En 1996 se disputó la primera temporada de la MLS, campaña en la que Filadelfia, a pesar de ser una de las ciudades con más tradición deportiva de los Estados Unidos, no contó con ninguna franquicia en la competición. Diez años más tarde, Filadelfia seguía sin tener equipo, pero sí unos pocos fanáticos del soccer que iniciaron lo que para muchos no era más que una locura: formar un grupo de animación de un equipo que no existía. Se hacían llamar Sons of Ben en honor a uno de los hijos predilectos de Filadelfia, Benjamin Franklin, y su objetivo no era otro que llevar el fútbol profesional en la ciudad. Si hoy en día el Philadelphia Union es uno de los mejores y más representativos equipos de la Major League Soccer es gracias a estos apasionados del esférico. Traslación balompédica del sueño americano que captaron las cámaras de Mike Dieffenbach y Jeff Bell, productor y director, respectivamente, de Sons of Ben. Los propios responsable de este magnífico documental que participará de la Sección Oficial Estrella de la edición de este 2015 del OffsideFest, le explican a Jaume Abella que, a diferencia de lo que piensa la grana mayoría, en la tierra de los bravos y libres, también les gusta chutar.
– ¿Qué signifíca para vosotros el fútbol?
Mike Dieffenbach: Jugué a fútbol de pequeño, y me encantaba. Al crecer, fui perdiendo aptitudes, pero sigo siendo una gran seguidor. Me encanta esa perseverancia por alcanzar la excelencia individual y colectiva, la creatividad que hay en el juego. Me apasiona la parte atlética, pero también esas idas y venidas, los acontecimientos inesperados, algunos de ellos con mucha carga dramática, en el transcurrir de un partido. Sin olvidarnos de toda la liturgia relacionada con los seguidores. Es genial que la cultura futbolera que hay en Europa esté, por fin, echando raíces en Estados Unidos.
Jeff Bell: Tengo que admitir que, en esto del fútbol, soy un recién llegado. Crecí en el área metropolitana de Filadelfia y ahí el rey es el equipo de fútbol americano, los Philadelphia Eagles, seguidos del béisbol, el baloncesto y el hockey hielo. Dicho esto, desde que he producido y dirigido Sons of Ben, mi interés por el fútbol, tanto en lo deportivo como en lo cultural, no ha parado de crecer. Recuerdo que este verano estaba en Francia, y fue una experiencia increíble ver el partido del Mundial entre Estados Unidos y Ghana rodeado de otros americanos. Además, ganamos. Un momento realmente especial.
– ¿Cómo descubristeis la historia de los Sons of Ben?
JB: Fui compañero de colegio de Bryan James, uno de los principales protagonistas del documental. Luego me mudé a Los Angeles y durante un tiempo le perdí la pista. Un día, por casualidad, vi una foto de Bryan James con el comisionado de la MLS. Era del día que la liga concedió a Filadelfia el derecho a tener un equipo en la competición. Supe de inmediato que detrás de todo aquello había una historia muy especial y que yo tenía que explicarla. Retomé el contacto con Bryan James en una de esas características reuniones de antiguos alumnos. Fue entonces cuando le expliqué que quería rodar un documental sobre la historia de los Sons of Ben. No me creyó, pero tres meses más tarde me planté en Filadelfia con un equipo de grabación y empecé a rodar.
MD: Cuando Jeff me explicó la historia de los Sons of Ben, un grupo de aficionados de un equipo que no existía, me quedé petrificado. Tenía que formar parte de ese proyecto. Era admirablemente surrealista animar a un equipo que no existía. Algo parecido a Don Quijote y su lucha contra los molinos.
“Era admirablemente surrealista animar a un equipo que no existía. Algo parecido a Don Quijote y su lucha contra los molinos”
– La fe en el fútbol mueve montañas.
MD: Cierto, pero Sons of Ben es un documental sobre fútbol que va más allá del fútbol. Es un documental sobre el espíritu de hermandad y comunidad, y sobre la necesidad de tener una pasión en la vida. De tener un fuego en el corazón que arde por un propósito. Aquello que hace que te levantes por la mañana y que no te puedes quitar de la cabeza durante todo el día. A lo largo del tiempo, hubo muchos momentos en el que los Sons of Ben podrían haber cedido en su empeño. Pero no lo hicieron. Incluso Nick Sakiewicz, el CEO del Philadelphia Union, sufrió un cáncer, pero no permitió que la enfermedad menguara sus esfuerzos por hacer de ese sueño de tener un equipo de fútbol profesional en Filadelfia una realidad. Si habéis visto Rocky, que es una gran película, os podéis hacer una idea del espíritu de la gente de Filadelfia: no se rinden nunca. Más allá de esta idea de la tenacidad, la película también trata de ir haciendo conexiones, de cómo los círculos de aquello que denominamos “nuestra gente” se van ampliando. Algo que, en en la película, se refleja en la conexión que se establece entre los Sons of Ben y la ciudad de Chester, donde se acabó construyendo el estadio del Philadelphia Union. Así que, en última instancia, la película trata sobre convertirte en parte de algo que acaba siendo más grande que uno mismo.
JB: La historia de Sons of Ben empezó con un sueño, pero se dieron cuenta de que podían conseguir algo mucho más importante que alcanzar ese sueño: ayudar en la mejora y desarrollo de su comunidad, Chester, que, para mí, es el alma de toda esta historia. Una ciudad, en las afueras de Filadelfia, olvidada durante décadas, pero que con el esfuerzo de los Sons of Ben, los políticos locales y la directiva del club vio una oportunidad para salir del pozo en el que se encontraba.
– Una vez más, el fútbol como agente social.
MD: Totalmente. Si examinamos el arco de la historia, desafío a cualquiera a llevarme la contraria de que con el tiempo la humanidad, como especie, está más unida que nunca. Existen muchos conflictos en el mundo, es cierto, pero, insisto, estamos más unidos que nunca. La paz se está extendiendo, la compasión está creciendo, es una marea que no se puede detener. Algo que se ejemplifica perfectamente cuando experimentamos esa camaradería y compañerismo entre países que se fomenta a través de un deporte tan relevante como el fútbol.
JB: En realidad, podríamos decir esto de todos los deportes. Más allá de las diferencias culturales, el deporte es el mejor vínculo de unión entre sociedades. Pero con el fútbol esto es mucho más palpable, porque es el deporte más popular del mundo.
– ¿El fútbol es cultura?
MD: Absolutamente. Tal vez se entienda de forma diferente de un país a otro, incluso de una ciudad a otra, pero el fútbol es tan vibrante y creativamente inspiracional como cualquier forma de arte.
JB: No he visto muchos partidos en otros países, pero lo que he experimentado en los encuentros de la MLS a los que he asistido es muy diferente a lo que he vivido viendo en directo otros deportes. Los seguidores de la NFL, NBA, NHL o la MLB también lo viven con pasión, pero no se puede comparar con esa espíritu de camaradería que existe entre los seguidores de fútbol. No es solo algo que no había visto jamás antes sino que a través de esa forma tan especial de entender el deporte se ha creado toda una cultura.
– ¿Con qué os quedáis de la experiencia de haber rodado Sons of Ben?
MD: Cuando acabé de rodar mi admiración por los Sons of Ben era inmensa, mucho más de la que sentía al inicio, y ya entonces les respetaba profusamente por lo que habían conseguido. Hacer una película es complicado, y hacer un documental independiente no es imposible, sino lo siguiente. Es muy difícil obtener la financiación necesaria, así que estamos infinitamente agradecidos a la gente que ha hecho que este documental sea posible. Pero especialmente, muy al principio del proceso, si no tienes dinero no puedes pagar a la gente para que trabaje en tu película, y si no puedes pagar a gente para que haga la película, difícilmente tendrás una película. En el caso de Sons of Ben fue una batalla constante. Pero siempre que me venía abajo, pensaba en los propios Sons of Ben y en todo lo que habían conseguido, y recordaba que lo que ellos anhelaban iba más allá de los que podían conseguir por ellos mismos. No formaban parte de un grupo de inversores con millones de dólares por gastar. No eran propietarios de una gigantesca empresa de construcción capaz de erigir un magnífico estadio nuevo. No eran más que una panda de soñadores que no se iban a rendir. Se colgaron de ese propósito e hicieron que todo lo que querían acabara pasando. Algo increíble.
JB: A nivel personal, ha sido un largo viaje. Esta es mi primera película, así que ha sido como un realizar un máster. A lo largo del camino nos tropezamos con muchísimos obstáculos, y hubo momentos en los que no sabía si seríamos capaces de superarlos. En este punto, tengo que decir que tengo al mejor productor con el que un director pueda trabajar, Mike Dieffenbach. Ha sido una experiencia increíble tenerle a mi lado. Sin él no sé si podría haber llegado muy lejos. Esta era una historia que sentía que debía compartir con el resto del mundo, y ahora que he alcanzado el reto, la sensación es increíble. Como dije antes, los Sons of Ben han sido una gran inspiración, y la moraleja que he aprendido en esta aventura es que siempre debes perseguir tus sueños. Da igual si llegas a la línea de meta o no, porque siempre aprendes alguna cosa.
-Falta menos de un mes para la nueva edición del OffsideFest, donde se proyectará vuestra película. ¿Qué os parece un festival como el de cine documental de fútbol de Barcelona?
MD: Increíble. Bienvenida sea toda oportunidad para celebrar la cultura del fútbol. Compartir el espíritu del juego, ver con el público los documentales, poderte interrelacionar con ellos… Es fantástico. Me muero de ganas por volver a Barcelona. Ya visité la ciudad en 2006 e, imagino que como todos los turistas, fui a ver la Sagrada Familia. Al estar frente a ella fue como “¡este es el edificio más bonito del mundo, y tan siquiera está acabado!”. Así que tengo que volver para ver cómo evolucionan las obras. Cuántos más festivales haya como el OffsideFest, mejor. Celebremos este deporte tan increíble y el arte de explicar historia sobre él.
JB: Festivales como el OffsideFest son fantásticos. Compartir esa pasión con la que viven el fútbol los aficionados de alrededor del mundo es algo realmente especial. De la programación del OffsideFest de este año, tengo muchas ganas de ver We Must Go. Cuando vi el trailer, meses atrás, me quedé con la boca abierta.
MD: A mí, me resultan muy interesantes las historias que profundizan en la relación entre deporte y política, así que uno de los documentales que no me quiero perder es Mundial. The Highest Stakes, sobre la selección de Polonia que participó del Mundial 82 mientras el país estaba bajo las directrices de la ley marcial.
-¿Algún otro documental de fútbol en vuestra agenda?
MD: Creo que una historia interesante a explicar es la de las mujeres que juegan a fútbol en Oriente Medio.
JB: Es una pregunta difícil. Ser director de cine también implica encontrar historias interesantes. Hay muchas historias por explicar, pero un director debe elegir aquella que realmente resuena en su interior. Sí, tengo varios proyectos que quiero realizar con Mike, pero por el momento no puedo explicar demasiado.
MD: Yo me encuentro trabajando ya en la producción de otra película pero, y os pido disculpas, no tiene ningún tipo de relación con el fútbol. Aun así, le estoy echando a un cable a un amigo con un documental para televisión que está realizando sobre el jugador de la MLS Robbie Rogers.
-Es una lástima que el cine de ficción aún no haya logrado captar en su plenitud el mundo del fútbol. Vosotros, los americanos, que tenéis la industria cinematográfica más potente del mundo, ¿cuándo rodaréis “la película” sobre fútbol?
MD: Espera un momento, ¿no habéis visto Evasión o victoria, el clásico de 1981 con Sylvester Stallone haciendo de portero y un Michael Caine peligrosamente fuera de forma liderando una tropa de la que forman parte Pelé y Bobby Moore que tiene que enfrentarse a una escuadra de nazis en París? Una película de un tal John Huston, director también de El halcón maltés, Vidas rebeldes o El honor de los Prizzi. ¡Es un clásico! Fuera bromas, el fútbol tiene suficiente potencial como para rodarse infinitas películas. Así que nadie debe esperar a que un americano se decida a hacer “la película”. Coged una cámara, rodadla vosotros y compartid la historia con el resto del mundo.
JB: Sumándome al sentido del humor de Mike, yo citaría Un entrenador genial, con Will Ferrell haciendo de entrenador del equipo de fútbol de su hijo. Vale, tal vez no sea el tipo de película que estéis esperando, pero, al fin y al cabo, es una película sobre fútbol. Ahora en serio, es cuestión de tiempo que alguien se anime a hacer una gran producción sobre fútbol. Mike y yo estaríamos encantados de ser lo elegidos. Quién sabe, siguiendo el espíritu de los Sons of Ben, puedes hacer realidad todo lo que te propongas.