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Víctor Meseguer, un goleador inesperado en el José Zorrilla

El centrocampista, con un nuevo rol y un gran acierto de cara a puerta, ha sido clave para el ascenso del Valladolid. Un ascenso tan alocado como esta Liga Hypermotion. Hablamos con él

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Hay competiciones raras, y luego está esta edición de La Liga Hypermotion. Cada partido ha dejado una anécdota, cada tramo de la temporada un sabor diferente y ningún equipo ha sido capaz de mantener una regularidad y desmarcarse del resto. La lucha tanto en la cabeza de la clasificación como en la cola hacía muchos años que no estaba tan igualada, y en la última jornada todavía hay mucho por decidir. Podría tratarse de la próxima película de Lars von Trier; una historia escrita por una mente retorcida, surrealista, un viaje de la serenidad a la locura. Una liga de dichas características, debe contar con un final a la altura, y el del Real Valladolid superó todo tipo de expectativas.

A falta de una jornada, el conjunto blanquivioleta confirmó su regreso a la categoría de oro del fútbol español tras ganar al Villarreal B. Las matemáticas antes del partido eran sencillas: para ascender por la vía rápida había que ganar al colista en casa y que el Eibar cayera en El Molinón. Raúl Moro abrió la lata y parecía que encarrilaba el partido hacia la victoria local, pero el filial ‘groguet‘ igualó la contienda en el 76’. Tan solo unos minutos después, la grada del José Zorrilla celebraba un gol en otro estadio: el del Sporting, y el equipo dio un paso adelante, con tan mala fortuna que una pérdida en salida de balón propició el segundo gol visitante cuando quedaban cuatro minutos de tiempo reglamentario.

La afición ya se esperaba lo peor, y varios imprudentes cometieron un error: abandonar el estadio antes del pitido final. Meseguer marcó el 2-2 y, tras la incertidumbre del VAR, Sylla volvió a darle la vuelta al marcador desde los once metros para desatar la locura de aquellos fieles que no abandonaron la fe y decidieron quedarse. En cuestión de unos pocos minutos todo cambió. El Pucela parecía destinado al fracaso y acabó siendo el primer equipo en ascender. Si desde fuera se vivió como una montaña rusa, desde dentro esas emociones afloraron con una intensidad multiplicada. Así lo relata el autor del tanto del empate, Víctor Meseguer, a Panenka: “Cuando la afición celebró el gol del Sporting pensaba que era nuestro momento y tres minutos después nos hacen el 1-2. No sé de dónde sacamos las fuerzas. Tuve la suerte de marcar el empate, que ni lo celebré, estaba pensando ya en que teníamos que hacer otro gol. Luego Sylla tuvo mucha personalidad para tirar ese penalti. Yo estaba tan nervioso que ni pude mirar, imagina tirarlo”.

 

“Cuando la afición celebró el gol del Sporting pensaba que era nuestro momento y tres minutos después nos hacen el 1-2. No sé de dónde sacamos las fuerzas”

 

Hay jugadores raros, y luego está Víctor Meseguer. Centrocampista, dorsal número 4, medias bajas, peinado moderno y bigote de época. Es un futbolista capaz de aprovechar los espacios entre líneas, con buen toque de balón y con una peculiaridad: parte desde una posición retrasada desde el centro del campo y es capaz de aparecer en segunda línea con un olfato goleador a la altura de pocos. Así, el murciano ha logrado seis tantos en liga, algunos de ellos claves para el objetivo cumplido del Real Valladolid. Con experiencia en Segunda, llegó cedido del Granada, y, tras un inicio complicado, encontró su sitio en el once. Eso sí, con un rol diferente al que estaba acostumbrado. El técnico, Paulo Pezzolano, le pidió más presencia en área. “Siempre es difícil llegar a un club nuevo. Es cierto que el cuerpo técnico te tiene visto, sabe lo que eres capaz de hacer, pero no es lo mismo que convivir día a día. El míster me pidió jugar en una posición a la que no estaba acostumbrado. Me costó adaptarme. Pero en cuanto empecé a tener más continuidad y a hacer goles también subió mi confianza. Y eso es muy importante, porque con confianza te atreves a hacer más cosas, te atreves a ser tú. Además, todo ese recorrido de llegar a área y tener que bajar después a recibir el balón me ha hecho mejorar mucho físicamente”, confiesa Víctor.

Son ya dos los ascensos que encadena Meseguer, aunque todavía no ha jugado en Primera. El futbolista se siente preparado para dar ese salto, y para darlo, además, con la camiseta blanquivioleta. En su contrato había una opción de compra obligatoria en caso de ascenso. “Creo que llego en mi mejor momento de madurez futbolística, lo afronto con muchas ganas e ilusión. Esperemos que el año que viene podamos cumplir el objetivo de la permanencia. A nivel individual me gustaría lo primero jugar muchos partidos en Primera y, si es posible, estar más años aquí en Valladolid, donde me he encontrado muy a gusto y la verdad es que estoy muy feliz en esta ciudad”, afirma el centrocampista.

En cuanto a lo social, el equipo de la ciudad del Pisuerga pasa por uno de los mejores momentos de su existencia; se batió el récord de abonados a pesar del descenso, en Zorrilla la asistencia siempre ha sido alta y en los últimos desplazamientos se han observado grandes movilizaciones. No obstante, el ambiente está enrarecido. Algo falta en el aire que se respira. La trayectoria del club desde la llegada de Ronaldo a la presidencia ha generado desconfianza en un buen número de los seguidores del conjunto vallisoletano.

 

“Llego a Primera en mi mejor momento de madurez futbolística, lo afronto con muchas ganas e ilusión. Esperamos cumplir el objetivo de la permanencia”

 

La tendencia de subir y bajar inmediatamente no termina de inspirar sensación de estabilidad al aficionado promedio, la llegada y la primera actuación deportiva de Pezzolano no agradó a una parte de la grada y el cisma fue completo tras algunas declaraciones del técnico uruguayo en rueda de prensa. El descontento de la afición, que aún así no se ha bajado del barco, en ciertos momentos ha supuesto una dificultad añadida para la plantilla. “Cuando llegamos gente nueva y nos encontramos con esta situación, es un poco complicado. La afición viene dolida desde hace un tiempo y yo la entiendo. Nosotros nos hemos centrado en hacer nuestro trabajo, estar concentrados y animarnos entre nosotros. Aunque sí que es verdad que la afición nos ha ayudado en muchas situaciones. Espero que este año podamos estar por fin contentos todos”, apunta Meseguer.

Lo que queda a toro pasado es el ascenso. El sufrimiento de las malas rachas en cuanto a resultados no es más que un recuerdo que ya ha perdido la fuerza. El trabajo en el día a día ha sido bueno. El esfuerzo ha dado sus frutos finalmente, pero hubo momentos en el camino en los que las dudas se escondían detrás de cada esquina, en donde había que mantener la fe en un proyecto que parecía que iba a zozobrar. “Ahora la valoración es muy buena, hemos cumplido el objetivo a falta de una jornada y eso quiere decir que hemos hecho un buen trabajo. Pero, si analizamos los distintos momentos, los ha habido muy complicados. Por ejemplo, el partido de Ferrol. Salimos de allí muy dolidos. Durante la primera vuelta el equipo también sufrió mucho, éramos una plantilla muy corta y no terminábamos de adaptarnos. La gente que ha venido en el mercado invernal nos ha ayudado muchísimo, ahí completamos la plantilla. Una plantilla de Primera División, que es lo que somos ahora”, sentencia.

Hay equipos raros, y después está el Real Valladolid. A pesar de todo – ningún otro equipo de la liga se lo explica –, ha regresado a Primera División en tan solo un año, y en la celebración el entrenador ha pedido su propia dimisión. Es un equipo afiliado al sufrimiento y a los ascensos milagrosos. Un equipo con personalidad en el que los vallisoletanos encuentran refugio o castigo, pero en el que se ven reflejados, un equipo con historia y con una Copa de la Liga. En definitiva, el Real Valladolid es un equipo de Primera.

 


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Fotografía del Instagram de Víctor Meseguer.