Después de los 151 primeros, perdí la cuenta. Nostálgico, me quedé anclado a la primera generación. Aquella en la que en las primeras rutas aparecían los Lucas Piazón, Kenneth Omeruo o Patrick Bamford y en la que destacaban los legendarios Kevin de Bruyne, Romelu Lukaku o Thibaut Courtois. Desde entonces, la cantidad de jugadores que han pasado por el Chelsea es más extensa que una Pokédex. Muchos de ellos ni siquiera llegaron a salir a combatir con la camiseta ‘blue‘ puesta. Algunos, se marchaban cedidos a clubes de todo tipo y de cualquier región. Otros, se quedaban en el PC de alguien, resignados, esperando su turno. Como aquel Pokémon que aparece en las primeras rutas, normal y genérico, al que solo utilizas para no malgastar el poder de los que te parecen realmente relevantes para tu historia.
El pasado mayo de 2022 el Chelsea cambió de propietario. De Abramovich a Todd Boehly. De magnate a magnate. Desde entonces, los ‘Blue Lions‘ se han gastado más de 600 millones. Entre los 16 fichajes y todos aquellos que volvieron de sus cesiones, podríamos hacer una plantilla completa de 23 jugadores. Incluso podrían hacer una pachanga entre ellos. Imaginároslo: Matt Miazga cubriendo a Mykhaylo Mudryk y Ethan Ampadu a Michy Batshuayi. Vaya duelo. Tan divertido como un duelo entre la clase A y B de primaria. ¿Quiénes serían los dos capitanes que escogerían al resto? Mi apuesta es Koulibaly y Cucurella. Puro carácter. Aunque si lo que quisieran fuera separar a los mejores, Aubameyang, Joao Félix, Sterling y Enzo Fernández, que se separen.
Con los jugadores del Chelsea nos pasa como con las preposiciones. Para aprendérnoslos todos tendríamos que recitar unos versos y decirlos del tirón. Si no, sería imposible no dejarse alguno
Con los jugadores del Chelsea nos pasa como con las preposiciones. Para aprendérnoslos todos tendríamos que recitar unos versos y decirlos del tirón. Si no, sería imposible no dejarse alguno. A los niños de los 2000, los directores de Pokémon nos lo pusieron más fácil y crearon el PokeRap. Sería divertidísimo ver rapear a Stamford Bridge en cada descanso cuando apareciese una silueta negra y sonase por megafonía: “¿Qué cedido es?”. Y no sería fácil, eh, que la temporada pasada fueron 23.
El Chelsea captura por capturar. ¿Y eso le sirve de algo al profesor Oak? Ni idea. ¿Y a los propietarios del club? Sí, de negocio. Invierten en talento para transformarlo en dinero. El aficionado ‘blue‘ no sabe cuál es el rumbo de su dirección deportiva. No tiene tiempo de ilusionarse y celebrar la llegada de un joven talento, porque poco después recibirá a otro. Sus carreras entran en un espiral. Tras fichar por uno de los grandes, el jugador sabe que acaba de despegar a la velocidad de la luz, pero que con su más que probable cesión tiene dos opciones: rendirse ahora o prepararse para luchar.
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Fotografía de Getty Images