Un aroma particular de tradición y fútbol regresan de la mano del Liverpool a la máxima competición europea esta temporada. Klopp y los suyos han conseguido devolver el entusiasmo a Anfield, y su You’ll never walk alone volverá a inaugurar las grandes noches de Champions League. Claro, siempre y cuando consigan pasar la ronda previa.
El Liverpool estará entre los mejores equipos del viejo continente y las exigencias son altas. Pero el club inglés de las cinco Copas de Europa no va a perder la cabeza. Su filosofía asociada a la visión que le ha otorgado su entrenador en los últimos años se lo impiden. Una idea muy distinta a la de realizar grandes desembolsos sinsentido.
Klopp quiere hacer del Liverpool lo que hizo de sus anteriores equipos. Una familia. Porque el alemán es un tipo paciente. Un técnico que no tiene prisa por triunfar. Su éxito se basa en la ideación de proyectos a largo plazo, en el continuo desarrollo de futbolistas jóvenes hasta formar un grupo ganador. Así lo hizo en el Mainz 05, su primer equipo y en el que pasó siete temporadas y media. Y de manera similar, en el Dortmund. En ambos conjuntos, sus mayores éxitos llegaron a partir de la tercera campaña.
Klopp quiere hacer del Liverpool lo que hizo de sus anteriores equipos. Una familia. Porque el alemán es un tipo paciente
No existe ningún tipo de revolución planeada en el año III de Klopp en Anfield. Continuar con el plan establecido. El proyecto debe seguir madurando poco a poco, con pequeños retoques y pinceladas que ayuden a mejorarlo. La cuarta posición cosechada la temporada pasada en Premier le ha quitado cierta presión al alemán. Cumplió su objetivo después de todo, y nadie le puede refutar su sistema. Un método con el que logró que el Dortmund se colase entre los mejores equipos de Europa, y con el que ahora espera devolver al Liverpool a lo más alto. Aunque para ello necesita mejorar su once titular.
La plantilla del Liverpool de la temporada 2017/18 será mejor que la del curso anterior. Pero todo pasa porque Philippe Coutinho se mantenga en el equipo. El brasileño fue el futbolista más determinante de todos en la pasada campaña. Marcó trece goles y dio siete asistencias en los 28 encuentros de liga que jugó. Es el líder dentro del campo y varios equipos han mostrado interés por contratar al jugador. Su compatriota Roberto Firmino y el senegalés Sadio Mané se han convertido en sus socios perfectos en ataque.
En el centro del campo, la figura de Adam Lallana es clave en el cuadro red. Desde que llegara a Anfield procedente del Southampton en 2014, su importancia en el equipo no ha parado de crecer. Con Klopp, prácticamente, ha jugado siempre y cuando ha estado físicamente disponible. Es un futbolista capaz de desempeñar diferentes posiciones dentro de la medular. Pero el rompecabezas del técnico de Stuttgart está en la posición de mediocentro. Del jugador encargado de ocupar la posición de pivote. De compensar los huecos que dejan los jugadores más talentosos que tiene por delante. En ese sentido, su capitán, Jordan Henderson es el que más papeletas tiene para mandar desde el centro del campo. Lo hizo toda la temporada pasada hasta que cayó lesionado a mediados de febrero. A partir de esa fecha, Emre Can, Wijnaldum y Lucas Leiva se repartieron los minutos en esa posición. Pero Klopp quiere reforzarse en esa parcela del campo, y uno de los jugadores que más suena es el guineano de 22 años Naby Keita.
Jürgen Klopp, además, ha logrado en este Liverpool lo que no consiguió Rodgers en toda su etapa: una defensa estable. No se trata de la zaga más sólida del campeonato, pero cumple. Que ya es algo. No deja de llamar la atención, por más partidos que pasen, ver a James Milner en el lateral izquierdo, pero lo cierto es que el inglés lo está haciendo bien en esa posición. Junto a él, en la línea de atrás, Dejan Lovren, Joel Matip y Nathaniel Clyne han conseguido rebajar el número de goles encajados en los últimos años. Uno de los mayores problemas del cuadro de Anfield.
En cuanto a la portería, al igual que ocurrió la temporada pasada, Simon Mignolet y Loris Karius pelearán por hacerse con el puesto de titular. Son dos buenos guardametas. Sin embargo, están muy alejados del nivel que pueden llegar a ofrecer los porteros de los demás grandes equipos de Europa e Inglaterra. Se trata del punto más débil de este Liverpool.
LOS NUEVOS
Junto a Naby Keita, el hombre que más suena para reforzar el equipo titular es Virgil van Dijk. El holandés de 26 años se salió la temporada pasada en el Southampton. Es un central de gran envergadura (1,93 de altura), capaz de brindarle al Liverpool la solidez defensiva que tanto echa de menos.
Aunque, sin duda, la incorporación estrella este verano ha sido Mohamed Salah. Nueva oportunidad en la Premier para el egipcio después de un primer intento frustrado con Mourinho. Un fichaje de 40 millones para aportar, sobre todo, una dosis extra de velocidad y olfato goleador en el equipo. El extremo hará suya la banda derecha, desplazando a Mané a la contraria y relegando a Coutinho a una posición más central.
Su llegada no ha generado tanta repercusión como la de Salah, pero Dominic Solanke puede terminar resultando ser el fichaje más rentable del Liverpool en los últimos años. El designado mejor jugador del pasado Mundial sub-20 aterriza procedente del Chelsea, con quien terminó contrato en junio. El delantero de 19 años es una de las grandes esperanzas del fútbol inglés y llega a un club perfecto para su desarrollo. Un equipo de primer nivel en el que no tendrá una gran responsabilidad sobre el césped. Hace unos días, tras el primer encuentro de pretemporada ante el Tranmere Rovers, un periodista preguntó a Klopp sobre qué le iba a pedir este año al joven jugador. Él respondió: “Tengo todo el tiempo del mundo”. Así es el alemán. Un tipo sin prisa en un planeta de locos.