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Seko Fofana, el éxito de la paciencia

Conocemos un poco mejor a un futbolista que no escogió el camino fácil para triunfar y que hoy enamora a aficionados y entrenadores de Francia y Europa

“El corazón tiene razones que la razón ignora”, escribió en 1662 en sus Pensamientos Blaise Pascal. Quizás el filósofo no sabía que su frase iba a ser uno de los eslóganes preferidos de los aficionados al fútbol 350 años más tarde. Por eso, cuando Seko Fofana firmó su contrato con el Racing Club de Lens durante el verano de 2020, la cita de Pascal se convirtió en la mejor manera de justificar su elección.

El mediocampista franco-marfileño terminaba una temporada muy buena con el Udinese, en la Serie A. A pesar de terminar 13º en el campeonato italiano, el equipo del noreste del país demostró todo su talento, basado desde siempre en la confianza dada a los jóvenes llenos de potencial. Fofana marcó tres goles y dio siete asistencias. Su mejor aliado en el centro del campo por aquel entonces era un tipo al que hoy ubicamos mucho mejor: Rodrigo de Paul, el argentino que llegó este verano al Atlético por 40 millones de euros. Al cerrarse esa temporada extraña, que había sido interrumpida, Seko Fofana tenía un montón de opciones. El Milán y el Atalanta le hacían ojitos al poderoso centrocampista. Pero Fofana sorprendió a todo el mundo, y eligió seguir su carrera en un conjunto del norte lluvioso francés: el Racing Club de Lens, que en ese momento había obtenido el ascenso a la Ligue 1, seis temporadas después de su última parada en el élite del fútbol hexagonal.

“Recibí muchos mensajes; me preguntaban que qué iba a hacer en ese ‘club de mierda’. Aún cuando lo explicaba, la gente me decía que estaba loco”. Para muchos fue difícil entender a Seko Fofana, que rechazó ofertas de clubes europeos más competitivos para aceptar aquella. Él tampoco sabe explicarse mucho mejor por qué dio ese paso: conoció al entrenador Franck Haise y las infraestructuras de la entidad, y supo que su futuro tenía que pasar por allí. “Sabía que no me equivocaba”, dice. Un año y medio más tarde, nadie le puede decir que se equivocó. Después de una primera temporada en la que el Lens se quedó fuera de los puestos europeos por un punto, los ‘Sang et Or’ (‘Sangre y Oro’) siguen confirmando desde el principio de la temporada actual que son uno de los equipos más interesantes y atractivos del campeonato francés y de toda Europa. Liderado por un estandarte insumergible, siempre presente en los momentos clave, que ha marcado ya nueve goles, y que impresiona a todos los jugadores y a todos los entrenadores del país. Incluso Jorge Sampaoli ha llegado a describirle como “quizás el mejor jugador de la Ligue 1. Un campeonato que ve evolucionar sobre sus campos todos los fines de semana a muchachos como Kylian Mbappé, Marquinhos, Renato Sanches, Dimitri Payet, y, algunas veces, Lionel Messi. Una provocación evidente del técnico argentino, pero que refleja una admiración única y unánime.

 

Hay motivos para pensar que cruzarse en el camino con su ídolo, Yaya Touré, con quien coincidió en el City, no fue una simple coincidencia

 

Esta historia muestra que en un mundo lleno de intereses que superan lo deportivo y lo apasionado, el fútbol todavía tiene que ver con lo emocional. Y este cuento todavía es más maravilloso si se tiene en cuenta la humildad de Seko Fofana, un hombre que siempre ha esperado su momento, trabajando y pasando las etapas de su carrera con discreción y madurez. Estamos hablando de un chico que el Manchester City compró en 2013, cuando solo tenía 18 años, y que tomó su tiempo para demostrar su genio, articulando inteligentemente sus periodos de préstamo, y que se fue al Udinese en 2016 para encontrar la estabilidad. Desde lo alto de sus 26 años, Fofana se ha convertido en una de las figuras más atractivas del fútbol francés. Su perfil y su fenomenal volumen de juego le dan responsabilidades tanto en el sector ofensivo como en el defensivo. El franco-marfileño –que no quiso participar en la última Copa África con Costa de Marfil– ha conquistado en muy poco tiempo la histórica y extraordinaria afición local, por su capacidad de encadenar los partidos de alto nivel, pero también por su carácter valiente y combativo.

Seko Fofana sigue guiando hoy el club norteño, junto a algunos compañeros que, como él, también tienen carreras forjadas por la vía menos clásica –Jonathan Clauss, por ejemplo, carrilero derecho del Lens que está haciendo una temporada destacada, no descubrió el profesionalismo hasta los 25 años–, demostrando cada vez más que el corazón no miente, y que una carrera no es simplemente talento, sino madurez. Hay motivos para pensar que cruzarse en el camino con su ídolo, Yaya Touré, con quien coincidió en el City, no fue una simple coincidencia. Algunas veces, el azar hace bien las cosas.

 


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Fotografía de Imago.