“A mí me habría gustado ser Beckham. Estaba obsesionado con él, desde siempre”, afirma el cantante Antonio Hens: Hens, o Hensito. Nacido en Madrid, pero criado en Segovia, hace unas semanas publicó su segundo disco: No me odio tanto. Desde el estudio recuerda que su primera camiseta de fútbol fue del centrocampista inglés. “Fue la primera. Luego mi prima me regaló una camiseta de Villa de la Eurocopa de 2008 firmada por él. La consiguió en una subasta de la gala Inocente, Inocente“, asiente Hens mientras vuelve a la infancia, del Real Madrid de cuna: “Desde muy pequeño. Desde siempre, de toda la vida. Creo que el 99% de mi familia somos el Madrid”. Nació el 14 de diciembre de 1998, justo un día después de un triunfo ante la Real Sociedad en la Liga con goles de Roberto Carlos, Raúl González Blanco y Clarence Seedorf (3-2).
“De muy pequeño veraneaba en La Manga, en Murcia, y un verano vino el Madrid no sé si a entrenar o a jugar. Tengo por ahí fotos perdidas con Roberto Carlos, Hierro, Casillas. Debía tener cuatro o cinco años”, añade. Iker Casillas era uno de los ídolos de su hermano: tenía su camiseta y sus guantes. Continúa: “Uno de los primeros recuerdos que me vienen a la mente al pensar en el fútbol es que mi prima se echó un novio que era socio del Real Madrid y que, para caerle bien a la familia, supongo, me llevaba a mí a ver los partidos en el Bernabéu. Tenía un sitio de puta madre. No sé ni de qué año sería, no tengo ni idea, pero el primer recuerdo que tengo creo que fue una victoria del Madrid contra el Racing de Santander por goleada, no sé si 4, 5 o 6 a 0. Pero me acuerdo de verlo. Bueno, me acuerdo de medio verlo, porque era un niño y cuando la gente se ponía de pie me tapaba la visión”.
La hemeroteca apunta que quizás habla del encuentro del 7 de mayo de 2005: una victoria local por 5-0 con dobletes de Raúl y Ronaldo y gol de Owen. Luxemburgo formó con Casillas; Salgado, Helguera (Pavón), Samuel, Roberto Carlos; Gravesen; Beckham (Guti), Zidane (Figo), Raúl; Owen y Ronaldo. “Me pareció una cosa abrumadora. Yo era un crío y eso estaba lleno de locos. Además, en esa época aún se podía beber, fumar y hacer lo que te saliera de los cojones en el campo”, acentúa. En esos años si el Madrid perdía se iba llorando a la cama. Era matemático. “Era una barbaridad. De pequeño tenía muy mal perder”, sonríe.
“Las Total 90 plateadas con el 90 en granate eran las zapatillas que siempre quise, pero mi madre se negaba porque decía que eran horrorosas. Me peleé con ella pero no cayeron nunca”
Jugó a fútbol sala en el instituto, pero era “un paquete”. “En el patio me elegían de los últimos”, suspira. “A cada uno nos gustaba ser un jugador diferente. Tengo un amigo de toda la vida, Pablo Gutiérrez, que es un chaval que juega increíble y él quería ser, él era, Messi, porque era muy chiquitín. Lo teníamos como súper asociado a Messi y jugaba como él cuando éramos pequeños”, recuerda. Hens nunca se llegó a calzar unas Total 90: “Las Total 90 plateadas con el 90 en granate eran las zapatillas que siempre quise, pero mi madre se negaba porque decía que eran horrorosas. Me peleé muchas veces con ella para que me las comprara, pero no cayeron nunca”.
FÚTBOL Y FAMILIA
En su infancia tampoco faltaron ni la Play ni los cromos. “En casa somos cuatro hermanos y lo de los cromos era una pelea constante. Porque no es lo mismo hacer un álbum que cuatro. Mis padres tenían que comprar cromos para mi hermana mayor, para mi hermano y para mí y era una ruina. Y era una competición para ver quién acababa antes la colección”. Prosigue: “Hace unos días estuvimos mirando por curiosidad las horas que hemos jugado en casa en el FIFA. Solo nos salían las horas de la 3, la 4 y la 5, la 2 no, pero sumando las horas creo que salían 1.600 horas o más entre las tres consolas”, señala. A veces con su hermano jugaban los dos con el Madrid, con equipaciones diferentes. “Y seguimos jugando. Hasta hace tres meses vivía con mi hermano y nos poníamos cada uno con un equipo y a jugar partidos de manera infinita. Sin ánimo de querer llegar a nada, solamente de jugar”, acentúa Hens.
“En casa somos cuatro hermanos y lo de los cromos era una pelea constante. Mis padres tenían que comprar cromos para todos y era una ruina. Y era una competición para ver quién acababa antes la colección”
El fútbol, según admite, es una cosa alrededor de la que germinan y nacen más cosas: “Si te pones a profundizar a día de hoy le puedes sacar la puntilla a casi cualquier cosa, pero para mí el fútbol es una excusa para juntarse. Es sobre todo una excusa. Por ejemplo, yo ahora ya no vivo en casa de mis padres, pero hemos respetado que los martes y los miércoles, el día de Champions, juegue quien juegue, se compran unas cervezas, unas patatas, unas aceitunas, y de 9 a 11 no se ve y no hay otra cosa. Sabes que llega el martes o el miércoles y estarás un rato ahí con tu padre, con tu hermano, con tu hermana. Es una excusa para juntarte, para echarte unas cervezas, para reír”.
SUSCRÍBETE A LA REVISTA PANENKA
Consigue el nuevo número en nuestra tienda online.