14 de febrero de 1982, un artículo de El País se refería así a la selección de Irlanda del Norte previo al Mundial de España: “un país amargado por una larga disputa religiosa y otra de carácter político, no es terreno apropiado para la práctica deportiva. Solo 17.000 fichas constituyen el registro de futbolistas con que cuenta Irlanda del Norte. Los jugadores más sobresalientes emigran luego al fútbol inglés, donde se curten”. Han pasado 35 años desde entonces, en lo político sí ha habido cambios pero en lo futbolístico Irlanda del Norte parece anclada en el mismo punto. No fue el último Mundial para los norirlandeses, cuatro años después del Mundial de España se clasificaron para el de México, esta sí ha sido su última presencia. Irlanda del Norte se ha codeado muy pocas veces en su historia con las mejores selecciones del planeta, pero en dos de esas tres ocasiones llegó hasta los cuartos de final. Pero no nos vayamos tan lejos, el año pasado por primera vez disputó una Eurocopa y alcanzó los octavos de final tras haber liderado su grupo clasificatorio. La pregunta es sencilla, ¿estamos ante la mejor Irlanda del Norte de su historia? Y de ser así, ¿cómo es posible que haya logrado estos éxitos sin George Best?
Un fortín llamado Windsor Park
El estadio del Linfield FC, situado en Belfast, es todo un talismán para la selección nacional, ya que en los últimos cuatro años tan solo la Alemania campeona del Mundo ha sabido vencer allí. Tanto la República Checa como Noruega, dos selecciones de un nivel parecido a la norirlandesa, no han podido ni puntuar en Belfast. Por eso mismo es tan importante para los chicos de Michael O’Neill lograr un gran resultado en el encuentro de ida ante Suiza, estamos convencidos de que habrían matado por tener la vuelta en casa junto a sus aficionados. De todas maneras, su rendimiento lejos de Belfast no ha sido tan malo como puede parecer. Si bien es cierto que los combinados británicos tienden a perder fuerza fuera de casa, Irlanda del Norte no ha perdido en sus salidas a la República Checa y Azerbaiyán, y pese a caer derrotados en Alemania o Noruega su papel no ha sido malo. Las estadísticas ante Suiza les acompañan, se han citado en cuatro ocasiones con dos victorias y un empate. Pese a ello, Suiza no se pierde un Mundial desde el de 2002 celebrado en Corea y Japón, suma tres de manera consecutiva para un total de diez torneos.
La excelencia de lo amateur
Lo maravilloso de los logros que está alcanzando Irlanda del Norte reside en los medios con los que cuenta Michael O’Neill para confeccionar una convocatoria. Sin lugar a dudas comparando con sus vecinos Inglaterra, Escocia, Irlanda o Gales poseen la materia prima más débil, pese a todo dan guerra e incluso le lanzarán un pulso a Suiza para así acceder a un Mundial 31 años después. En la lista de O’Neill encontramos futbolistas que militan en St.Johnstone, Millwall, Sheffield United, Scunthorpe, Kilmarnock o Nottingham Forest. Este grupo más británico no puede ser, decidme que no sería maravilloso que un futbolista del Scunthorpe o Millwall estuviera en el Mundial de Rusia. El seleccionador nacido en Portadown decía lo siguiente para la web de la FIFA: “tenemos un plantel muy humilde. La selección norirlandesa se caracteriza por su gran humildad y por estar compuesta de jugadores que llevan juntos desde jóvenes. Tenemos un gran espíritu de equipo y una estupenda ética de trabajo”. La calidad ya la pondrán otros, Irlanda del Norte pone la lucha en cada pelota y la humildad de unos jugadores a los que no se les caen los anillos.
Efectivamente, ningún futbolista sobresale en Irlanda del Norte, van todos a una como auténticos guerreros. El artículo de El País al que hacíamos referencia antes titulaba así: “Irlanda del Norte cuenta con buenos legionarios para jugar en España”, el tiempo avanza pero hay cosas que nunca cambian. Toda una generación no ha podido ver a su selección nacional en un Mundial, además como dice O’Neíll: “para muchos de nuestros hombres esta va a ser, seguramente, la última ocasión de jugar un Mundial. Será un factor de motivación y ojalá nos permita superar esta eliminatoria”. Sus futbolistas no necesitan ningún tipo de motivación, ya está adherida en sus genes. En tan solo cinco años Irlanda del Norte ha pasado de ser la selección 129º del ranking FIFA al 23º actual, todo un mérito para una región con algo menos de dos millones de habitantes. De George Best a Jonny Evans, de Gerry Armstrong a Jamie Ward y de Danny Blanchflower a Chris Brunt, distintos nombres pero con la misma sensación de hacer historia. En esta fase clasificatoria tan solo han anotado 17 goles, pero eso no les preocupa a los norirlandeses, con anotar uno más que Suiza serán recordados por ser la plantilla que devolvió el Mundial a toda una generación.