La Copa de Europa nació con un formato de eliminatoria pura y dura entre campeones de liga. En 1991 llegó la primera gran innovación: una fase de grupos que tuvo distintos formatos hasta consolidar el que ahora se jubila. En 1992 se rebautizó como Champions League y un lustro después abrió la participación a más de un club por liga. A finales de siglo, el boom definitivo: se ampliaron los participantes de 16 a 24 y de 24 a 32. Para la 2024-25, otro salto mortal: adiós a la fase de grupos. Ahora tendremos 36 equipos en una misma liga, pero sin enfrentarse todos contra todos. Si quieres saber cómo, sigue leyendo.
1. La liga es de 36 equipos, pero afortunadamente no tiene 70 jornadas. Cada equipo disputa ocho partidos contra ocho rivales distintos: cuatro como local y cuatro como visitante. Sólo juega una vez contra cada uno de ellos, y si es en casa o fuera lo determina el sorteo. ¿De dónde salen esos ocho contrincantes? Vamos al lío.
2. Cada equipo se enfrenta a dos equipos del bombo 1, dos del bombo 2, dos del bombo 3 y dos del bombo4. Un partido en casa y otro fuera contra rivales de cada uno de los bombos. Para bombo, el que ya tenemos en la cabeza. Y espera, que esto continúa.
3. En el sorteo, los 36 equipos se distribuyen en cuatro bombos en función de su ranking UEFA. Bombo 1: último campeón de la Champions y los ocho equipos con mejor ranking acumulado en los últimos cinco años. Bombo 2: los nueve siguientes mejor clasificados, y así hasta completar los cuatro bombos.
4. Los primeros en conocer a sus ocho rivales son los equipos del bombo 1. Se saca la bola de uno de los nueve equipos de ese bombo, y un software le asigna ocho rivales y determina contra quién juega de local y contra quién de visitante. Lo mismo con el resto de equipos del bombo 1, y posteriormente con los del 2, 3 y 4. En la fase liga hay protección nacional para evitar duelos entre equipos del mismo país (si es posible), pero la restricción desaparece en las eliminatorias.
Este artículo está extraído del interior de la nueva Panenka, un Especial sobre la Champions, que puedes conseguir aquí
5. Al final de las ocho jornadas, termina la liga y llegamos a terreno conocido: las eliminatorias. Del 1º al 8º acceden directamente a octavos. Del 9º al 24º disputan un play-off a doble partido para acceder a esta ronda. En esta suerte de repesca, los equipos del 9º al 16º tienen la vuelta en casa por su mejor clasificación. Los que terminen la liga del puesto 25º al 36º quedan eliminados. Ya no hay rebote para nadie en la Europa League, salvo el propio ‘rebote’ por quedarse fuera.
6. A priori, ser 9º es mejor que ser 11º, porque los cruces del play-off y los de octavos vienen parcialmente predeterminados. El 9º o el 10º sólo pueden medirse contra el 23º o 24º; el 11º o 12º frente al 21º o 22º, y así sucesivamente… Por ejemplo, si acabas 9º, el sorteo del play-off sólo servirá para definir si te enfrentas al 23º o al 24º. Y si al 9º le toca el 24º, el 10º jugará contra el 23º. Así funciona con el resto de emparejamientos predeterminados. Si lo vuelves a leer mirando la infografía de abajo, te prometemos que se entiende.
7. En octavos de final, el líder tendrá enfrente a un equipo que quedó entre el 15º y el 18º, y lo mismo para el 2º clasificado, que irá por el lado opuesto del cuadro evitando que 1º y 2º puedan verse las caras antes de una hipotética final. La UEFA evita así un Real Nadal-Djokovic City en rondas tempranas, siempre que no la líen en la liga. El camino hasta la final quedará totalmente definido en cuanto salgan los cruces de octavos (supondrá el último sorteo). Ahí nuestras neuronas podrán retirarse por un tiempo al spa.
8. ¿Qué se evita con el nuevo formato? La especulación. Con sólo ocho jornadas, las distancias de puntos, especialmente entre los equipos que estén por la mitad de tabla, serán mínimas. Con una última jornada en la que los 18 partidos se disputarán a la vez, nadie podrá jugar a elegir rival. En esos 90 minutos locos, el efecto mariposa será constante cada vez que se produzca un gol en alguno de estos encuentros simultáneos.