Hace unos años, no demasiados, ser aficionado del Wigan en España era algo común. Como también lo fue ser del Liverpool en la época de Rafa Benítez, Fernando Torres o Xabi Alonso, del Napoli de los Reina, Callejón y Albiol, del Arsenal a raíz de los invencibles o del último Borussia Dortmund de Jurgen Klopp. Son modas, eso es evidente. Lo difícil es seguir siendo seguidor de un Liverpool que no ha vuelto a ganar en Europa, del Napoli a pesar de que la Juventus termine ganando el Scudetto, seguir siendo hincha del Arsenal aunque Arsène Wenger desespere o de un Borussia Dortmund que ya no le planta cara al Bayern de Múnich en la Bundesliga. Imaginad cuántos seguidores del Wigan Athletic continuarán fieles a un club que en tan solo cinco años ha pasado de levantar un trofeo y jugar en la Europa League a pelearse junto a Scunthorpe, Shrewsbury o Blackburn Rovers. Uno de sus seguidores más célebres es nuestro compañero Axel Torres, jamás ha escondido su simpatía por el Wigan y hemos charlado con él sobre la situación actual del club y de aquel 2013 mágico.
Por increíble que parezca el Wigan se ha convertido en la bestia negra del poderoso Manchester City en la FA Cup. Si en 2013 les quitaban la copa más antigua del fútbol en la final, en 2014 estando en Championship les eliminaban en sexta ronda y ahora en 2018 lo han vuelto a hacer. El Wigan ha eliminado al Manchester City estando en tres categorías diferentes. Una victoria puede entrar dentro de las casualidades que nos brinda este magnífico deporte, pero hacerlo tres veces seguidas en etapas distintas no parece que sea fruto del azar. “Hazaña puntual no es la victoria ante el Manchester City porque el equipo ya había eliminado a otros dos conjuntos de la Premier, como Bournemouth y West Ham. En cuatro partidos ante equipos de la Premier compiten en todos ellos y prácticamente ganan los cuatro”, señala Axel Torres. La trayectoria del Wigan esta temporada en League One, tercera división, está siendo magnífica pese a las dos últimas derrotas que lo han situado en tercera posición tras Blackburn Rovers y Shrewsbury Town. “Lo que me parece puntual es que vayan terceros. Es decir, el equipo ha ido líder toda la liga y ha perdido los dos partidos anteriores a jugar ante el City. La sensación es que le afectó el foco mediático de tener al City en casa, pero lo puntual ha sido perder esa primera posición. Han arrollado toda la liga, son muy superiores y deberían quedar primeros”, añade Torres.
La actualidad del club también está ligada a la posible venta del mismo. Su dueño es el veterano Dave Whelan, de 81 años, y parece estar decidido en vender el club de su vida a una cadena hotelera de Hong Kong. Ya sabéis que el romanticismo y el fútbol poco a poco van perdiendo su idilio. A Axel es una situación que le entristece porque se trata de una familia que ha sido propietaria del Wigan durante décadas, son locales de la zona, y han llevado a la entidad desde la cuarta división hasta la Premier, e incluso haciendo que ganen un título o disputando la Europa League. “Es lo que los hinchas de un club sueñan. Ya que si el club no es de la propiedad de todos, que sería lo ideal, que al menos el mecenas sea local e hincha. Eso con la familia Whelan se conseguía”, indica el miembro de MI. Respecto a la venta de la entidad a una cadena hotelera de Hong Kong en estos casos nunca sabemos cómo saldrá la jugada, hemos visto todo tipo de negocios. Desde aquellos dueños que se implican y comprenden la sintonía entre la ciudad, afición y equipo, e incluso esos que tan solo ven el fútbol como un simple negocio. “Le leí una entrevista a David Sharpe, nieto de Whelan y actual presidente, que decía que su abuelo no quería hacer como el Blackburn y vendérselo a cualquiera, quieren estar convencidos de que son los compradores adecuados. Pero esto nunca se sabe, hasta que mandan los nuevos no se sabe realmente si va a ser idóneo”, opina Axel. El veterano propietario con el paso de los años se ha ido desencantando del fútbol, incluso recibió una sanción de varias semanas sin acudir al estadio, del que es dueño, por defender a su entonces entrenador Malky Mackay. El técnico estuvo implicado en una polémica sobre comentarios racistas. Whelan ha preferido vender el club antes que dejarles el “marrón” a sus familiares, ya que tener un equipo de fútbol exige un gran sacrificio.
La siguiente pregunta nos la hacemos todos, ¿cómo es posible que un ganador de la FA Cup en 2013 y que ha estado durante ocho años en la máxima categoría esté ahora peleando por ascender en tercera división? Axel Torres lo tiene claro: “de entrada el Wigan no tiene estructura para tener un equipo en la Premier. Raro es que estuviera 8 años en la Premier. Su lugar natural es la tercera división, por dimensión de la ciudad, la escasa tradición futbolística, es una ciudad de rugby, por instalaciones, etc. Yo estuve en la ciudad deportiva del Wigan cuando estaban en la Premier y desde luego era la más modesta de primera división, no parecía un club de élite”. La sensación que produce el Wigan desde fuera es esa, la de un equipo de barrio que ha llegado hasta un lugar con el que muy pocos soñaban, algo parecido de lo que les sucedió a Eibar y Leganés en la Liga. “Creo que todo el mundo sabía que el Wigan terminaría bajando algún día. Por eso cuando se habla de si preferían ganar la FA o salvarse, la respuesta que te daba todo el mundo en Wigan era: `pero si nosotros ya íbamos a bajar algún día porque somos el Wigan, es irreal que estemos en Premier. Si vamos a bajar algún día pues lo hacemos ganando un título que nunca hemos soñado, por supuesto`. Se explica este bajón porque las cosas han seguido su curso natural”, afirma Torres.
Los Latics desde aquel descenso en 2013 no han vuelto a la máxima categoría del fútbol inglés, y eso que tan solo un año después estuvieron cerca de lograrlo. Ya sin Roberto Martínez entraron en la fase de ascenso ante el QPR pero cayeron eliminados en la prórroga, es aquí cuando se marchan varios de sus mejores jugadores y terminan a caballo entre la segunda y tercera categoría. Han vuelto al lugar que históricamente les correspondía. Por lo tanto, podemos afirmar que compensó lograr aquella FA ante el City pese a estar a día de hoy varios escalones por debajo de la élite del fútbol inglés. “No conozco a nadie del Wigan, ni he leído a nadie entre aficionados, jugadores, staff técnico o directivos que dijera que era mejor salvarse y no ganar la FA. A nadie. Y cuando todo el mundo en un club está de acuerdo en algo me parece evidente”, señala el periodista de Sabadell. Esta postura desde fuera puede parecer difícil de entender, pero los hinchas de clubes modestos posiblemente se vean identificados en esta manera de ver el fútbol. “Los aficionados del Wigan te dicen que lo vivido aquel día no se puede comparar con nada, que ellos vivieron salvaciones a última hora y que nada tenían que ver. Si les dices de seguir otros 4-5 años en la zona media de la Premier, te dicen que vaya aburrimiento ya que al ser aficionado de un club lo acompañan esté donde esté, ya que esté en primera o tercera no cambia tu rutina de ser seguidor de un club. Tienes menos exposición mediática, pero tu lo vas a acompañar si eres fan de ese club”, añade Axel.
El entrenador que grabó su nombre en la historia del Wigan fue Roberto Martínez. El actual técnico de la selección belga pasó a la historia de los Latics al llevar el primer gran título a la ciudad, han pasado ya varios años desde entonces y su legado aún se mantiene. Axel Torres indica que se trata de un legado más fruto del recuerdo de aquel histórico año y material, debido al trofeo en sí, que a uno deportivo. “En términos de estructura Roberto quería dejarla, estaba planeando construir una ciudad deportiva pero todo eso con el descenso no se le pudo dar continuidad. Tras su salida los siguientes técnicos no han seguido su línea deportiva, no hay un legado en la manera de jugar. Por ejemplo en Swansea sí existe. De hecho, después de Roberto todos los entrenadores que firman van en la línea de tener esa idea de juego, buscar mucho mercado español, etc. Allí sí se aprecia un legado en la idea”, resalta Axel. El periodista de Sabadell no esconde que no ha vivido un momento como seguidor del Wigan mejor que aquella final de 2013, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad que existe de que algo así se repita. Incluso señala también como buenos recuerdos las posteriores eliminatorias ante el Manchester City.