Hubo un fútbol del que apenas quedan vestigios. Desvencijadas ya todas las radios a válvulas, apagados los ecos de los noticieros cinematográficos, nos quedan las viejas ediciones de El Gráfico, la revista que da fe del balompié argentino desde hace casi un siglo y que esta semana ha anunciado que dejará de publicarse. Estos son algunos de los héroes bidimensionales y coloreados que nos saludan desde sus tapas. Una colección de espectros que recuperamos del #Panenka25, un número monográfico sobre Argentina correspondiente a enero de 2013.
A años luz de la metrosexualidad | Sin peinados estratosféricos ni tatuajes, los futbolistas se encargan en 1958 de las labores menos agradecidas, como muestra el uruguayo de Boca Javier Ambrois. Víctor Rodríguez (Independiente) y Pedro Dellacha (Racing) tampoco servirían como modelos de Mango.
Mitos coloreados | Así son los ídolos del fútbol a principios de la década de los 50: bigotes afilados, peinado ondulado, colores muy saturados. Bajo estas líneas, tres mitos de Ferro (Alberto Buffatelli, Osvaldo Díez y Santiago Ardanaz) posan con aire tenebroso.
Triple ración de parecidos | Por equipación, peinado y bigote, se puede tender un puente estilístico entre Walter Garcerón (Estudiantes) y el ‘Tato’ Abadía. En el centro, la versión cincuentera de Ángel Di María (Raúl Belén) recibe el refrescante bautismo de Racing de Avellaneda. Y a la derecha, el frutero de 7 vidas viaja en el tiempo para recoger melones en Vélez.
Viejos prematuros | ¿Un partido de veteranos? No, José Varacka tenía apenas 28 años en el momento de la portada de arriba a la izquierda (1960). Chicago, años 30 | Siguiendo la estela de James Cagney en sus pelis de gánsters, Juan Carlos Sobrero protagoniza una tapa inclinada desde la defensa de Newell’s. Es 1946.
El Clásico más golfo | Mario Boyé y Pascasio Gilberto encarnan el Superclásico de las portadas diabólicas. El rostro del ‘xeneize’ y la nariz del ‘millonario’ insinúan animadas noches de boliches. Para compensar, Gilberto se aferra a su medallita.
Camisa almidonada | Otra moda desterrada: las camisas de tela antitranspirante, abotonadas como para ir a la oficina. Villa luce la de Estudiantes con aire de banquero inglés; Berón, en cambio, viste la Ferrocarril con más esfuerzo que elegancia.