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Philipp, ¿por qué te vas?

El pasado mes de febrero Philipp Lahm anunció su retiro al finalizar del curso. Lo deja con solo 33 años, cuando sus piernas aún tienen kilómetros por recorrer

Ha pasado ya un trimestre desde que dieras la noticia y aún nos tiene en vilo este asunto. Son muchas, muchísimas, las preguntas que los aficionados al fútbol quieren hacerte. Y ninguna de ellas ha recibido hasta el momento una respuesta que aclare el porqué de la decisión que nos comunicaste el pasado 7 de febrero después de un partido contra el Wolfsburgo. Cuando empiece la temporada 2017/18 y el Bayern de Múnich salte al campo en línea recta, no te veremos al frente de todos esos gigantones bávaros. Ahora será otro el que luzca el brazalete. Y la nostalgia recorrerá por nuestros cuerpos cuando tampoco encontremos a ese menudo rubio que lideraba a los suyos desde el lateral diestro y con el ’21’ a la espalda.

Aunque no jugaras en nuestra liga, aunque no defendieras los colores de nuestros equipos favoritos, siempre fuiste un tipo respetado. Un ejemplo de lo que debe ser un profesional del fútbol. No te recordamos en peleas sobre el césped y tampoco centrabas polémicas fuera de él. Tú te limitabas a hacer bien tu trabajo, a ser la bandera de tu Bayern y de tu Mannschaft, por eso seguramente capitaneabas tan bien a ambos. Y lo mejor de todo es que siempre cumplías, eras garantía de éxito. Un tipo capaz de organizar el juego de su equipo desde el lateral diestro, algo al alcance de muy pocos. Un lateral que subía y bajaba, atacaba y defendía durante los 90 minutos sin errores ni despistes. Daba igual si jugabas por la derecha o por la izquierda. Tampoco había problema si llegaba Guardiola y te reconvertía a mediocentro. La cuestión es que hicieras lo que hicieras, y desde donde lo hicieras, siempre lo hacías todo a la perfección.

A medida que van pasando los años se van retirando los futbolistas con los que crecimos muchos de nosotros, ese espejo en el que nos mirábamos cuando salíamos al patio del colegio y emulábamos a nuestros héroes. Las generaciones anteriores lloraron el día en que sus ídolos decidieron que ya había llegado el momento de dar un paso al costado y dar por finalizadas sus exitosas carreras. Ahora, es el turno de otra grandísima generación que va dando por concluida su etapa sobre el césped, por mucho que a nosotros nos hiera. Se nos han marchado ya algunos como Carles Puyol, Frank Lampard, Steven Gerrard o Ronaldo. Y en breves te vas tú junto a Francesco Totti, Xabi Alonso y John Terry entre otros. Cada vez la lista se hace más larga. Sabemos que es algo inevitable, pero duele hacerse a la idea.

Lo que aún duele más es tener que hablar en pasado sobre tus días con las botas puestas cuando ves la edad a la que lo dejas. Solo tienes 33 años y te nos vas. Sigues siendo titular indiscutible en el flanco diestro de la zaga de un todopoderoso como el Bayern de Múnich. No has perdido ni un ápice de esa inteligencia y esa capacidad de sacrificio que te llevaron hasta el lugar en el que estás hoy. Y, de repente, decides irte. Es entonces cuando llega la incomprensión ante tu temprana marcha. Repitiendo la historia de hace tres años, cuando ya dejaste descolocados a todos anunciando el punto y final a tu carrera como futbolista internacional poco después de levantar la Copa del Mundo en Brasil recién llegado a la treintena.

El primero en no entenderlo, el propio Bayern. Te ha visto crecer desde los 11 años, cuando llegaste a las categorías inferiores del club. Has madurado con ellos y han presenciado tu evolución de niño a hombre. Te dejaron escapar, a medias, para codearte con los mayores en el Stuttgart y te recuperaron a tiempo para convertirte en ídolo en el Allianz Arena. Con ellos has levantado ocho Bundesliga, seis DFB Pokal y una Champions League. Y ahora ven como una pequeña parte de su escudo —porque alguno de los rombos azul y blanco que porta vuestro emblema debería llevar tu nombre— se despedirá al mismo tiempo que concluya este curso. Quizá, esa sea la explicación por la que la directiva no ha encajado de la mejor de las maneras tu decisión. Por inesperada, pero también por el dolor que les provoca saber que pronto ya no estarás ahí para ayudarles.

Más de quinientos partidos dejándote la piel por el Bayern. Más de un centenar luchando por tu selección nacional, siendo el tercero que más veces ha capitaneado a Alemania solo por detrás de Lothar Matthäus y Michael Ballack. Estos son los números que dejas. Te irás sin hacer ruido, sin buscar protagonismos, de la misma manera en la que te convertiste en pieza fundamental para todos los entrenadores que tuvieron el honor de incluirte en sus alineaciones. Quizá, para despedirte lo más razonable sea parafrasear a uno de ellos, a Pep Guardiola, cuando supo que lo dejabas: “El fútbol te echará de menos”.