Mientras España amanecía resacosa tras conquistar el Mundial 2010, en la prensa lusa se podía leer un titular impactante. El diario Record del 12 de julio salió a la calle con un rotundo Frango à espanhola (Pollo a la española) ilustrado con la imagen de uno de los goles recibidos por Roberto Jiménez en el segundo partido de pretemporada del SL Benfica, que iniciaba su pretemporada en Suiza.
De nada sirvió que Cristiano Ronaldo recomendase el fichaje del meta de Fuenlabrada para los Encarnados. “Me encanta“, fueron las palabras del astro de Funchal. El periplo de Roberto se convirtió en una pesadilla, en parte por sus errores y en parte por el sensacionalismo de unas portadas que traspasaban fronteras. Pese a ello, disputó 25 encuentros ligueros (de un total de 30), así como otros 16 partidos del resto de competiciones (Champions League, Europa League y Taça da Liga).
Poco hubo que esperar para la siguiente tanda de portadas rotundas de los rotativos portugueses. Era 22 de agosto, se acaba de disputar la segunda jornada de la Primeira Liga y el Benfica cayó 2-1 ante Nacional. A Bola ya echaba de menos a Quim (que se había marchado ese verano al Braga) y Record fue mucho más rotundo pidiendo que se llevaran al meta a casa tras la derrota y que el Benfica consumase su peor arranque en 58 años.
Su última oportunidad liguera llegó en la jornada 28, y el empate a domicilio frente al Olhanense derivó en la última portada que daba directamente en la línea de flotación del espigado futbolista de casi dos metros de altura. Un portento físico que se convertía en un flan ante la presión de defender el arco del bicampeón de Europa. La reacción de Roberto fue instintiva. Cubrirse la cara ante otra tarde para olvidar. Y Record sacó los números a relucir afirmando que el ‘1’ había sido el causante de la pérdida de nueve puntos. Y recalcaba el nuevo error del español.
ESPAÑA Y GRECIA, FIN DE LA CRISIS
Cambió Lisboa para retornar a Zaragoza, y ahí recuperó sensaciones casi olvidadas. Fue el héroe de la salvación en la temporada 2011-12, pero no corrió la misma suerte 12 meses después. De nuevo temeroso en las salidas, pese a su altura, Roberto descendió con los maños, aunque no disputó la última jornada por lesión. Un percance que no fue bien recibido por una afición hastiada de la concatenación de temporadas sobre el alambre. Un sector ni siquiera creyó la dolencia del madrileño, pero ahí se cerró su etapa a orillas del Ebro.
Otra vez un traspaso extraño acabó con él en el Club Atlético de Madrid, que terminó por cederlo al Olympiacos FC de Míchel. En El Pireo iba a gozar de la Champions League, pero otra vez debería enfrentarse a una aventura en el extranjero, con el mal recuerdo de la única hasta la fecha.
Y el destino le volvió a topar con el Benfica. Con Lisboa. Y con la prensa lusa. Un grave error en el minuto 83 hace dos semanas provocó el tanto de Óscar Cardozo y que Olympiacos tuviese que conformarse con un punto. De nuevo llegó el ataque desde la zona más occidental de la Península Ibérica. Pero el cancerbero se tomó la venganza en la cuarta jornada de la Champions. Paradas de todos los colores y formas para que su red durmiese tranquila durante más de 90 minutos. Y por fin llegó el reconocimiento desde Portugal. De una nueva tanda de portadas dañinas al reconocimiento de una noche perfecta. Quizás Roberto vuelva a recortar las noticias en las que sale, algo que suele ser una costumbre en los niños que empiezan a despuntar en el fútbol…
‘La venganza de Roberto’, ‘A prueba de bala’ y ‘Roberto ríe el último’ tiñen hoy las portadas de los principales medios deportivos portugueses. La diferencia con las portadas que los mismos diarios dedicaban al portero en la tercera jornada de la Champions es abismal…