Marcelo Gallardo es el sueño de todo aficionado gallina, representa el ideal de ese hincha de River Plate que primero triunfa como futbolista para después continuar su éxito como entrenador. ¿Quién no sueña despierto con algo así? Seguro que vosotros habéis imaginado una y otra vez cómo sería anotar un gol, levantar un trofeo o dirigir al club de vuestros amores. El Muñeco ya se convirtió en ídolo en su época como jugador de River, pero ahora como técnico está triunfando casi tanto como cuando llevaba la camiseta blanca con la franja roja y no un traje en el área técnica. El listón como futbolista lo dejó alto, prácticamente lo ganó todo y es ahora cuando está volviendo a reeditar aquellos títulos. Cuando Gallardo deje River, de manera física y no espiritual, se marchará como uno de los protagonistas más exitosos de su historia, hablar así en estos términos sobre un club tan importante a nivel mundial nos hace valorar la dimensión que Gallardo posee en el club millonario.
Ramón Díaz, otra leyenda de River, dejó su cargo como técnico en la primavera de 2014 y ahí le llegó la oportunidad a Marcelo Gallardo de volver a casa. Esta no fue su primera aventura como técnico, venía de tener éxito en el Club Nacional de Montevideo con el que había decidido colgar las botas. Era un River que se venía recuperando del descenso de 2011, el que todavía tenía cerca en el tiempo, y necesitaba volver a conquistar títulos para calmar su sed. El Muñeco ya sabía lo que era tocar el cielo, lo había hecho en siete ocasiones distintas defendiendo la camiseta del millonario. Logró varios torneos nacionales, la Copa Libertadores de 1996 junto a Francescoli, Hernán Crespo, Ariel Ortega, Sorín, Almeyda o el Mono Burgos y la Supercopa Sudamericana. Cuando un ídolo con este historial se convierte en técnico la presión es máxima. Lo positivo es que, generalmente, la afición tendrá más paciencia con alguien al que ve como uno de los suyos, sienten en ese hombre que va con traje en la banda a aquel que años atrás les ofreció tantos éxitos vestido de corto. Además, en caso de lograr títulos la felicidad se multiplica por dos, ya que una cosas es vencer con alguien al que se le considera parte de la familia de River o hacerlo con una persona ajena a todos esos sentimientos.
En sus tres años y medio como entrenador de River levanta un trofeo cada seis meses
Desde que River volvió de la Primera B Nacional ningún otro club argentino ha logrado tantos títulos como ellos. Han levantado nueve trofeos, mientras que Boca, Lanús y San Lorenzo en tres ocasiones y Huracán o Vélez dos veces. Siete de esos nueve éxitos han llegado con Gallardo como entrenador, si a esos registros sumamos los ocho que conquistó como jugador estamos ante una de las máximas leyendas de River Plate. Sus registros están a la altura de Ramón Díaz o José María Minella, casi nada. Hay un frío dato que nos hace ver la trayectoria de Gallardo con el prisma adecuado: desde 2014 River consigue al menos un título al año, ¡en sus tres años y medio como entrenador levanta un trofeo cada seis meses! Dos Copas de Argentina (2016, 2017), Copa Sudamericana (2014), Recopa Sudamericana (2015, 2016), Copa Libertadores (2015) y Suruga Bank (2015). Este último torneo es muy curioso, se trata de un enfrentamiento entre el campeón de la Copa Sudamericana (el equivalente a la Europa League) y el ganador de la copa J.League, se celebra desde el año 2008. Tan solo le falta añadir a su palmarés una liga argentina, aunque este año lo tendrá difícil ya que está lejos de los primeros clasificados.
No todo han sido buenos resultados y títulos en los algo más de tres años que lleva en el banquillo. Uno de sus momentos más complicados al frente de River lo ha vivido hace poco, se trata de la heroica remontada de Lanús en la Copa Libertadores cuando todo hacía indicar que River volvería a estar presente en la final de la máxima competición sudamericana de clubes. Quedaron muy señalados Gallardo y sus futbolistas, pero no hay nada que haga olvidar las penas como la conquista de un título. Así pues han vuelto a defender la corona en la Copa Argentina tras vencer en la final a Atlético Tucumán. Si bien es cierto que se trata de un trofeo menor, sobre todo en comparación con la Libertadores, sirve como bálsamo para cerrar el año con una alegría. Además, en el mes de febrero Gallardo podrá levantar su octavo trofeo si consigue vencer a Boca Juniors en la Supercopa argentina. Su fútbol se caracteriza por tener profundidad por las bandas, la presión alta y centrar balones. Gallardo asume que con River debe ser protagonista, y no le ha temblado el pulso a la hora de sentar a leyendas como Aimar, Saviola, Lucho González o Cavenaghi, ahí demuestra tener una fuerte personalidad con la que tanto se identifican sus hinchas. Veremos dónde deja los registros el bueno de Gallardo, hasta dónde alarga un palmarés con el que muchos sueñan y tan solo unos pocos logran.