A Mike Summerbee (15 de diciembre de 1942) se le acercan dos clases de personas. Unos son los niños que hace 40 años iban a verle jugar a Maine Road acompañados por sus padres. Quieren un autógrafo, una sonrisa o un recuerdo de quién fue emblema del Manchester City campeón de liga de 1968. Los otros son sus amigos. A los 72 años, Summerbee ha coleccionado una infinidad. Estos se le acercan con el dedo índice situado sobre los labios, rogándole que mantenga en secreto aquellas noches de juerga en la ciudad gamberra de los 70. El actual embajador del City siempre está de buen humor. Uno no sabe si sonríe porque le gusta lo que ve o porque se pasa las horas recordando escenas de una vida emocionante. Los días de partido ameniza la previa ‘citizen’ con su columna en el programa de mano. El fútbol, Manchester y su club han cambiado mucho desde su época como futbolista.
– ¿Cómo era usted como jugador?
No era malo. No quiero decir que fui un gran futbolista [balbucea]… pero sí uno bueno. Empecé mi carrera en el Swindon Town, pero cuando llegué al Manchester City todo cambió. Entonces ya era un futbolista con experiencia porque había jugado más de 200 partidos de liga. Me encontré a Malcom Allison, que era el entrenador del City. Él fue quién me ayudó, apostó por mí e hizo que me convirtiera en un buen jugador. También el manager Joe Mercer. Pero diría que los grandes futbolistas de aquel equipo eran Colin Bell y Francis Lee. Ellos eran las estrellas.
– He leído que cuando hacía un tackle la cosa iba en serio.
Claro, yo era delantero pero había jugado en divisiones inferiores y allí uno tenía que aprender a defenderse. Iba a la pelota y la ganaba. No es que fuera un futbolista sucio, pero sí uno agresivo. Era muy bueno en esto también y lo demostré durante 24 años de carrera. Si me permite le incluyo en el trío con Francis Lee y Colin Bell.
– ¿A qué jugadores de la actualidad cree que se parecen?
Estuve con Francis Lee hace poco y me dijo: ‘El equipo de ahora es buenísimo. Nosotros no tendríamos hueco en esta plantilla. ¡No jugaríamos ni en la misma liga!’. Tenía razón. La plantilla actual es la mejor que ha tenido el City en su historia.
– Se retiró hace más de 35 años. Imagino que la ciudad ha cambiado una barbaridad desde entonces.
¡Oh! ¡Ha cambiado muchísimo! Es una ciudad mucho más grande, con el tranvía conectándote a cualquiera área. Tenemos un aeropuerto maravilloso, tiendas de moda y la vida nocturna es muy, muy buena. Ya estaba bien en mis días pero no tanto como ahora. Manchester ha mejorado.
– Su Manchester City también ha cambiado.
A ver, los seguidores son los mismos. Son los que iban al estadio con sus padres a verme jugar. El club sí que ha cambiado de arriba a abajo. Cuando yo jugaba, el presidente era Peter Swales. En 1994 se puso Francis Lee, que recondujo las finanzas. Pasaron David Bernstein y John Wardle, que era una bellísima persona, hasta que llegó Sheikh Mansour y cambió absolutamente todo. [Summerbee pasa por alto la etapa de Thaksin Shinawatra, entre 2007 y 2008. El antiguo primer ministro de Tailandia, acusado de violentar los derechos humanos en su país, tuvo un impacto fugaz en el club].
“El City tiene el mejor equipo de su historia. Ni Francis Lee ni yo tendríamos hueco en esta plantilla”
El cambio llegó con el jeque.
Sí, en todos los sentidos. Este es un club fantástico ahora. Es complicado encontrar uno tan bien organizado, tan integrado en la comunidad y que ayude tanto a los suyos. Sheikh Mansour ha transformado un club de fútbol en algo muy especial.
– ¿Por qué cree que escogió al City?
No lo sé. La verdad es que el City siempre ha sido un gran club. No sé por qué lo escogieron pero estoy muy contento de que lo hicieran.
– ¿Ha conocido personalmente al jeque?
Solamente he estado con él una vez y fue cuando ganamos la última Premier League. Hicimos un viaje a Abu Dhabi con todo el staff para jugar un partido. El jeque fue muy amable conmigo. Nuestro presidente, Khaldoon Al Mubarak, a quien conozco muy bien y que por cierto me cuida mucho, fue quien me presentó a Sheikh Mansour. Fue un privilegio conocerle.
– El club celebró la Premier de 2014 viajando a Abu Dhabi. La suya, la queganaron en 1968, la celebraron de otra forma.
Mira, hay algo en lo que sí se parecen. Pero no con la última, sino con la de 2011. En ambas ocasiones teníamos que ir a Newcastle a sumar algún punto. El Manchester United estaba ahí también como rival por el título. Nosotros ganamos al Newcastle 3-4. Fue parecido, pero no tan dramático como con el gol del ‘Kun’ Agüero. ¡En el minuto 94! Fue increíble estar en el Etihad Stadium ese día, verlo en vivo. Los seguidores pasaron de la pena a la alegría en dos minutos. ¡Ganamos la liga en dos minutos! Nunca he vivido algo semejante.
– ¿Cómo es su vida ahora? ¿Disfruta de su rol como embajador del City?
Mucho. Es un gran honor ser el embajador de un club tan grande. Es un privilegio, disfruto mucho viajando, hablando con gente interesante y viendo cómo funcionan clubes de todo el mundo. Cuando jugaba también hablaba mucho. Cuentan que incluso con los aficionados durante el transcurso del partido. Sí, sí, eso es verdad. Eso podías hacerlo. En mi caso hablaba con los fans porque no perdía la concentración. Ahora ya no puedes,los árbitros y jueces de línea son muy estrictos. El juego ha cambiado mucho. Antes también éramos personajes dentro del terreno de juego, gente que podía hacer reír a la grada a la vez que jugar bien al fútbol. A mí me gustaba mucho hacer esto.
Pellegrini no le dejaría…
Ahora es muy difícil para los jugadores. Los partidos son todos televisados… Pero creo que aún así podrían hacerlo. No de la forma en la que yo lo hacía, es verdad. Ahora les pedirían fotografías. En fin, era muy divertido.
– ¿Me puede explicar su relación con George Best?
Ah… era una persona muy especial, ¿sabes? Uno de los mejores futbolistas de la historia. Recuerdo que lo conocí al día siguiente de firmar mi primer contrato con el Manchester City. Entré en una cafetería para tomar algo y allí dentro había dos personas. Solo dos. Una era George Best y la otra una mujer joven que estaba sola en otra mesa. Best no me conocía así que me acerqué para presentarme. Así empezó todo. El inicio de una gran amistad. Nada de fútbol, simplemente grandes amigos. Incluso fue el padrino de mi boda. Era un jugador fabuloso, una persona tímida y uno de los primeros futbolistas que la gente identificó también como un producto comercial. Una persona maravillosa. Me da igual lo que digan algunos. Creo que yo le conocí más que mucha otra gente. Nunca conocerás una mejor persona que George Best.
“En el Etihad casi no hay atascos. Los hinchas llegan y se van andando a casa porque son de Manchester”
– También eran compañeros de fiestas, ¿verdad?
Es cierto. Estuvimos seis años saliendo los fines de semana, pasándolo bien. Era la Manchester de los 60 y 70, con todos los grupos de música que salieron entonces. Éramos jóvenes, ¿sabes? Él era un chico muy atractivo y yo era un tipo que bromeaba bastante. Las chicas se acercaban a él, obviamente. Ahora sería extraño que un futbolista del Manchester City saliera de fiesta con uno del United.
– ¿En los 70 era normal?
No sé quién conoce a quién en las plantillas actuales. En nuestro tiempo no era nada raro. Si Best jugaba fuera yo iba a buscarle a Old Trafford cuando volvía. Y nos íbamos de marcha. Si era yo quién tenía partido en otra ciudad, él me recogía más tarde en Maine Road. Nunca pensé en George Best como jugador del United. Nuestra amistad no estaba relacionada con el fútbol.
– ¿La mantuvo hasta el último día?
¿Qué si fuimos cercanos hasta que murió? Bueno, cuando me casé él vivía en Londres. No era una amistad del día a día, pero sí muy fuerte. Siempre que nos veíamos disfrutábamos de la compañía del otro. Pero no le fui a ver cuando se estaba muriendo. No quería verlo así. Mi mujer siempre me decía que no se podía imaginar a un George Best anciano, ¿sabes? No se lo podía imaginar viejo.
– También conoce muy bien a Denis Law, con el que coincidió en Maine Road.
Claro, es muy amigo mío. Lo veo a menudo y nos sentamos a charlar y a tomar café. Nuestra amistad también está separada del fútbol. Él fichó por el Manchester City cuando era solo un jovenzuelo. Después se marchó para Italia y cuando volvió se fue al Manchester United. De Denis siempre se recuerda ese gol que marcó en su segunda etapa en el City, en 1974, y que hizo descender al United. Pero ahora él es embajador de los ‘red devils’. Y su club es y siempre será el United.
– ¿Sabe si Law se sintió culpable por haber marcado ese gol?
Estaba triste, sí. La cosa fue de la siguiente manera. Cuando marcó fue por una reacción instantánea. Denis Law era esa clase de jugador, un atacante que reacciona rápido, por instinto. La metió en la red de tacón. Cuando acabó el partido vino andando hacia mí y la verdad es que estaba disgustado. Había vivido unos años tan maravillosos en el Manchester United… Cuando acabó el partido, pasó por delante mío, se fue del campo y no volvió a jugar a fútbol nunca más.
– ¿Cómo ha evolucionado el derbi de Manchester desde su época?
El derbi ha cambiado porque antes había dos o tres semanas previas al partido en las que el Manchester Evening News y los suplementos deportivos se aseguraban de que la previa del choque fuese realmente excitante. Los jugadores también lo sentían de ese modo. Había muchas entrevistas. [Se pone serio] No puedo más que reírme con toda esa gente que dice que el mayor derbi es entre el Liverpool y el Manchester United. No lo es. El más grande es el Manchester City-Manchester United. Este sí es un derbi.
– A usted le cantaban alguna canción en Old Trafford…
Sí, sí que me cantaban sí. Tenía una gran nariz entonces. Mi nariz era muy grande porque yo era muy delgado. Ahora ya no lo es porque mi cara se ha juntado con mi nariz [risas]. La canción decía que había que andar un millón de millas para llegar al final de mi nariz. Cosas así, muy divertido todo. A mí me gustaba, de verdad. No me molestaba ni me ofendía para nada.
¿Es cierto que los seguidores del City son más de Manchester que los del United?
El Manchester City está en los suburbios de la ciudad. La mayoría de los fans son de Manchester. El United está un poco más lejos y tiene una gran afición, pero la mayoría viene de todas las partes del mundo. Esto se ha producido por los éxitos que han tenido a lo largo de los últimos años. Nosotros también tenemos gente de Irlanda, de China, de todos los sitios. Nos estamos desarrollando en ese sentido, pero la mayoría es de Manchester. Si te fijas cuando acaba un partido en el Etihad casi nunca hay atascos de tráfico, porque los aficionados se van andando a sus casas. En cambio en Old Trafford, sí. Las autopistas están llenas y el aeropuerto muy ocupado, porque la gente se vuelve a ir de dondequiera que viniese.
– ¿Se está aproximando el City a la condición del United? ¿Quién es más grande ahora?
Bueno, para ser honesto contigo nosotros siempre hemos sido mejores que el Manchester United [risas]. Ahora mismo, si miras lo que somos, las instalaciones, las cosas que se están haciendo, la plantilla que tenemos, creo que somos tan buenos como los mejores de Inglaterra o incluso de Europa.
– ¿Qué le pasa a la selección inglesa? Usted ha visto pasar a muchos jugadores, muchos seleccionadores. ¿Por qué los inventores de este deporte no tienen más trofeos en sus vitrinas?
Ésta es una pregunta difícil. Mucha gente ha intentando encontrar la respuesta. Realmente no lo sé. De aquí a unos años, cuando yo ya no esté, Inglaterra volverá a ser una potencia. Espero que pueda verlo con mis ojos, pero no lo sé. No sé por qué. No sé por qué no hemos sido exitosos.
– Usted fue internacional tras el Mundial de 1966, el único que ha ganado Inglaterra.
Exacto, jugué algún partido con los campeones del mundo. Fue un honor increíble. Estar ahí con Bobby Charlton, el gran Bobby Moore, ah, mi gran amigo Moore, Alan Ball… Estaban todos ahí. Una gente fantástica.
– Con Bobby Moore incluso compartió reparto cinematográfico. Ambos salieron en la popular película Evasión o victoria.
¿Te sabes la historia verdad? Es sobre unos prisioneros de guerra, basada en hechos reales, además. Participé porque me lo pidió Bobby Moore. Un día vino y me dijo que si al final iba, que fuera yo también. Fue algo para sentirse orgulloso ¿Te puedes imaginar hacer una película con Pelé, Sylvester Stallone y Michael Caine?
– Ahí quería llegar. Usted se ha rodeado de Pelé, de estrellas de cine, ha sido amigo íntimo de George Best… ¿Cuál es el secreto de una noche perfecta?
Una noche perfecta es… [se detiene unos segundos]. Te voy a decir cuál es. Las noches perfectas fueron las que pasamos en Budapest rodando esa película. Imagínate a Ardiles, Pelé, Moore, Paul Van Himst, Co Prins, Kazimierz Deyna… Salíamos todos juntos, bebíamos un buen gintonic o un buen vodka frío. Cualquier plan era genial y el idioma nunca era un problema. Esas noches en Budapest… Esas noches en Budapest fueron realmente increíbles.