La carrera profesional de Givanildo Vieira de Souza, más conocido como ‘Hulk’, empezó en su Brasil natal, en un equipo llamado Esporte Clube Vitoria. Pronto, con sólo 19 años, este jugador de aspecto robusto emigró hacia Japón en busca de una oportunidad para consolidarse como futbolista profesional. Divagó por la segunda división japonesa tres temporadas consecutivas sin acabar de encajar en ninguno de los clubes que militó. Fue entonces cuando apareció el Oporto para hacerlo regresar cerca de casa, y además convertirlo en un jugador de primer nivel. El precio acordado para traer a Hulk fue de 19 millones de euros, lo que suponía una apuesta arriesgada por parte de los lusos. Pero estos riesgos son los que hacen del Oporto uno de los clubes con más rendimiento del mundo. Tras cuatro temporadas en Portugal donde se consolidó como un potente goleador, fue traspasado al Zenit ruso por una cantidad de 60 millones de euros.
Radamel Falcao se formó en las categorías inferiores de River Plate. Cuando el Oporto llegó en su busca, Falcao decidió dar el salto a fútbol europeo dejando el club que lo había acogido desde los 14 años. Era toda una promesa. Este traspaso costaba al Oporto aproximadamente cinco millones de euros. El colombiano se adaptó a la Liga Sagres de manera espectacular. A los seis meses ‘El Tigre’ ya había marcado 11 goles en 19 partidos y en dos temporadas consiguió un total de 73 tantos. En la temporada 2010-2011 fue uno de los artífices de los cinco títulos que consiguieron los dragones. Con estos números, las ofertas de los grandes de Europa no tardaron en llegar. En agosto de ese mismo año el Atlético de Madrid se hizo con los servicios del que ya había dejado de ser una promesa para ser una realidad. 40 millones costaba la operación. Falcao está hoy entre los mejores arietes del planeta, y su aportación futbolística, un justificante de peso a la cuantía del traspaso.
‘Os Dragoes’ vivieron uno de sus momentos más deliciosos – con permiso de la etapa dorada con José Mourinho– con la dupla Hulk y Falcao. Todos temían que con la marcha de dos de sus mejores arietes (Falcao dejó el club un año antes que Hulk), el Oporto acusaría la falta de sus goles. Todos menos el propio Oporto. Que dos cracks abandonaran el club después de catapultarlos al estrellato ya formaba parte de la exitosa estrategia que había llevado a cabo la entidad en los últimos años. Antes, pocos habían apostado por ellos y ahora se los rifaban. En la Ciudad de los Puentes volvían a frotarse las manos.
Si de algo puede presumir el Oporto es de ser una de las mayores empresas futbolísticas del mundo. Comprar barato, vender caro. Esto se traduce en 332 millones de euros en los últimos ocho años. En un contexto en que la economía portuguesa sufre una de sus peores crisis, en el ámbito futbolístico sus dos equipos punteros -Oporto y Benfica- son un ejemplo de modelo financiero. Si bien el segundo ha calcado el modelo del primero y, aunque no ha llegado a emular su beneficio, puede que lo haga en unos años.
Curiosamente, la del Oporto no es la típica historia de un club que forma grandes futbolistas y que, por motivos económicos se ve obligado a venderlos, dejando así huérfano el equipo del que se marchan. 15 títulos domésticos en los últimos 20 años son una buena prueba de ello. En Oporto saben sobreponerse como nadie al adiós de sus estrellas. Sin ir más lejos, un claro ejemplo de esto es el protagonizado por cuatro colombianos. El adiós de Falcao y Guarín, a los que el club luso les sirvió como trampolín para consolidarse como jugadores importantes, ha sido eclipsado por dos compatriotas suyos. El afianzamiento en el once titular de James Rodríguez (21 años) y la llegada de Jackson Martínez (26 años) están haciendo olvidar a sus paisanos. Dos jóvenes toman el relevo de dos cracks que se marchan. Esta es la máxima que se repite año tras año en Oporto.
Pero éste es un ciclo sin final. Ya se está hablando de las posibles salidas de Moutinho y Jackson Martínez este verano y, por si acaso, el club ya se ha asegurado el fichaje de Tiago Rodríguez y Ricardo (ambos del Vitoria Guimaraes), de 21 y 19 años respectivamente. Quizá de aquí unos años estemos hablando de traspasos millonarios refiriéndonos a ellos. La gran mayoría de ventas estrella que ha realizado el Oporto están triunfando por todo el mundo. También Pepe, cuyos 30 millones de euros abonados por el Real Madrid se observaron inicialmente con recelo. Hoy es uno de los defensas más completos del mundo.
Antero Henrique, el ‘ingeniero’
Antero Henrique, director técnico del club y mano derecha del presidente, Pinto da Costa, ha sido señalado en numerosas ocasiones como el ‘culpable’ de las magistrales negociaciones de la entidad. Él mismo ha contado en varios medios que la estrategia del Oporto es una mezcla entre tener buenos ojeadores tanto en ligas menores como en la propia Liga Sagres, una cantera potente –de la que han salido Bruno Alves, Ricardo Carvalho, Hugo Almeida o Ricardo Costa– , y sobre todo, mucha paciencia con las nuevas incorporaciones.
Lo mejor de todo es que, no sólo la marcha de sus cracks no supone una depresión posterior del equipo, sino que tanto Oporto como Benfica han sabido mantener su status como equipos dominantes de la Liga Sagres. Sin ir más lejos, el partido que disputaron ambos el pasado sábado fue seguido de cerca por medios de todo el mundo. El Oporto recibía en Do Dragão al Benfica. ‘Las Águilas’ contaban con la posibilidad de proclamarse campeones de liga pero el Oporto les arrebató el liderato en el minuto 92 con un agónico gol del brasileño Kelvin (un jugador fichado con 17 años, en 2011, del modesto Paraná brasileño). A falta de una jornada para que termine la liga, Portugal protagoniza uno de los finales de temporada más emocionantes del continente.
Tanto Oporto como Benfica siguen además dando guerra en Europa. Ambos jugaron la Champions. El primero llegó a octavos y el Benfica, que quedó tercero en la fase de grupos, jugará la final de la Europa League contra el Chelsea. Cabe decir también que el Oporto es uno de los equipos que mejor han apaciguado la marcha de un entrenador como Mourinho. Pese a que al año siguiente del adiós del técnico luso no se ganó ningún título, en 2011 volvían a levantar una copa europea.
La gran capacidad de pescar talento del Oporto es admirada por todos y la rapidez con que los aficionados olvidan a los que se van es fruto del buen hacer del equipo técnico portugués. Aun así, la mayoría de los jugadores que se consagran como cracks en la plantilla lusitana alzan el vuelo al cabo de tres, como mucho cuatro temporadas. Para los ingresos del club es sin duda una buena práctica, pero quizá a la afición, que ve por televisión como sus antiguos jugadores llegan a lo más alto, les gustaría disfrutar algún año más de las estrellas que ellos mismos maduran.