En el mundo del fútbol la justicia rara vez adquiere sentido alguno, pero en la vida sí tiene sus matices. Es por eso que el fútbol gira en una dirección y el resto de cosas por otra. La fortuna al final siempre llega, o eso dicen. Sobre todo se les presenta a aquellos que hacen del trabajo y esfuerzo su dogma. Olvidaos de atraer la suerte sin sudor en la frente, e incluso teniéndola empapada nadie os asegura nada. Al menos nos quedan historias como la de Diego Bardanca (León, 1993). El central ha pasado por las catacumbas del fútbol español, con toda la belleza y drama que ello conlleva. Durante su estancia en el ámbito nacional sufrió una terrible lesión en la boca de la que se hicieron eco varios medios de comunicación, aún hoy juega con máscara. Su carrera en unos meses ha dado un giro inesperado. Ha pasado de visitar campos de la Segunda B española a jugar para el SJK Seinajoki de la primera división finlandesa, toda una potencia del país nórdico. Un club de tan solo tiene diez años de vida y que ya acumula un título de liga y otro de copa.
Pregunta. Como casi todas las cosas buenas de esta vida, la idea de fichar por el Seinajoki surgió casi de casualidad gracias a unas pruebas en Marbella.
Respuesta. Llevaba sin cobrar tres meses en Jaén. Cuando llevas tres meses sin cobrar te puedes ir libre (así lo estipula la AFE). Salió la opción, vieron un par de partidos míos y se interesaron. “Vente a Marbella que estamos de pretemporada y de aquí te vienes con nosotros”, eso es lo que me dijeron. Se interesaron un domingo y ya el lunes me pasaron la oferta. Pensé: “Hostia, van en serio” (ríe). El martes la mejoraron un poco y decidí irme, casi ni me dio tiempo a decírselo a mi familia.
P. Son ofertas que viendo cómo están esas categorías nacionales uno ni se lo piensa.
R. Llevo cinco años de impagos, incluso en los filiales es un drama. He pasado por el Deportivo de la Coruña, Levante, Valladolid y Recreativo de Huelva. En Valladolid me debían cinco meses, el Recreativo cuatro, Eldense tres y en Jaén otros tres meses. Siempre he querido salir fuera para conocer otra cultura futbolística, soy muy inquieto. Me informé muy bien sobre el club. Además, juegan Europa League y el estadio e instalaciones son nuevas.
P. Los finlandeses tienen pinta de ser más serios con los pagos.
R. Totalmente. No dejan ningún detalle al azar, el 31 ya hemos cobrado. Son muy serios. En España sin embargo todos los años tienes el runrún ese de si cobraremos, otro mes sin cobrar, etc. Aquí solamente pienso en futbol.
P. ¿Aquí, en España, como vivís esa incertidumbre económica desde el vestuario?
R. Es muy jodido, muy difícil. Se te va toda la energía que tienes que canalizar en el partido del domingo, te pasas horas hablando del tema y eso te resta mucho. Afecta a la concentración, entrenamientos, etc. La AFE al menos te asegura que vas a cobrar y eso es un alivio. He llegado a estar dos-tres años sin cobrar, pero al final llega el dinero. Imagina que tienes que pagar al casero y llevas cuatro meses sin cobrar, o tienes que comer y también te gusta salir a tomar un café, etc. El día a día se hace más complejo porque no tienes lo que te prometieron.
P. Menos mal que al menos tenéis a la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles).
R. Sí, por ejemplo juegas contra equipos de primera para que te vean. Incluso te llevan a Polonia u Holanda a jugar la Eurocopa de futbolistas en paro. Cuando tu equipo te deja de pagar se encargan de los abogados y de que cobres. Además, te dan un par de botas al año y becas de estudio. Ofrecen muchas facilidades. Te echan una mano en lo que pueden, mi contrato de Finlandia lo revisaron ellos. Tuve la suerte de que mi entrenador fuera Mikel Lasa durante aquellas concentraciones.
P. ¿Qué soluciones ves en Segunda B? Igual todo pasa por reducir equipos y que los que jueguen sí puedan prometer unas condiciones dignas.
R. Puede ser. En Inglaterra las divisiones inferiores son muy profesionales. Sí es cierto que con esa medida desaparecerían la mitad de los jugadores. Pero algo hay que hacer, quizá que los derechos televisivos ayuden. Es una categoría de jugadores de gran nivel y hay equipos que no tienen ni para terminar el año. Por jugadores y clubes históricos es una categoría de mucho nivel, aunque hay una terrible desigualdad.
P. Una desigualdad económica y también futbolística.
R. El grupo cuatro me gusta porque es muy futbolero. No sé si la pasada temporada había más nivel, pero subieron UCAM, Cádiz y Sevilla Atlético a Segunda División. Este año la lucha está más abierta. El grupo tres, por ejemplo, es más competitivo, te puede ganar cualquiera. Además, tienen un gran poderío económico. Son muy fuertes y rocosos, te encuentras clubes muy exigentes.
P. ¿Cómo se acostumbra uno a que la liga comience en abril y no en agosto?
R. Es cambiar el chip. Los partidos los jugamos a las tres, dos, una… Aquí hay una hora de diferencia respecto a España, por ejemplo comemos a las once y media. A eso te tienes que hacer, si tienes predisposición lo vas solventando. Para las siete de la mañana ya escuchas al vecino que se va a trabajar, la vida es más europea. Para la cinco todos están ya en sus casas con sus familias y las ocho de la tarde los restaurantes ya están cerca de cerrar.
P. ¿Y ya se nota el frío pese a estar en abril?
R. Sí, sí. Voy a entrenar en bici a menos cuatro grados bajo cero. En enero se ponen a -22º. El club nos dota de coche y bici, y me suele pillar nevando yendo al entrenamiento. Tienen campos indoor para días de mucho frío, está todo muy bien aclimatado. En ese sentido las instalaciones son un auténtico lujo, no escatiman en gastos. Además, cuando vienes de situaciones difíciles todo se valora muchísimo más.
P. ¿Te esperabas un fútbol más directo o asociativo?
R. Me esperaba un juego más directo, físico. Creía que sería menos asociativo. Aquí los equipos no pegan un pelotazo en todo el partido, aprietan arriba, el portero sale jugando y apoyando. No se quitan el balón de encima nunca. El entrenador nos indica las diferentes salidas de balón antes de cada partido.
P. ¿Y eso es porque estás en un equipo importante o crees que es su cultura?
R. Es verdad que mi equipo el pasado año fue campeón de liga y es el actual campeón de copa, es un conjunto muy fuerte de aquí. Pero por lo que estoy viendo son todos así. El Vaasan, por ejemplo, está en la mitad baja de la tabla y nos salía jugando. Tenían una línea defensiva muy adelantada, extremos por medio. Han visto que con el juego directo no les da para competir en competiciones europeas y por eso mismo intentan combinar de forma asociativa. Es una liga que está en un crecimiento importante. Se profesionaliza a nivel futbolístico, pero también de instalaciones, se están creando estadios nuevos. Quieren dar un salto cualitativo.
P. Quizá la espina clavada sea dar un paso en Europa porque en la liga local ya lo han logrado.
R. Sería bonito. Hace unas temporadas se quedaron a un gol de eliminar al BATE Borisov y pasar a la última ronda de Champions. Se me pone la piel de gallina al imaginar el himno de la Champions en nuestro estadio (ríe). Es muy difícil porque hay que pasar muchas rondas, pero juegas con ese factor de azar. A finales de junio o principios de julio jugaremos la previa de Europa League y tenemos la ventaja de ir rodados. Al comenzar la liga en abril para esas fechas ya estamos muy en forma, llevaremos un tercio de la competición. Hay que aprovechar esa ventaja.
P. Supongo que facilitará vivir allí con otros españoles, el finés no parece sencillo.
R. Es vital estar con gente que habla tú idioma. Estamos Chema Antón, el uruguayo Guichón y Marc Vales que es internacional por Andorra. Luego hay un delantero inglés, Billy Ions, que estuvo diez años en España. Tiene acento de Cádiz (ríe). El inglés más o menos lo manejamos, pero aún nos queda mucho por aprender. Aquí todo el mundo lo habla, las charlas técnicas son en ese idioma y al entrenador le obligan a hablar en inglés. Y el finés es uno de los idiomas más difíciles que hay.
P. ¿El trato de la gente con vosotros cómo es, son reservados los finlandeses?
R. Son gente muy respetuosa, educada, amable, servicial y muy serios. Es una cultura que es envidiable en ese sentido. Aquí todo el mundo va en bici, yo vivo en una residencia y no ves una sola bici con candado. Cuando fui el primer día al supermercado al entrar le pregunté al dependiente si podía entrar con mochila. Me miró extrañado, y me dijo que entrara. Como en España, ¿sabes? (ríe) Son algo fríos pero a medida que los vas conociendo se abren más, gastan bromas y son joviales. Los asemejaría a la gente del norte de España, al principio cuesta abrir la coraza y después son muy leales.
P. ¿Cuánta gente va al estadio? El fútbol aún estará por debajo de los deportes de invierno.
R. Sí, está por debajo. El hockey es el deporte rey y eso se nota. En un derbi de Segunda B metes 7.000 personas y aquí habría 4.000 más o menos. Se nota que les gusta pero no es ese deporte que manda en el país. Les falta adquirir esa cultura, están dando pasos para crecer. Nuestro estadio me recuerda mucho a Ipurúa. Tiene 6.000 localidades y unos 400 asientos con calefacción. Me gusta esa sensación de pegarle una buena hostia al balón y sacarlo del campo. Solemos llenar algo más de la mitad, el aforo es un 10% de la gente que vive allí.
P. Se te nota feliz en un club tan profesional.
R. Mi vida es fútbol, leer y aprender inglés. Únicamente pensamos en fútbol. Es cierto que no son salarios millonarios pero son buenos, el que más cobra de mi equipo se llevará unos nueve mil euros. Te pagan la residencia, nos obligan a seguir una dieta, piscina, gimnasio, etc. El club asume prácticamente todos los gastos. Son aspectos que cuentan mucho.
P. No pudiste comenzar mejor, te dieron el MVP en tú debut.
Sí, fue curioso. Salí a mitad del campo, dijeron mi nombre y me dieron unos obsequios. Al término de la temporada al mejor del año le dan un sobre con 6.000 euros. Creía que se habían confundido al nombrarme MVP (ríe).
P. Además sois ya los finalistas de copa.
R. En octavos no pude jugar porque no me llegó el transfer, jugué en cuartos ante el Inter Turku de Faubert. El francés no fue titular, pero al menos barriga no tenía (ríe). La final es en septiembre ante HJK Helsinki en nuestro campo. La copa es a partido único donde toque, nuestro estadio es nuevo y por eso lo han hecho aquí.
P. ¿Qué nivel de juego te has encontrado en tus compañeros?
R. Hay de todo pero hay un buen nivel técnico. Los medios entienden bien el juego, me he llevado una gran sorpresa. Deberíamos mejorar en la pillería, al hacer una falta colocarnos rápido, etc. Esa maldad, vaya. Les falta ese tipo de carácter pero eso va arraigado a su cultura. Quizá al estar varios jugadores extranjeros ese tipo de actitudes se les contagiará. Como decía Luis Aragonés: “el fútbol es de listos” (ríe).
P. Por último, parece que tu idea es seguir allí
R. He firmado un año con opción a otro. La idea sí, sería seguir aquí. Estoy muy contento y ya veremos cómo va el año. Aquí te sientes profesional de verdad, tendrían que cambiar mucho las cosas en España para que yo volviera. Todo son mínimos detalles que al final te hacen sentirte un profesional, desde las chancletas hasta tener varias camisetas térmicas para jugar. No tienes otras preocupaciones en mente, aquí solamente se preocupa uno de su rendimiento deportivo.