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Hasta pronto, caballeros

Ocho futbolistas que no volveremos a ver en un partido profesional. De Diego Milito a Juan Carlos Valerón. Homenajeamos con imágenes su aportación al fútbol

Valerón en su despedida

Llegaron hace muchos años pidiendo paso y con los ojos cargados de inocencia; se marchan aplaudidos y con los tobillos llenos de barro. Es un clásico de estas fechas. Cuando se acaba la temporada, toca alabar a los campeones, llorar a los descendidos, aplaudir a los sorprendentes, saludar a los que suben y, por supuesto, despedirnos de aquellos que nos dejan. Con el verano a punto de destaponarse, se confirma el adiós de un puñado de futbolistas ilustres que ya han decidido desatarse los cordones de las botas por última vez. Detrás de sus pisadas se despliega un serial inagotable de imágenes que a partir de hoy ya serán concebidas solo como recuerdos. Repasamos el trayecto de ocho de ellos. Gracias por todo y buen viaje, compañeros.

DIEGO MILITO (1999-2016)

‘El Príncipe’ cuelga sus botas en el mismo lugar en el que se las ató por primera vez. Racing Club se ha pegado el gustazo de presentar y despedir a uno de sus jugadores más emblemáticos, con el que además ha conseguido las dos últimas ligas de su historia (2001 y 2014). En el cajón de lo imborrable queda su etapa en el Zaragoza, donde coincidió con su hermano, y sus cinco temporadas en el Inter de Milán, que le consolidaron como delantero único y de referencia. En 2010 tocó la cumbre: besó la liga, la Coppa, la Supercopa italiana, la Champions y el Mundial de Clubes con los ‘neroazurri’, y fue elegido Jugador del Año por la UEFA. Se marcha un ariete elegante que, durante su basta y laureada carrera, ha promediado más de un gol por cada dos encuentros.

 

NEMANJA VIDIC (2000-2016)

Alex Ferguson se lo descubrió a la élite europea en 2006, convirtiéndolo en una de sus grandes apuestas para el Manchester United. Aunque lo cierto es que Nemanja ya llevaba varias campañas reclamando mayores búsquedas en Google: primero por su excelente progresión como zaguero en el Estrella Roja y después por conseguir que el frío no aplacase su gran nivel defensivo en el Spartak de Moscú. Alto, robusto, un tanto lento en carrera pero con buen olfato para posicionarse y no perder la espalda, Vidic aprovechó como pocos su aventura en un ‘grande’. Solo hace falta echarle un ojo al estante ‘red devil’ de su vitrina personal para comprobarlo: cinco ligas, un Mundial de Clubes, una Copa de Europa y otro puñado de copas y supercopas. Ya en su ocaso físico, se enroló en una última aventura en el Inter de Milán, hasta que sus grandes enemigas, las lesiones, le obligaron a poner el punto y final a su trayectoria.

 

JOHN HEITINGA (2001-2016)

No es nada habitual que un futbolista se retire a los 32 años, pero ese fue el umbral que escogió el defensa holandés para anunciar que ya no volvería a plantar los tacos sobre un terreno de juego. El polivalente central, que en la campaña 2008/2009 visitó fugazmente la liga española para vestir la zamarra del Atlético de Madrid, podrá recordar al menos que sus últimas apariciones como profesional fueron en el Ajax, el equipo de sus amores. Acunado y pulido en la mejor cantera de Ámsterdam, su capacidad de entrega y su físico privilegiado provocaron que la Eredivisie se le acabara quedando pequeña, y lo llevaron a ataviarse, aparte de  los ‘colchoneros’, con otros colores como los del Everton, el Fulham o el Hertha de Berlín. Sin embargo, pasados los años, lo que más luce en su expediente es precisamente esa etapa inicial en la entidad ‘ajaccied’, donde aparte de cosechar varios títulos, también se atrevió a estampar su apellido en un par de galardones individuales (Talento del Año en el club en 2001 y Talento del Año de Holanda en 2004).  Por la ‘Oranje’ no pasó de puntillas: 66 internacionalidades, dos convocatorias para la Copa del Mundo (2006 y 2010) y otras dos para la Eurocopa (2004 y 2008).

 

CARLOS GURPEGUI (1999-2016)

Un final de temporada más, la sala de prensa de Lezama volvió a atiborrarse de personas para dedicarle el último adiós a otra leyenda viva que se agota. Después de vestir la camiseta del Atlhetic Club durante 18 temporadas, Carlos Gurpegui comunicó a periodistas, jugadores y familiares que el curso que viene ya no estaría a disposición de Ernesto Valverde. “El homenaje es haberme aguantado durante tanto tiempo”, bromeó el central. Se marcha el último nexo de unión que existía entre el ‘bienio negro’ y el actual ciclo de los ‘leones’ y, por encima de todo, el tipo que levantó un título para los vascos (la Supercopa de España ganada al Barcelona) tres décadas después. En sus memorias se enredan capítulos espléndidos, como las grandes tardes de fútbol vividas en San Mamés, con otros algo más opacos, como la sanción o su continua lucha contra las lesiones. Pese a esa dualidad, el gran mérito de Gurpegui es haber conseguido con tesón y paciencia que ahora en el recuerdo se impongan los primeros.

 

LUCA TONI (1994-2016)

14 equipos. Del Módena al Hellas Verona, pasando por el Palermo, la Fiorentina, el Bayern o la Juventus. Con todas esas vivencias, y los notables registros anotadores que ha mantenido en muchas de ellas, es normal que a este italiano casi cuarentón se le conozca como el ‘Trotamundos del Gol’.  Luca Toni se retira del fútbol dejando para las hemerotecas fotos con camisetas de todo tipo. Todas esas instantáneas, sin embargo, quedarán conectadas porque mantienen un rasgo en común: la celebración del gol. Pese a que no ha parado de cambiar de aires, lo que no ha abandonado nunca Toni ha sido su singular manera de festejar los tantos. Y así se despide ahora. Llevándose por última vez su mano derecha a la oreja.

 

JUANFRAN GARCÍA (1994-2016)

Lateral, central, capitán, internacional, cachondo y hasta peluquero. ¿Quién no firmaría ahora mismo despedirse con tal cantidad de adjetivos en la espalda? Juanfran García ha sabido hacer de todo, y lo más importante, ha conseguido hacerlo todo bien. Porque tal vez esa fue la mayor virtud de la carrera de este símbolo histórico del Levante: que nunca desentonó en ninguno de los equipos en los que jugó, tampoco en uno de los mejores onces que ha tenido el Celta de Vigo en las últimas décadas.  Constancia, esfuerzo, regularidad. A Juanfran se le pueden reprochar pocos fallos. Su final, por cierto, no fue demasiado común. Diez días después de confirmar su retirada, cayó lesionado en la primera parte de su último encuentro y Vallecas le despidió ovacionándolo. Todo espontáneo. Como siempre se ha mostrado él.

 

TIMO HILDEBRAND (1999-2016)

“Cada adiós es duro. Con vuestro apoyo este será más fácil para mí. Quiero dar las gracias a cada aficionado, a cada club y cada compañero que he tenido en mis 17 años como profesional”. Con este mensaje colgado en su cuenta personal de Facebook, Timo Hildebrand hizo pública su decisión de guardar los guantes en el armario para siempre. El cancerbero alemán puso fin a su aventura futbolística después de que fracasara en el último momento una operación que lo hubiera enviado a competir en la MLS. Un amargo final que no acaba de hacer justicia a la figura de un portero que todavía ostenta el récord de imbatibilidad en la Bundesliga con 855 minutos sin conceder un gol, hazaña que consiguió en el Stuttgart. Hildebrand, que pasó sin pena ni gloria en su día por el Valencia, fue siete veces internacional con Alemania entre 2004 y 2007, y todavía tuvo tiempo de escuchar los consejos de Oliver Kahn.

 

JUAN CARLOS VALERÓN (1994-2016)

No podíamos cerrar esta lista con otro que no fuera él. ‘El Mago de Arguineguín’ se ha despedido del césped con un último truco: compitiendo con 40 años en el máximo escalón del fútbol español. Futbolista fino, plástico e imaginativo, no dejó que los años le pasaran factura a sus principales cualidades, y ha seguido jugando hasta la última jornada con su estilo carismático y especial. Dieciséis temporadas en Primera y más de 400 partidos después, Valerón cerró su taquilla en el Estadio Gran Canaria con lágrimas en los ojos. Querido en Madrid, adorado en A Coruña y mitificado en Las Palmas. Así se las gastan los genios como él, ganándose el corazón de todos aquellos que alguna vez le apoyaron desde una grada. Una carrera de larga distancia que ha obtenido su recompensa definitiva en la última etapa. “Este final ha sido como un cuento, no puedo pedir más”, resumió ante sus compañeros del vestuario canario. Se va como quería irse: dejando a los suyos en la élite.