo Colombino conquistó su techo histórico al terminar en una formidable octava plaza, con una renta de hasta 15 puntos sobre el 18º, el Celta de Vigo, y a solo seis del sexto, el Atlético de Madrid, y el último billete para la Copa de la UEFA.

Pero lo que más recuerda el Nuevo Colombino de esa inolvidable temporada 06-07, quizás incluso por encima del octavo puesto final, es aquel 20 de diciembre: esa mañana amarga, lúgubre; esa noche tan gloriosa, imborrable, histórica. “El Recreativo regaló hoy a Huelva toneladas de gran fútbol, homenajeó a sus hinchas fallecidos y demostró que su ciudad puede estar orgullosa del equipo de Marcelino García Toral. El Recre siempre creyó en la victoria. Y dedicó un triunfo histórico a su gente. La mañana empezó de forma trágica en Huelva y al menos el final del día dio un plus de satisfacción a un club modélico, convertido en revelación del fútbol español”, reivindicaba la crónica de la agencia EFE. “Dedicado a los que lo vieron desde el cielo”, titulaba la portada de Marca. “El Recre jugó un partido divino”, remarcaba, narrando la victoria más importante de la historia del decano español, y aquella noche en el que el Recre utilizó el fútbol, el mejor médium, para pintar sonrisas donde hubo, y sigue habiendo, tantas lágrimas.

En cada tanto, los futbolistas del Recre señalaron el cielo. Lo tocaron: del cielo a la tierra y de la tierra al cielo, a veces, solo hay un gol.

 


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Fotografía de Imago.