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La heroicidad del Klaksvík

Este modesto conjunto de las Islas Feroe disputará competición europea. Uno de esos cuentos de hadas que nos reconcilian con un deporte en el que siguen teniendo cabida las machadas imposibles

Klaksvík

Las fases previas de las competiciones europeas siempre nos dejan relatos para recordar. Curiosidades que nos permiten volver a enamorarnos de este deporte que por momentos nos quiere alejar de sus raíces. Por suerte hay equipos, jugadores, instantes que nos transportan a cuando el fútbol aún se disputaba para divertirse y las otras cuestiones quedaban en segundo plano. Una de las historias más singulares de los actuales play-off de la Champions League está siendo, sin ninguna duda, la del KÍ Klaksvík de las Islas Feroe. El modesto equipo nórdico ha conseguido superar, de momento, dos fases previas, en las que ha eliminado al campeón húngaro, el mítico Ferencváros, o el vencedor de la competición doméstica en Suecia, el Häcken, para asegurarse disputar un torneo europeo.

Pero no solo ha sido una cuestión de fútbol. El minúsculo país insular, de poco menos de 55.000 habitantes, y que tiene el estatus de nación constituyente del Reino de Dinamarca, como ocurre con Groenlandia, se ha volcado con el equipo de su segunda ciudad más grande. Klaksvík, con tan solo 5.000 habitantes, es la urbe que acoge los partidos del Klaksvíkar Ítróttarfelag, disputados en el pequeño, pero acogedor y con unas vistas increíbles, Við Djúpumýrar. El KÍ, diminutivo para nombrar al equipo, ha ganado tres de los últimos cuatro títulos de liga y solo el Havnar Bóltfelag, más conocido como HB, ha conseguido romper con su hegemonía. De hecho, el HB, equipo de Tórshavn, la capital y ciudad más grande de las Islas Feroe, es el principal dominador de la primera división feroesa, con 24 títulos en su haber, cuatro más que el KÍ. Sin embargo, la hazaña que ha firmado el Klaksvík lo alza al Olimpo del fútbol del país.

 

Cuando los grandes europeos aún no han empezado a preparar la nueva temporada, hay una serie de clubes que persiguen un sueño, muchas veces, inalcanzable: clasificarse para disputar un torneo europeo. Ese día empezó el camino del modesto Klaksvík

 

Cuesta arriba

El camino que ha sellado la clasificación del KÍ para competiciones europeas no ha sido, ni mucho menos, sencillo. Todo empezó el 11 de julio de 2023. Cuando los grandes europeos aún no han empezado a preparar la nueva temporada, hay una serie de clubes que persiguen un sueño, muchas veces, inalcanzable. Ese día empezó el camino del modesto Klaksvík. La preparación de los partidos de esta clase de equipos son diferentes a lo que estamos acostumbrados; varios jugadores del KÍ, a parte de jugar a fútbol, tienen algún otro empleo. Es el caso de los carrileros del equipo, Jóannes Kalsø Danielsen y René Shaki Joensen, que son electricistas y trabajan para la compañía local EL-IN. Así pues, los futbolistas tienen que combinar el fútbol y otro trabajo para llegar a fin de mes. Y esto le suma heroicidad a lo que ha conseguido este modesto equipo feroés. Ese 11 de julio se puso la primera piedra del hito.

Visitaba el Við Djúpumýrar, con capacidad para tan solo 2.500 espectadores, el gigante húngaro, el Ferencvárosi Torna Club, campeón en 34 ediciones de la liga de su país. Ese día, en un ejercicio de sacrificio y sufrimiento, el KÍ logró sacar un meritorio empate. Una semana después, con la visita de los feroeses a Budapest, parecía que el cuento de hadas se terminaría. Pero ni mucho menos, el Klaksvík consiguió ser certero y venció por tres goles de diferencia y, sin estar exentos de sufrimiento, pues el Ferencváros disparó 22 veces, lograron una clasificación histórica. La siguiente piedra en el camino era la de otro campeón de una buena liga europea, el BK Häcken sueco. El camino, el mismo, ida en casa y vuelta en el feudo del equipo, en teoría, más potente.El desenlace fue parecido al de la ronda previa. Después de aguantar el marcador en Klaksvík tocaba hacer la épica en Suecia, sumándole que el equipo escandinavo llegaba con rodaje de la liga local y después de vencer al líder Elfsborg. Pero el KÍ lo volvió a hacer en un partido loco. Los isleños se avanzaron en el marcador pero el conjunto local le dio la vuelta al electrónico gracias a un doblete de Arni Frederiksberg, héroe local que ya había conseguido un doblete y una asistencia en Hungría y que volvía a marcar dos goles en esta ocasión. El partido se encaminaba a la prórroga. Cuando los de Hisingen pusieron el 3-2 todo parecía terminado. Pero, una vez más, el KÍ resurgió y empató en el 109′. Todo se dirigía a los fatídicos lanzamientos de penalti. Una tanda que tuvo dos nombres propios, el de Vegard Forren, histórico defensa central noruego de 36 años que ha militado en el Southampton y en el Brighton, entre otros, y el portero Jonatan Johansson. La historia del cancerbero es de aquellas que te dejan con la boca abierta. Después de dejar el fútbol y trabajar de electricista, sus amigos le ofrecieron jugar de defensa central en la sexta división sueca. Johansson aceptó y el Klaksvík lo llamó en junio para ser portero y retomar su carrera. Frente al Häcken, equipo precisamente sueco, fue el gran héroe.

 

La historia del cancerbero es de aquellas que te dejan con la boca abierta. Después de dejar el fútbol y trabajar de electricista, sus amigos le ofrecieron jugar de defensa central en la sexta división sueca. Johansson aceptó y el Klaksvík lo llamó en junio para ser portero y retomar su carrera

 

Todo por hacer

Después de superar dos rondas previas de la Champions League, el KÍ se ha asegurado disputar competición europea esta temporada, solo queda ver en cuál queda clasificado. Si quiere seguir con su sueño en la máxima competición continental, tendrá que eliminar al Molde, otro campeón escandinavo, en este caso el de Noruega. La eliminatoria empieza a disputarse hoy. Si lo hace, solo estaría a 180 minutos de la fase de grupos. Si los noruegos terminan con su cuento de hadas, será el turno de intentarlo en la Europa League, y si tampoco se les da, accederían directos a la fase de grupos de la Conference. Si bien es cierto que la eliminatoria frente al Molde parece muy complicada, sobre todo si tenemos en cuenta los registros del equipo feroés frente a los noruegos, que cayeron eliminados en la temporada 2003-04, precisamente a manos del Molde, y la temporada pasada frente al Glimt. Pero el Klaksvík se ha ganado el derecho de soñar. Como lo hizo el Havnar Bóltfelag, el primer equipo de las Islas Feroe que consiguió una victoria en la Champions League. Fue en la temporada 04-05, tan solo 12 años después de que los equipos de la isla pudieran disputar competición europea. Hasta el momento solo habían conseguido dos empates y muchos, muchísimos goles en contra. Fue frente al WIT Georgia después de un 5-0 en la ida. En las Islas Feroe todo estaba igualado en la media parte, pero justo antes del pitido del medio tiempo, un jugador georgiano vió la tarjeta roja, hecho que lo cambiaría todo. El HB logró vencer finalmente 3-0 ese partido y aunque cayó eliminado, marcó un hito en el país insular. Dos años después, el B36, también de Tórshavn, fue el primer equipo feroés en superar una eliminatoria europea. Y en 2023, para cerrar el círculo, el otro grande de las Feroe, el KÍ, disputará competición continental.

“Lágrimas. Lágrimas de alegría. ¡Qué equipo! ¡Qué club! ¡Qué pueblo! ¡Qué historia! Increíble apoyo. Esto es irreal”, escribía ayer el equipo en su página de Twitter. Y es que este tuit resume a la perfección lo que ha vivido el equipo y el pueblo durante las últimas semanas. Un apoyo por parte de su afición y fans del fútbol que ha salido de cualquier lógica. Porque a las personas nos gustan las historias de superación, inesperadas, y aún más si tienen este componente de heroicidad.

 


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Fotografía de @KI_Klaksvik