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La foto más buscada de Ernesto Valverde

Ernesto Valverde, que acaba de coronarse como campeón de la Copa del Rey, ha generado el escenario ideal para que un entrenador que quiere y siente el Athletic sea feliz en Bilbao

Valverde

Creció futbolísticamente en la ciudad a la que emigraron sus padres en los 60. Jugó en su barrio (Adurza), en el San Ignacio y en el Deportivo Alavés antes de emprender su primer viaje, a 60 km de casa. Fichó por el Sestao Sport y formó parte de un equipo inolvidable dirigido por Javier Irureta. Sus actuaciones llamaron la atención de varios equipos de Primera. Voló a Barcelona, reclutado por el Espanyol de Javier Clemente. Una ascensión meteórica que lo llevó a formar parte del ‘Dream Team’ de Johan Cruyff. En ese momento ya era seguidor del Athletic, el club en el que llegó a jugar tras incluirle el conjunto rojiblanco en una operación que terminó por hacer realidad un sueño: jugar como local en San Mamés.

A lo largo de estos años ha demostrado ser un tipo muy listo y trabajador. Un profesional coherente fuera y dentro del campo. Un ‘enfermo’ del fútbol. Una hormiga que no pierde el tiempo. Es cierto que tiene otras aficiones conocidas, pero lo que le ocupa y le preocupa sobre todo todavía es el fútbol. Le ocupaba cuando era futbolista y tenía que salir airoso en duelos desiguales, y le ocupa y le preocupa ahora que es entrenador.

Sabe mucho más, está curtido, pero todavía cultiva la esencia con la que se proclamó campeón del mundo con un equipo cadete del Athletic en París en 1994, o con la que intentó ascender al equipo filial del Athletic, junto a su inseparable Jon Aspiazu. Dejó su impronta en Sarrià y en el Camp Nou, y corrió por las bandas de La Catedral en busca de goles y victorias que le permitieran disfrutar (también sufrió y mucho) y sentirse orgulloso del club que ama.

 

Valverde resuelve las situaciones excepcionales con normalidad. Un condimento del que va sobrado y con el que recubre, junto a su sentido común, los quehaceres diarios en el Athletic

 

Desconozco cuándo decidió ser entrenador, creo que se sacó el título mientras jugaba en el Mallorca, su último club. Desde entonces, desde que Andoni Zubizarreta lo elevó al banquillo del primer equipo, no ha dejado de crecer y ganar.

Su trayectoria explica claramente lo que es Ernesto Valverde. Por donde pasa, deja huella. Le añoran en el Espanyol, le adoran en Atenas y le aplauden en Barcelona. Mientras tanto, hace camino en el Athletic, donde encabeza el ranking de los entrenadores con mayor número de partidos dirigidos. En esta última etapa, ha construido un equipo ilusionante, como hacía tiempo que no ocurría. Primero, porque el Athletic gana en San Mamés con un estilo que encaja y engancha. Segundo, porque esos resultados se reflejan en la tabla. Puro rock&roll. Un estilo que practica y comparte con sus amigos siempre que puede. Los Easy Ironing, así se llama su grupo, tocan rock sin arrugas, al igual que el fútbol que practica el Athletic.

 

Le añoran en el Espanyol, le adoran en Atenas y le aplauden en Barcelona. Mientras tanto, hace camino en el Athletic, donde encabeza el ranking de los entrenadores con mayor número de partidos dirigidos

 

Su pasión por la música y la importancia que da a las cosas importantes le llevó a reunirse con ellos, sus amigos, unas horas después de ser presentado en el Barcelona. Lo primero es lo primero. Cuando nadie le esperaba, apareció con su guitarra y descargó y compartió la felicidad que aquel día le sobraba. Una felicidad que se multiplica exponencialmente cuando las cosas marchan bien en su club, el Athletic. Es el caso. Valverde resuelve las situaciones excepcionales con normalidad. Un condimento del que va sobrado y con el que recubre, junto a su sentido común, los quehaceres diarios en el Athletic. Una muestra son sus comedidas y acertadas respuestas en las salas de prensa o en las decisiones que toma desde el banquillo. Ya nadie le discute. Ha generado el escenario ideal para que un entrenador que quiere y siente el Athletic sea feliz en Bilbao, profeta en su tierra. ¡Casi nada!

El equipo vuela en la Liga y levantó, al fin, la Copa del Rey cuarenta años después. Palabras mayores en el botxo. Por lo que quiere y siente al Athletic, por su trayectoria y porque a un amigo siempre se le desea lo mejor, ansío verlo en la proa de la Gabarra con la Copa y esa media sonrisa que, además de su felicidad, muestre lo listo, lo valiente y lo trabajador que es Ernesto Valverde. Se lo merece.

*Agustín Benito (periodista y amigo de Ernesto Valverde)

 


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Fotografía de Getty Images.