Cinco estatuas flanquean los alrededores del Independence Park, en Kingston Jamaica. Es el estadio donde la Selección Nacional del país disputa sus partidos como local. La isla caribeña se mueve al ritmo del reggae de Bob Marley y tan solo se altera cuando sus atletas, con Usain Bolt a la cabeza, rompen el cronómetro y las leyes de la velocidad así que no es de extrañar que las efigies que hay en la entrada del complejo sean en honor al compositor más famoso del país y a Don Quarrie, Arthur Wint, Herb McKenley y Merlene Ottey, todos ellos velocistas jamaicanos, ganadores de metales olímpicos.
Pero hubo un día donde en el Independence Park el atletismo no fue protagonista; un día en el que Jamaica aparcó las carreras y el cricket y se juntó para animar a los Reggae Boyz, la selección nacional de fútbol del país. Fue en 1997, durante la fase de clasificación hacía la Copa del Mundo de Francia 1998. El estadio jamaicano se mostró inexpugnable para todos los rivales ya que nadie consiguió anotar un gol en sus visitas a la isla caribeña –México y USA incluidos¬– y los chicos de René Simões consiguieron la proeza de clasificarse para un Mundial por primera vez en la historia del país. Pero toda gesta necesita un héroe y este rol lo aceptó encantado un jovencito de 21 años llamado Deon Burton, nacido en Reading (Inglaterra). El delantero anglo-jamaicano hizo cuatro de los siete goles que anotó el cuadro caribeño en la fase de clasificación, incluido el tanto en el partido decisivo ante El Salvador.
[quote]A finales de los noventa, y gracias a los goles de un joven nacido en Inglaterra, Jamaica vio como sus alegrías duraban 90 minutos y no 10 segundos[/quote] Burton, apodado ‘El Ronaldo del Caribe’, por su parecido con el ariete brasileño, se convirtió en el ídolo del pueblo, que durante un tiempo vio como sus alegrías duraban 90 minutos y no 10 segundos de una carrera y que los balones más deseados eran los de cuero y no los de corcho y cuerda como los del cricket.El sueño local se vio cumplido cuando, el 14 de junio de 1998, los Reggae Boyz debutaron contra Croacia en el mayor acontecimiento futbolístico del planeta. Una victoria ante Japón culminó una participación histórica, que se remató con la asignación de Deon Burton como Mejor Deportista Nacional del Año, premio normalmente reservado para jugadores de cricket o atletas.
Por aquel entonces Burton militaba en el Derby County y ya había pasado por las filas del Cardiff City y del Portsmouth, donde coincidió con Martin Allen, un veterano jugador inglés ya en el declive de su carrera. El delantero jamaicano encadenó cesiones y traspasos por distintos clubes británicos hasta acumular un total de once camisetas distintas, todas ellas de conjuntos modestos. Barnsley, Stoke City, Walsall, Swindon Town, Brentford, Rotherham United, Sheffield Wednesday o Charlton Athletic contrataron sus servicios pero el rendimiento de Burton nunca fue del todo satisfactorio, con un tope de 14 dianas en una temporada. Ya con 34 años firmó con el Gabala FC, un club de la liga de Azerbaijan, con lo que parecía que el último contrato de la carrera del delantero anglo-jamaicano. Apenas 15 goles en dos temporadas no hacían más que reforzar la idea de que Burton ya no servía para esto del fútbol hasta que en verano del 2012 volvió a aparecer en su vida Martin Allen, aquel experimentado jugador con el que había coincidido en Portsmouth. Allen, como nuevo técnico del Gillingham de la League Two inglesa, quería sus servicios así que el delantero volvió a las islas con 36 años para vivir una nueva aventura en la última categoría del fútbol profesional británico.
Todo ha salido a pedir de boca y el Gillingham de Martin Allen ha certificado su ascenso a la League One como primer clasificado. El protagonismo del jamaicano, como segundo máximo goleador del equipo (con 12 tantos), ha sido notable y en la prensa británica ya se especula con la posibilidad de que continúe una temporada más. Burton responde que depende de su cuerpo y cuando le preguntan si ha cumplido un sueño con este ascenso él contesta que él ya hizo realidad su sueño en 1997. Se refiere al amistoso entre Estrellas de Europa y Estrellas del resto del Mundo en el que participó aquel año. En el minuto 62, sustituyó a Ronaldo. El brasileño, su ídolo.