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Casemiro, ¿cómo va todo, amigo?

Madrid y 'Case' parecían inseparables, pero una de las bombas del verano estalló en Mánchester. Nos preguntamos cómo le va en su nueva etapa

“Algo se muere en el alma cuando un amigo se va, y va dejando una huella que no se puede borrar”
Los del Río

 

Cuando un amigo parte a rehacer su vida en otro lugar, la desazón se apodera de uno. Los recuerdos vividos invaden nuestra mente y la negación a aceptar la marcha de un camarada nos conecta con esa sensación de ausencia que deja el vacío de aquel que ya no forma parte de nuestro entorno inmediato. Las fotos de su nueva vida te hacen pensar. ¿En qué momento dejamos de ser tan cercanos? Es el prólogo de un obituario. La causa de la tristeza no es la distancia en sí misma, sino aquello que cambia a partir de esta. Y pese a que la amistad no tiene que terminar cuando la distancia impera entre dos individuos, no todos logran superar las pruebas del tiempo y el espacio. Momentos que decantan a un lado la fina línea entre ‘colegas fugaces’ y ‘amigos para siempre’. Quedadas por Skype, cuya frecuencia disminuye paulatinamente con el paso de los meses. Secretos, antes compartidos, que ahora dificultan su comprensión por la disparidad de los nuevos contextos. Bromas cómplices, tan herméticas que reforzaban el vínculo de tu particular ‘dúo dinámico’ frente a un grupo más amplio y que desaparecen tras el término de las anécdotas fraternizadas. La muerte acecha. Si un viajero en el tiempo matara una mosca, la línea temporal cambiaría la mítica frase que Humprhey Bogart regaló a su colega al final de la película Casablanca: “Louis, presiento que esto es el fin de una bonita amistad”.

Casemiro se mudó de Madrid el pasado verano en busca de nuevos retos: Las tres lluvias de Blanca Elena Paz. El diluvio que inunda habitualmente la lúgubre Mánchester, la lluvia monetaria que catapulta su sueldo y el chubasco de críticas que podía esperar tras llegar a un histórico equipo, hasta hace poco en ruinas. El lacónico espacio temporal entre el primer rumor y la oficialidad del traspaso al Manchester United no permitió al aficionado ‘merengue’ mentalizarse y digerir el adiós de una leyenda de tal calibre. El dinero ingresado (72 millones de euros) y la rápida adaptación de Tchouaméni como relevo generacional del barsileño, transformaron lo que parecía una trágica marcha en una transición dulce. El Bernabéu no le echa mucho de menos. Cuando piensa en él recuerda una etapa feliz, pero con la serenidad de saber que esta también lo es. Casemiro y el Real Madrid son amigos. Siempre lo serán. Pero al separar sus caminos, el contacto se disuelve y el seguimiento mutuo dista de ser el mismo. Planta que no se riega, planta que palma. Por eso, el madridismo se pregunta: ‘Case, ¿cómo va todo, amigo?’.

 

Casemiro está subido al podio clasificatorio de jugadores con más robos de balón, más duelos individuales ganados y mayor número de entradas con éxito

 

El inicio no fue idílico. La adaptación a un nuevo hogar tras siete años frente a la Puerta del Sol se embrolló. También en lo futbolístico: no fue hasta el quinto partido cuando Ten Hag decidió colar su nombre en el once inicial. Desde entonces, solo los árbitros lo han movido de su sitio como titular. Esa cartulina rojiza que el colegiado sacó del bolsillo pilló por sorpresa a un desacostumbrado Casemiro nada habituado a ver algo así en España. Un primer mes de dudas no pronosticó la importancia del brasileño a día de hoy en el ecosistema ‘red‘: un líder inamovible en la plantilla, alabado por compañeros, aficionados, entrenadores y leyendas del club. Y este delito tiene pruebas. Casemiro está subido al podio clasificatorio de jugadores con más robos de balón, más duelos individuales ganados y mayor número de entradas con éxito. Un stopper inglés de antaño cuyos colgantes pueblan una solapa que poco tienen que ver con el esmoquin de un fino caballero, sino de un aguerrido guerrero que batalla con bravura.

En realidad, los que conocen a ‘Case’ ya preveían estos registros. En busca de cobre, han encontrado oro puro. A los atributos del juego posicional, aporte de equilibrio al equipo, carterista de la medular blanca y guardaespaldas de los artistas de la generación de la ‘Décima’, relucidos en su vieja amiga Madrid, ha sumado una novedosa vocación ofensiva, creadora de juego. El brasileño ha ido adelantando su posición en el césped. Sus pases no resultan indiscutibles, sino que parecen obedecer a una necesidad. Es habitual verlo varado en las troneras del área para dar el último pase o que sus botas finalicen la jugada. O su cabeza. Los ‘Red Devils’ han recuperado la mejor versión goleadora de Casemiro, acechando los mejores registros de su carrera. Cuatro goles en su casillero llegados al ecuador de la temporada, a solo tres de su récord en la 17-18. Roy Keane, icono en la historia del United, confesó en Sky Sports que ‘Case’ le ha robado el corazón: “Cuando llegó existía la percepción de que era un pivote muy posicional, pero, además de ser muy bueno defensivamente, hemos comprobado que tiene mucha calidad en el pase y, encima, marca goles”.

 

Los ‘Red Devils’ han recuperado la mejor versión goleadora del brasileño, acechando los mejores registros de su carrera. Roy Keane, icono en la historia del United, confesó que ‘Case’ le ha robado el corazón

 

El rumor es la antesala de la noticia. En los medios se chismorrea acerca de una posible capitanía para Casemiro. De momento ejerce en la sombra. Arropa y protege a los más jóvenes como Malacia y Garnacho igual que hacía con Rodrygo y Vinicius. Y Ten Hag babea. Dos personas en las antípodas del fútbol en cuanto a estilo se refiere se han juntado para sacar lo mejor del otro. El técnico holandés ha dibujado una sociedad perfecta en un doble pivote innegociable que ha desatado una supernova. La pareja Eriksen-Casemiro es clave para entender el lavado de cara de los ‘Red Devils, reconducidos a la gloria como si hubiesen pasado por Hermano Mayor o Esta casa era una ruina.

Parece que la felicidad custodia al viejo compañero de Lady Madrid. Apenas ha pasado tiempo desde que dejó atrás su antigua vida y aparenta que ya no quedan secuelas. Una sonrisa que disimula nostalgia se ilumina en el rostro del aficionado madridista que culmina con un mensaje tras ponerse al día de las buenas nuevas: ‘Me alegro de que todo vaya bien, Case’.

 


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Fotografía de Getty Images.