“Mi pasado es mi pasado. Por la calle me dicen que estuve de borrachera la semana pasada, pero solo son rumores. Me gusta estar en casa, relajarme y ver películas. Me encanta Mujeres Desesperadas. Sinceramente, ya no salgo”.
Andy Carroll sentía la necesidad de explicarse, de contarle al mundo la vida funcionarial que había abrazado tras su fichaje por el Liverpool. Los goles no entraban y, cada cierto tiempo, le sobrevolaban habladurías tan oscuras como las pintas de Guinness que se metía de vez en cuando entre pecho y espalda. Varias sentencias condenatorias por incidentes de madrugada adornaban su currículum.
Un seguidor del West Ham salió a tomar una copa en Las Vegas, y en el garito encontró a un tipo vestido de ardilla dándolo todo en la dancefloor. Era Andy, sí, a 36 horas de pasar la revisión médica en Londres
Poco después de aquellas declaraciones, en 2013, los hinchas del West Ham recibieron con ilusión el fichaje de Carroll por su equipo. No lo había hecho bien en Anfield, cierto, pero el delantero de la selección inglesa parecía un buen refuerzo. Con esa certeza salió a tomar una copa un seguidor de los ‘Hammers‘ estando de vacaciones en Las Vegas, hasta que al entrar en el garito encontró a un tipo vestido de ardilla dándolo todo en la dancefloor. El roedor fue entrando en calor hasta acabar con el torso desnudo, envuelto en una capa de superhéroe con una Magnum de champagne en la mano.
Era Andy, sí, a 36 horas de pasar la revisión médica en Londres. Con algo había que entretenerse hasta que saliera la nueva temporada de su serie favorita.
Este artículo está extraído del interior del #Panenka106, un número que sigue disponible aquí
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Fotografía de Getty Images.