En los últimos dos años, Vicente Del Bosque ha destacado el concepto de “transición suave”. Después del fracaso en la Copa del Mundo de Brasil, España ha entrado en un periodo de incertidumbre e introspección provocado por una fase de clasificación en la que el equipo ha transmitido un fútbol con dudas, tedioso, impreciso y previsible. Del Bosque habla de «transición», pero su mensaje está incompleto: ¿transición hacia dónde? Hay un indudable punto de partida: España debe renovarse o morirá, pero el seleccionador aún no ha definido cómo.
Durante su ciclo triunfal (Euro 2008, Copa del Mundo 2010, Euro 2012), España evolucionó desde un juego de toque vertical hacia un fútbol más calculado y reservado, destilado por la misma idea, pero con otro enfoque: la posesión defensiva. Aun con todo, fue una máquina competitiva, sólida y segura. Xavi Hernández y Xabi Alonso fueron los guardianes de su estilo, pero ahora Del Bosque ya no cuenta con las dos piezas que daban sentido al modelo. ¿Puede jugar España a lo mismo sin ellos? Del Bosque cree que sí y, por eso, de momento, juega como un equipo anclado al pasado.
En realidad, el entrenador está en una encrucijada. Xavi y Alonso garantizaban índices de posesión superiores al 70%. La fortaleza defensiva de España crecía desde esa fiabilidad en la gestión de la pelota. Eso ahora es difícilmente posible sin ellos y España juega desnaturalizada. Del Bosque debe decidirse sobre una evolución partiendo desde la misma idea, aunque añadiendo otros registros, o sobre una regeneración basada en la copia de una fórmula que ya funcionó, pero ahora con futbolistas diferentes. Es decir, si introduce mecanismos más verticales en ese mapa del juego o conserva la versión ortodoxa: alta posesión, bajo ritmo y un largo circuito de pases.
¿Puede jugar España a lo mismo sin Xavi ni Xabi Alonso? Del Bosque cree que sí y por eso, de momento, juega como un equipo anclado al pasado
En España, se exige un respeto al estilo. Su filosofía de juego se ha convertido en una marca de identidad nacional: futbolistas técnicos, precisos, creativos, inteligentes, hábiles… La posesión de la pelota es la religión y los centrocampistas son sus predicadores. Pero, ¿sobre qué centrocampistas perfeccionará Del Bosque el equipo? ¿Desde la creatividad de Thiago o Cesc? ¿O desde la versatilidad de Koke? El efecto del Atlético de Madrid también introduce una posible vía de reinvención.
Del Bosque nunca fue un maestro táctico y su éxito lo ha construido gracias a su destreza para gestionar equipos de estrellas y cuidar las jerarquías. Varias de las dudas surgen en este sentido. La principal, en la portería, donde De Gea se ha consolidado como un portero dominante en la Premier League, pero no tiene garantizada la posición ante el liderazgo de Casillas. España se enfrenta también a la baja forma esta temporada de varios de sus futbolistas principales: Ramos, Cesc, o Pedro. Además, sobrevive uno de sus viejos problemas: el sistema ofensivo. Del Bosque nunca acertó a organizar una estructura de ataque fluida, ordenada y coherente. Siempre impuso la idea –el toque, la posesión- sobre los futbolistas. La prueba es que España se definió incluso sin delantero, con Cesc de ‘falso nueve’, o sin extremos puros. La consecuencia, en varias ocasiones, ha sido un fútbol sin desborde, profundidad y remate. El delantero siempre vivió en un escenario difícil por la falta de espacios y sus singulares funciones: apoyo, asociación, juego de espaldas… Morata emerge como solución más apropiada que Aduriz. Tampoco predominan los futbolistas con desequilibrio individual, más allá de la inspiración de Iniesta.
Aun con sus debilidades, España tiene fortalezas. Es un equipo con experiencia, con un alto nivel competitivo, con una cultura de selección… Y posee varios de los mejores futbolistas del mundo. Abunda el talento. Su médula espinal está clara a expensas de la decisión con el portero. Juanfran, Ramos, Piqué y Alba en la defensa. Busquets es fijo como mediocentro. Iniesta será uno de sus acompañantes. Silva y Cesc también serán figuras importantes. El resto de nombres dependerá de la formación que elija Del Bosque. Puede optar por el 4-2-3-1 ó el 4-3-3 (4-1-4-1), aunque en el amistoso contra Inglaterra probó el 4-4-2. Thiago o Koke aguardan esa decisión táctica en un equipo que no olvidará, pese a todo, su espíritu: la asociación con la pelota.
ONCE PROBABLE_

LA SORPRESA_
Álvaro Morata. La posición de delantero centro ha sido la más compleja del ciclo triunfal español. De Villa-Torres se evolucionó a un único delantero o ninguno, con Cesc de falso nueve. La falta de espacios y las específicas funciones en una posición secundaria en un plan de juego dictado por los centrocampistas han condicionado la elección del ‘9’. Desde que dejó el Real Madrid, Morata ha crecido en Italia como un delantero de apoyo que también puede jugar de extremo izquierdo. Es un futbolista astuto, con poderosas conducciones, hiperactivo, con un notable regate y buen físico para proteger la pelota de espaldas y ganar rebotes. Además, tiene sentido asociativo. Este completo perfil se adapta a las necesidades de la posición en España. Puede ofrecer juego con y sin espacios: dar profundidad y desmarques o dar apoyo y circulación. Morata no es un delantero intimidante. Sus cifras goleadoras no son altas y el remate es su punto de debilidad. Pero sí es un delantero de grandes citas. En Champions League, ha jugado partidos sobresalientes en la fase de eliminatorias, con 5 goles y 4 asistencias, frente a prestigiosos equipos: Real Madrid, Barcelona, Bayern Munich, Manchester City y Borussia Dortmund.LA DECEPCIÓN_
A los reyes también se les cae la corona, y eso lo está sufriendo ahora Iker Casillas. Su tiempo como portero de elite parece concluido. Es un caso que recuerda al punto crítico que se vivió en España cuando Luis Aragonés, valiente y enérgico, prescindió de Raúl en 2006. Impuso así el beneficio del equipo sobre la reputación individual. Ahora, Del Bosque se enfrenta a una disyuntiva similar: o el rendimiento de De Gea o la jerarquía de Casillas. La leyenda de Casillas con España es innegable: dos Euros, una Copa del Mundo y 166 partidos internacionales… Sin embargo, su figura, desgastada en su etapa final en el Real Madrid, genera dudas. Casillas ha perdido la magia que le ha convertido en unos de los mejores porteros de la historia. Su declive se ha acentuado en el Oporto (en 8 partidos de competición europea solo ha dejado la portería a cero en uno), donde ha manifestado muchos de los defectos de sus últimos tres años: lentitud, inseguridad, problemas de concentración, pérdida de agilidad…LAS EXPECTATIVAS_
Una pregunta difícil. Después de seis años, España no acude a un torneo como indiscutible favorito. Su fase de clasificación -con derrota contra Eslovaquia-, sus problemas con el gol y su incierto nivel de juego en amistosos contra selecciones importantes invitan al pesimismo. Sin embargo, esta rebaja en las expectativas puede ser también una ventaja. Le han tocado rivales complicados en la fase de grupos, pero, si la supera, España afilará sus garras. Porque algo sigue presente: es un equipo de ganadores.
