La selección nacional de Turquía está de repleta de jugadores con historias de vida muy curiosas, pero sin duda la de Hakan Calhanoglu (que se pronuncia Chal-han-o-luh) se distingue del resto. Se vio envuelto en un altercado que casi origina una desgracia en el combinado otomano y es considerado por muchos como uno de los mejores lanzadores de falta de todo el planeta futbolístico.
Los anales de fútbol están llenos de estrellas en ciernes a las que pronto se les puso la etiqueta de ser los nuevos Maradona, Pelé o Cruyff. Pero ser comparado con uno de los más grandes a menudo es una responsabilidad enorme que acaba lastrando las posibilidades de cualquier joven figura. Con Calhanoglu, sin embargo, las cosas son un poco distintas. El excelente ejecutor de tiros libres decidió auto-adjudicarse rápidamente el apodo de ‘Mesut Özil turco’. “Es gracias a los alemanes que me convertí en futbolista. Pero representar a Turquía sobre un terreno de juego es un honor. Quiero ser el Mesut Özil de este país”, dijo a la prensa después de decidir que jugaría con los otomanos.
Calhanoglu, como Özil, nació en una familia turca que emigró a Alemania. Pero a diferencia de éste, optó por vestir la camiseta de Turquía por mucho que tuviese calidad suficiente para jugar con la ‘Mannschaft’
Al igual que su ídolo, Hakan también nació en una familia turca que vivía en suelo germano. Aunque a diferencia de Özil, en su caso decidió jugar con la camiseta de Turquía por mucho que tuviese calidad suficiente para hacerse un hueco en los planes de la Mannschaft. Calhanoglu fue fichado por el Karlsruher cuando tan solo tenía 15 años y escaló desde sus categorías inferiores hasta el primer equipo en poco tiempo, hasta que pudo debutar como profesional cuando ya se agotaba la temporada 2011/2012. El joven nacido en Mannheim, durante los inicios de su trayectoria profesional, tuvo constantes actuaciones impresionantes, pero no pudo evitar, entre otras cosas, que el Karlsruher cayera hasta la tercera división alemana. Fue durante esa época que su talento innato empezó a atraer al fútbol turco, y en particular al Trabzonspor, equipo de la zona en la que tenía raíces su familia, y el mismo que denunció que Calhanoglu y su agente, cuando el primero tenía 17 años, habían firmado un precontrato con el club en el que se estipulaba que si finalmente Hakan se marchaba traspasado a otro conjunto debería abonar 1 millón de euros a la entidad. La Super Liga presentó una queja a la FIFA en 2013 denunciando que el mediapunta había roto los términos del acuerdo ya que finalmente no había recalado en el Trabzonspor ni había pagado lo prometido. El presidente del Karlshruher, Ingo Wellenreuther, negó la existencia de dicha negociación. “La FIFA ha declarado que los contratos del Karlsruher SC y de Hakan Calhanoglu son legales”, expresó. “No hubo negociaciones entre el Karlsruher y el Trabzonspor, porque en ningún momento ellos presentaron una oferta”.
A todo esto, el Bayer Leverkusen, club en el que se encuentra actualmente el jugador, ha confirmado que todavía están en disputas legales con la FIFA por esas acusaciones que en su día se emitieron desde Trabzon. Calhanoglu sigue negando que hiciera algo malo y llegó a temer por su presencia en la Eurocopa de Francia, aunque finalmente la FIFA le confirmó que podría seguir jugando al menos hasta que no se diera por cerrada la investigación.
A la postre, fue el Hamburgo HSV el que acabó haciéndose con la promesa en 2012 tras pagar 2,5 millones de euros. Y la apuesta no salió mal. En su nueva entidad, Hakan empezó a hacerse un nombre por él mismo, siempre sirviéndose de su extravagante capacidad para transformar la mayoría de sus lanzamientos de falta en obras de arte. Aunque su talento se puso realmente en el mapa global en 2014, cuando el turco marcó un golazo desde 50 yardas contra el Borussia Dortmund cuyo vídeo todavía está dando vueltas hoy por Facebook y Twitter. Tras imágenes como esas, no extrañó a nadie que ese mismo curso el Leverkusen decidiera poner 14,5 millones de euros encima de la mesa para hacerse con sus servicios.
Con 22 años de edad, Calhanoglu ya se ha convertido en un talismán para la selección nacional turca en todas las acciones que tienen que ver con el balón parado. Aunque su mayor virtud es que su juego va mucho más allá. Tiene calidad de sobras en movimiento para causarle problemas a cualquier defensa y suele buscar el disparo siempre que recibe en posiciones cercanas al área rival. El centrocampista del Bayer es, sin duda, una de las estrellas actuales de la plantilla de Terim, aunque su carrera con la camiseta otomana podría haber acabado prematuramente.
Su compañero de selección Gokhan Tore (que finalmente no acudirá a la Eurocopa) casi hizo estallar una catástrofe sin precedentes cuando una historia de amor estuvo a punto de terminar en una tragedia de Shakespeare. Todo sucedió en mayo de 2013, justo después de la derrota de Turquía frente a Holanda en el último partido de clasificación para el Mundial de 2014, cuando Omer Toprak, Hakan Calhanoglu y un amigo estaban en el hotel relajándose antes de volver a Alemania la mañana siguiente.
Lo que sucedió a partir de ahí es espeluznante. Tore había recibido la noticia de que supuestamente Toprak había mantenido algún flirteo con la que por aquel entonces era su novia. Y estaba dispuesto a vengarse de él, aunque hubiera que zafarse también de los compañeros que pudieran tratar de bloquearlo en su intento. Acompañado por otro colega cuya identidad se desconoce, se supone que Tore consiguió tener acceso a la habitación de hotel en la que se encontraban Toprak y Calhanoglu. “Entonces comenzó la historia”, recordaría más tarde en una entrevista televisiva el del Bayer. “El amigo de Gokhan se acercó a Omer, sacó una pistola del interior de su chaqueta y le dijo que le pegaría un tiro si no se tumbaba al suelo. Yo me quedé apartado en una esquina, pero a continuación el mismo tío se acercó a mí y me dijo: ‘No te muevas o a ti también te disparo’. Entonces me acurruqué en un rincón de la habitación. No me podía mover, tenía miedo a perder la vida”.
La historia se mantuvo encubierta hasta el partido de clasificación para la Eurocopa de 2016 de octubre pasado ante la República Checa, cuando Terim decidió llamar a Tore después de un año de ausencia misteriosa. El seleccionador, simplemente, ya no podía permitirse el lujo de mantenerlo apartado de sus planes. Turquía tenía muchos problemas en el Grupo A y cada vez quedaban menos opciones para ilusionarse con estar en Francia. En ese misma lista, Terim también incluyó a Calhanoglu y a Toprak, pero entonces el Leverkusen salió al paso de la decisión afirmando que sus futbolistas no podrían acudir al encuentro por lesión. Una manera indirecta de mantenerlos a ambos lejos del alcance de Tore.
El riesgo que decidió correr Terim, finalmente, mereció la pena. Turquía se hizo con un billete para la Eurocopa después de ganar contra todo pronóstico los últimos tres duelos clasificatorios. Con la no convocatoria de Tore para este verano, además, el entrenador y toda la nación entera se aseguran que no volverán a producirse capítulos similares. Y mientras tanto, parece que Calhanoglu asiste al torneo con buen estado de ánimo y dispuesto a mostrar ese fútbol de alto nivel que esta campaña, sin ir más lejos, le ho llevado a marcar dos goles y a repartir cinco asistencias en la Champions League.
Emre Sarigul | | Turkish Football