En el fútbol actual se les sitúa a equipos como PSG o Manchester City la condición de grandes europeos. Pero en realidad son transatlánticos económicos sin apenas historia o hegemonía. Cada vez será más raro ver a conjuntos de Holanda, Escocia o Bélgica levantar una Champions League, e incluso Europa League. Los más románticos debemos asumir esto cuanto antes, por desgracia. Al menos la Europa League sí da pie a una mínima sorpresa, ha recuperado parte de la magia que ha perdido la Champions respecto a protagonismo de equipos menores. De todas formas, si repasamos el palmarés de las antiguas Recopa y Copa de la UEFA no tiene mucho que ver. Un histórico de Bélgica, como es el Anderlecht, está a tan solo noventa minutos de cargarse a uno de los favoritos: el Zenit. El equipo de Bruselas sí partía como claro aspirante al título en la década de los setenta y ochenta. En esa época conquistó cinco títulos continentales, más que ningún otro equipo belga, y perdió tres finales. Podríamos trasladar el espíritu de aquel Anderlecht a la actualidad, haciendo una comparativa con lo que es el Sevilla hoy en día. Dos equipos un escalón por debajo de la élite europea, que lograron varios títulos y sin terminar de dar el salto definitivo en la Copa de Europa.
Éxitos pintados de morado y blanco
El primero de los cinco títulos fue la Recopa de la temporada 75/76. Por si alguno no sabe de qué iba aquel torneo, consistía en reunir a todos los campeones de las copas nacionales. Cada uno de estos equipos representaba a su federación, a Bélgica la representó el Anderlecht como vigente campeón de la copa belga. La final la jugó ante el West Ham de Frank Lampard, se disputó a partido único en Heysel. Por parte del Anderlecht la gran estrella era el holandés Rob Rensenbrink. Este holandés, coetáneo de Cruyff, era el factor diferencial. La mayoría de su carrera la hizo en Bélgica, y en gran medida los éxitos del Anderlecht se corresponden a su figura. El brillante atacante anotó en las cuatro finales que conquistó con el equipo de Bruselas, era la pieza angular de aquella generación. De hecho, ante el West Ham de los cuatro goles anotados por su equipo, dos de ellos llevaron su firma. Pero también había otros grandes jugadores: Van der Elst, Hugo Broos, Arie Haan o Franky Vercauteren. El segundo título europeo poco tardó en llegar, concretamente unos meses. En aquella época la Supercopa de Europa se disputaba a doble partido, y allí estaba el Bayern de Múnich. La apisonadora alemana. Era toda una generación irrepetible: Maier, Beckenbauer, Rummenigge, Hoenes y Müller. Sin duda el equipo bávaro era el claro favorito, e impusieron su condición venciendo 2-1 en tierras germanas. El partido de vuelta fue una locura, para la hora de partido el Anderlecht ya iba 3-0. Müller, como buen obrero del gol, dio algo de emoción pero Rensenbrink dejó la primera Supercopa en Bruselas.
El Anderlecht se aficionó a la Recopa de Europa, al igual que el Sevilla con la Europa League. Disputó tres finales consecutivas, y en la temporada 77/78 volvió a levantar el trofeo por segunda vez. El camino hasta la final no fue sencillo, por el trayecto dejó al Hamburgo, Porto y Twente, antes de medirse al Austria Viena. El mito austriaco Herbert Prohaska era el último obstáculo, y lo derrotaron con una facilidad aplastante: 4-0. Cómo no, Rensenbrink sumó dos tantos y Van Binst los otros dos. Una vez más jugarían meses después la Supercopa de Europa. El rival no metía tanto miedo como el Bayern, pero el Liverpool de Kenny Dalglish no estaba nada mal. De nuevo lograron una cómoda renta antes de visitar Anfield, el 3-1 parecía suficiente. Pero no, cuando uno visita el templo del Liverpool no puede dar las cosas hechas. Adelantó Hughes al conjunto red, empató Van der Elst y Fairclough dio emoción a los minutos finales. El marcador no se movió, por segunda vez el Anderlecht era el supercampeón de Europa. Varios años después, en 1983, llegó el último trofeo: la Copa de la UEFA. La plantilla había cambiado respecto a los anteriores títulos. El capitán era Vercauteren, Rensenbrink ya no estaba y Morten Olsen era un fijo en defensa. En aquella plantilla había un sevillano, Juan Lozano. Militó gran parte de su carrera en Bélgica, y anotó el gol clave de la final en Lisboa. En esta ocasión, el Anderlecht no logró una gran renta en el partido de ida, consiguió un escueto 1-0 y la certeza de que sufrirían en el de vuelta. El 1-1 de da Luz fue suficiente, ante la eterna maldición que persigue al Benfica dirigido por Sven-Goran Eriksson.
Tres títulos se quedaron en el camino
Conquistar cinco títulos continentales estaba al alcance de muy pocos equipos, pero además perdieron tres finales. Imaginad si llegan a ser ocho los títulos conseguidos por el Anderlecht. La primera derrota fue en la Recopa de la temporada 76/77, justo en mitad de las dos ganadas. Esta parecía una copa hecha a medida del conjunto belga, pero el Hamburgo se interpuso en su camino. Todos recordaréis aquel equipo alemán liderado por Felix Magath. Unos pocos años después lograrían la Copa de Europa. La final no se decidió hasta los instantes finales, Volkert y el propio Magath anotaron en los diez minutos finales. Ya sabéis, si Rensenbrink no metía no había trofeo. La segunda pérdida fue la Copa de la UEFA de la 83/84. El conjunto belga era el actual campeón, habían derrotado en la edición anterior al Benfica. Esta vez no tuvieron la misma fortuna ante el Tottenham de Steve Archibald u Osvaldo Ardiles. De todas formas, anduvieron cerca de volver a ganar la UEFA. Cayeron en el partido de vuelta en los penaltis, era la primera temporada de Frank Arnesen y el mito: Enzo Scifo. ¿Quién falló el penalti definitivo? Fue el islandés Arnor Gudjohnsen, padre de Eidur. Por último, la tercero derrota llegó en su competición fetiche: Recopa de Europa. Aquel Anderlecht de la 89/90 poco tenía que ver con los éxitos de su pasado. Como curiosidad se juntaron en aquella plantilla, y de titulares, los padres de Eidur Gudjohnsen y Charly Musonda. Su rival era un auténtico equipazo, la gran Sampdoria: Pagliuca, Vierchowod, Katanec, Mancini, Vialli y bajo la batuta de Boskov. La final, a partido úncio, fue muy igualada. Ambos equipos llegaron a la prórroga y allí por partida doble Vialli sentenció a los belgas.
Un presente lejos de aquella gloria europea
Fue tal la hegemonía del Anderlecht durante las décadas de los 70 y 80 que, según la IFFHS, es considerado el décimo mejor equipo de Europa en el siglo XX. Casi nada. ¿Y qué ha ocurrido en las últimas décadas? Es evidente que la liga belga ha decaído y como consecuencia sus equipos. Cada vez les dura menos el talento, y además salen a grandes destinos europeos por cifras irrisorias. Exactamente igual que ocurre en Holanda. En las últimas 11 ediciones que ha disputado el Anderlecht la Champions League en ninguna de ellas pasó de la fase de grupos. Pero es que incluso le cuesta clasificarse, esta temporada quedó apeado por el Rostov. En la Europa League, ante clubes de menor nivel, sí tiene un mejor papel. Ha llegado varias veces a octavos de final, la última la pasada campaña ante el Shakhtar. No tienen plantilla como para ganar el torneo, pero sí la tradición e historia como para intentar llegar a cuartos. En los últimos años han salido futbolistas de nivel como: Dennis Praet, Defour, Okaka, Mitrovic, Mbokani, Biglia, Lukaku y un largo etcétera. Ahora poseen una buena plantilla, con jugadores de calidad para dar un susto a más de uno. Y aunque ya no exista la Recopa de Europa, esperemos ver al Anderlecht en alguna final continental.