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La nueva fiesta del fútbol europeo

La próxima edición de la Eurocopa de fútbol presenta como principales novedades el reparto de los anfitriones y una rocambolesca fase de clasificación

¿¡Otra vez parón de selecciones nacionales!? Igual que ocurre cada 30 días, vuelve a sonar la ya clásica y extenuante pregunta entre el conjunto del público futbolero que, pendiente del decurso de sus equipos favoritos en la Liga, recibe con extraordinaria pereza una nueva jornada de partidos internacionales. Aquellos que, ciertamente, solo apetecen en los días de verano. Sin embargo, la reiteración del parón se explica por una bonita razón; la disputa de la Eurocopa 2020 que arrancará el próximo 12 de junio. Aunque todavía faltan nueve meses para su celebración, ya se conocen algunos detalles sobre el campeonato que, por primera vez en su larga historia, tendrá unos cuantos anfitriones. 12, para ser exactos. Sí, sí, ¡12! Así como lo leen. Lo explicamos.

Resulta que se cumplen 60 años de la primera edición del Campeonato de Europa de Fútbol de naciones. Se disputó en Francia en el año 1960 y, fíjense si ha pasado el tiempo, su ganador fue la Unión Soviética. Y bien, dado el aniversario, la UEFA ha decidido tirar de originalidad para diseñar un torneo distinto al formato habitual seleccionando 12 sedes repartidas a lo largo de todo el viejo continente. Estas albergarán el total de los encuentros del torneo. Concretamente, se jugarán tres choques de la fase de grupos y, al menos, uno de ronda eliminatoria en cada una de ellas. Son las siguientes:

  • Allianz Arena, Múnich (Alemania)
  • Arena Nationala, Bucarest (Rumanía)
  • Aviva Stadium, Dublín (Irlanda)
  • Ferenc Puskas Stadium, Budapest (Hungría)
  • Hampden Park, Glasgow (Reino Unido)
  • Johan Cruijff Arena, Amsterdam (Países Bajos)
  • Krestovsky Stadium, San Petersburgo (Rusia)
  • National Stadium, Baku (Azerbaiyán)
  • Parken Stadium, Copenhague (Dinamarca)
  • San Mamés, Bilbao (España)
  • Stadio Olímpico, Roma (Itália)
  • Wembley, Londres (Reino Unido)

Entre los seleccionados, no hay ningún estadio francés. Cuanto menos curioso. Y os preguntaréis, ¿dónde se disputarán las semifinales y la final? Bien, pues uno de los 12 tenía que llevarse la palma. Éste no podía ser otro que Wembley, considerado el templo del fútbol inglés y, por qué no, del europeo también. ‘The Home of Football’ podrá acoger, por fin, una final de un torneo de selecciones de fútbol desde su famosa remodelación en el año 2007. La última final europea que acogió se disputó el 30 de junio de 1996, cuando Inglaterra fue sede del torneo y el mítico estadio todavía presentaba su formato antiguo. Apuntaros la nueva fecha: 12 de julio de 2020. Como representante español, ahí está el icónico San Mamés, la nueva ‘Catedral’ del fútbol como nuestro particular escaparate. Por primera vez en la historia reciente del fútbol español, un estadio, que no sea el del Barcelona, el del Real Madrid o el del Atlético, recibirá la prerrogativa europea que le permitirá hospedar a la primera clase del fútbol continental.

Más allá de la gran final y de los estadios, lo que nos ocupa a día de hoy es la fase de clasificación, de la que saldrán los 24 participantes de la Euro. De todos ellos, 20 se clasificarán de forma directa en el tradicional sistema de grupos, mientras que los cuatro restantes deberán hacerlo a través de un play-off. Vamos, ¿la repesca de toda la vida, no? Más o menos. A diferencia de otros años, la repesca estará al margen de los resultados de los grupos. Se acabó aquello de ‘los mejores terceros’. Como novedad en esta edición, las últimas plazas se resolverán en cuatro ‘micro torneos’ que jugarán las 16 selecciones con mejor ránking de la Liga de las Naciones que, precisamente, finaliza el próximo mes de noviembre. Parece algo complejo, aunque basta con tener claro que de la fase de clasificación madre, nacerá otra fase reducida con los cuatro mejores de cada Liga (A, B, C y D), primeros y segundos al margen.

Saldremos de dudas el próximo 30 de noviembre en Bucarest, dónde se celebrará el sorteo de los grupos. Como curiosidad, los anfitriones que consigan la clasificación (entre los 12 que mencionábamos antes), podrán disputar la fase de grupos en su propio país, salvo que tengan que enfrentarse a otro anfitrión. En ese caso, la sede del partido quedaría sometida a sorteo. ¡Ah! Se me olvidaba un último detalle. Para colmo del enredo, el sorteo de Bucarest se celebrará antes de la disputa de los play-off, puesto que la UEFA prevé la posibilidad de que alguna de las selecciones anfitrionas no logré la clasificación directa. Si esto ocurre, lo cual es muy probable, se celebraría un sorteo adicional en abril de 2020. “Hay que ver, menudo lio”, como diría el del programa de televisión. Tranquilos, sólo queda éste y un parón más para empezar a concretar los cuadros de los futuros grupos.

Y si por algo hay que estar al acecho de la Eurocopa, es por la capacidad que tienen los grandes campeonatos de selecciones como este de poner el fútbol en el lugar donde realmente se encuentra. En ellos siempre aparecen nuevas promesas, se consolidan otras, terminan longevas trayectorias y florecen nuevas generaciones de futbolistas unidos por la camiseta de un país. Me pregunto, por ejemplo, si será esta Euro el momento del esperado retorno de una gran selección holandesa, si permanecerá el dominio de los franceses respecto al pasado Mundial, si se coronará Mbappé como la gran estrella del fútbol europeo por encima de Cristiano Ronaldo, si serán los jóvenes jugadores los que formen la alineación titular de la renovada selección española o si se asomará alguna sorprendente revelación, igual que lo fueron Gales e Islandia en 2016. Lo que es seguro es que, tal y como dijo el ex presidente de la UEFA, Gianni Infantino, “la Euro 2020 será la gran fiesta del fútbol europeo”.

La globalización ha llegado al fútbol a través de este nuevo formato, reservando el enorme desembolso económico que implica la construcción de nuevas instalaciones. Queda en duda si perdurará en el tiempo. El caso es que Europa tiene lo que tiene y con esto volverá a situarse en el centro del fútbol mundial, un lugar de donde nunca ha salido, precisamente gracias a campeonatos como este, además de su condición de pionera del fútbol y hogar de los mejores jugadores del planeta.