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El ‘Tío Benito’ y la gran aventura de España en Brasil’50

Benito Díaz fue un pionero que dejó huella en la Real y en la selección con su mirada al nuevo fútbol que venía del continente

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Benito Díaz, tal vez el primer gran entrenador vasco, modernizó el juego con sistemas tácticos que venían del centro de Europa, ilusionó en la Real Sociedad y fue clave en la selección española. Este es un extracto del reportaje sobre su figura que encontrarás en el nuevo #Panenka136


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La distancia entre el cielo y el infierno a veces es muy corta. El ‘Tío Benito’ lo sabía bien, pues ya lo había vivido un año antes de esa final copera. En 1948, le habían ofrecido compaginar el cargo de seleccionador español con el banquillo donostiarra. Formaría tándem con otro técnico, Guillermo Eizaguirre. Pese a ese apellido, Eizaguirre no era vasco. Sus padres, sí. Él era andaluz y una leyenda en el Sevilla, con el que había ganado una Copa como portero. Eizaguirre pertenecía a una familia para nada sospechosa de ser roja, con un padre juez y un abuelo militar. Él mismo se había apuntado voluntario en la legión; terminó la guerra con tres heridas y algunas medallas en el uniforme. El sevillano había sido elegido seleccionador por el militar murciano Armando Muñoz Calero, quien había llegado a los despachos de la federación sumando méritos por su papel en la Guerra Civil y por formar parte de la División Azul en el frente ruso. En esa época , era habitual que la figura de un seleccionador y la de un entrenador convivieran. Y Eizaguirre eligió a Benito Díaz, un experto en sistemas de juego y entrenamientos. Muñoz Calero no vio con buenos ojos su elección, aunque acabó dejándose convencer por Eizaguirre y por los resultados, especialmente dos goleadas sonadas en sendos amistosos fuera de casa: un 1-5 en París contra Francia y un 1-4 contra los irlandeses en Dublín. Partidos en los que la selección española jugó por primera vez con las ideas tácticas de Díaz, quien fue sacado a hombros del estadio de Colombes de París por sus jugadores.

Eizaguirre y Díaz eran dos sabios del fútbol. Eizaguirre sabía seducir, Díaz era más terco y pedía trabajar duro. “Uno nos hacía discursos, el otro nos ponía a correr. Eran gente de fútbol, se notaba”, recordaría Antoni Ramallets, portero de aquella selección. Después de superar a Portugal en una ronda previa, España partió hacia Brasil para disputar el Mundial de 1950. Lo hizo sin el delantero madridista Pahiño, vetado por las autoridades dos años antes. El atacante escuchó como el general Zamalloa, gallego como él, soltaba un discurso antes de jugar un amistoso en Suiza: “Y ya sabéis: cojones y españolía”. A Pahiño se le escapó una leve sonrisa burlona, así que jugó ese partido, 20 minutos contra Bélgica y no volvió a la selección hasta 1955.

Para la cita mundialista, se cuenta que Eizaguirre se gastó un dineral en ropa elegante, mientras que Díaz llenó sus maletas de viejas camisetas de su época como jugador de la Real Sociedad que usaría en los entrenamientos. A los jugadores se les entregó un pequeño folleto de 18 páginas con el escudo de la federación titulado Breviario y Guía del Jugador del Equipo Nacional. En él se recomendaba a los jugadores trabajar duro, evitar las mujeres y no probar el alcohol. España debutó derrotando con sufrimiento a Estados Unidos (3-1). Al final del partido, los jugadores se mofaron del ‘Tío Benito’, que había afirmado, tras espiar un entreno de los norteamericanos, que “estos tíos no tienen ni puta idea”. Luego España derrotó a Chile y finalmente venció a Inglaterra en Maracaná, con el histórico gol de Zarra. Antes del partido, Eizaguirre y Díaz fueron inmortalizados por los fotógrafos en el banquillo. Eizaguirre con sombrero de ala ancha y una elegante gabardina; Díaz con un chándal viejo y una chapela en la cabeza. Cuando el árbitro pitó el final, Díaz salió emocionado al encuentro de Zarra, con el que se abrazó. Aunque a los periodistas les dijo que ese equipo aún podía y debía jugar mucho mejor.

 

Brasil goleó a los españoles. La ‘Roja’ finalizó aquella Copa del Mundo cuarta, su mejor resultado hasta 2010. Díaz, considerado el héroe en la victoria contra los ingleses por su propuesta, fue acusado de haber preparado mal el duelo contra la anfitriona

 

La victoria contra los ingleses desató la euforia. Antes de iniciar la fase final, Guillermo Eizaguirre dijo que no firmaba el segundo puesto. Díaz, en cambio, afirmó que todo estaba planeado para que ganase Brasil, aunque ellos todavía podían decir la última palabra. El formato no era el tradicional de semifinales y final. Era un cuadrangular con España debutando contra Uruguay y Brasil, contra Suecia. La expedición se había encerrado en el hotel los días previos al choque. Había miedo a la presencia de hinchas españoles, la mayoría exiliados republicanos, y a que los jugadores acabasen en la cama de alguna chica brasileña. El equipo empató ante los uruguayos y ya no levantó cabeza. Brasil los goleó en el segundo partido. El tercero y último también acabó en derrota, así que España finalizó cuarta, su mejor resultado hasta 2010. Díaz, considerado el héroe en la victoria contra los ingleses por su propuesta, fue acusado de haber preparado mal el duelo contra los brasileños. Además, en la federación se entendió la decisión de jugar con suplentes contra Suecia como una muestra de debilidad. España volvió triste, con la plantilla repartida en distintos vuelos. Eizaguirre y Díaz se despidieron en Barajas. Nunca más volvieron a trabajar juntos…