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El Athletic y el primer viaje a Georgia

El primer duelo entre equipos de España y Georgia fue en 1998, entre el Athletic y el Dinamo Tbilisi en la previa de la Champions y con triunfo vasco con remontada

Dinamo Tbilisi Champions League

“Como Georgia, el Athletic es un cruce de caminos”, escribió Eduardo Rodrigálvarez en la previa de El País del primer partido entre equipos de España y Georgia. Fue en agosto de 1998, siete años después de que el país se independizara de la Unión Soviética, y enfrentó a Athletic Club y al Dinamo Tbilisi, en la segunda y última ronda de la fase previa de la Liga de Campeones. Dicha previa es apenas la sexta noticia que habla del Dinamo georgiano en la hemeroteca de El País.

La primera data de 1981, cuando el equipo conquistó la Recopa al superar al Carl Zeiss Jena, de la Alemania Democrática (RDA), en la final. El Dinamo había debutado en la Copa de la UEFA en 1972 y en la Copa de Europa en 1979, eliminado en octavos de final por el Hamburgo, a la postre subcampeón tras vencer al Real Madrid en las semifinales y perder contra el Nottingham Forest en la final. La temporada siguiente, en la Recopa 1980-81, el Dinamo sorprendió al West Ham, verdugo del Castilla en dieciseisavos, y al Feyenoord y se plantó en la final. El rival, el Carl Zeiss Jena, que había apeado al Valencia en octavos, marcó primero, pero el trofeo voló a Tiflis.

El partido por el título se disputó el 13 de mayo de 1981 y “resultó anodino y poco vistoso, ante unos graderíos prácticamente vacíos dado el poco interés que ofrecían ambos contendientes”, contó la agencia EFE. Solo hubo 6.000 personas en el Rheinstadion de Düsseldorf), con capacidad para 70.000 según Mundo Deportivo: “El partido que brindaron en esta final fue auténticamente aburrido. Soporífero a más no poder en la primera mitad. Y discreto tirando a malo en la segunda”. “Ni soviéticos ni alemanes orientales se han distinguido nunca por ser rápidos en sus acciones. Precisamente, si de algo se les ha tachado siempre ha sido de lentos y premiosos a la hora de mover la pelota, de pasarse una y mil veces el balón horizontalmente sin ninguna sin prisa. Con decirles que los más rápidos eran los soviéticos que queda explicado todo”, concluía la crónica después de destacar que era el segundo título continental para la URSS. El primero era la Recopa del Dinamo de Kiev en 1975.

El Dinamo Tbilisi ganó nombre y fue invitado por el Real Madrid para el tercer Trofeo Santiago Bernabéu, en septiembre de 1981 y junto al Bayern de Múnich, ganador de las dos primeras ediciones, y al AZ Alkmaar, que meses antes había caído en la final de la Copa de la UEFA contra el Ipswich Town. La Copa de Europa también había sido para un equipo inglés: el Liverpool venció al Real Madrid en la final. El Dinamo cedió ante el Madrid en las semifinales del cuadrangular, pero obtuvo la tercera plaza final. Porque el Bayern se retiró antes del final de la primera parte, indignado con el árbitro Donato Pes Pérez, y con un resultado de 2-1 para el Dinamo. 

En 1982 el Dinamo volvió a ser semifinalista de la Recopa: cayó a las puertas de la final ante el Standard de Lieja, que jugaría y perdería la el duelo decisivo contra el Barça en el Camp Nou. En la siguiente noticia de El País, del 4 de septiembre de 1993, el Dinamo ya aparece como equipo de Georgia: “Ha sido excluido de la Copa de Europa por la UEFA por tentativa de corrupción”. Había sido considerado culpable de ofrecer unas 700.000 pesetas a los árbitros de un partido de la Copa de Europa.

UN ATHLETIC DE CHAMPIONS

El duelo con el Athletic llegaría cinco años después. Los vizcaínos habían terminado segundos en Liga, con 65 puntos, sólo superados por el Barcelona (94), y para estar en la fase de grupos de la Champions League, tenían que superar la fase previa. Y ahí se cruzaron con el Dinamo, que en la primera ronda había derrotado al Vllaznia Shkodër albanés. Miguel de Andrés, jugador del Athletic en los 80 y encargado de informar sobre los rivales en los 90, vio la eliminatoria en directo y avisó antes de emprender el viaje a Georgia, sede del partido de ida del cruce ante el Dinamo: “En absoluto es una perita en dulce”.

Antes de subir al avión, Aitor Larrazabal aseguró que “muchos integrantes de esta plantilla sabemos que no volveremos a tener una oportunidad como esta”, y el técnico Luis Fernández afirmó: “El miércoles nos empezamos a jugar el trabajo de todo un año”. “La plantilla, que voló con el mismo modelo de avión que utiliza el presidente de la República de Georgia, encara el primer obstáculo europeo con varias bajas, pero con ilusión”, añadía la noticia de Mundo Deportivo que recogía las declaraciones de ambos.

Fue un viaje “rocambolesco” para el Athletic: “Llegó con más de dos horas de retraso, tuvo problemas en el aeropuerto a la hora de recoger el equipaje y, para colmo, en el hotel, que es de lujo, no hay suficientes viandas. Suerte que la expedición rojiblanca se ha traído de Bilbao hasta el agua mineral”, contaba la prensa. En la víspera del partido, el presidente del club, José María Arrate, dijo que no quería jugar a adivinar el resultado porque “con la tensión que sufro durante los prolegómenos del partido no me gusta hacer pronósticos” y Luis Fernández añadió: “Conocemos muy poco del rival. Sólo he visto un par de vídeos y los informes que me han facilitado, pero hacen el típico juego de la escuela rusa, por lo que seguro que nos van a complicar el partido al máximo”.

“El fútbol todavía conserva algunos elementos de la antigüedad. Se puede caer en el jurásico deportivo cuando se desprecia el toque, la combinación, el regate en favor de conceptos más rudimentarios, pero no se puede abdicar de algunos principios: disputa, arrestos u otras acepciones que explican más cotidianamente esta palabra. El Dinamo apeló sobre todo a esa parte del diccionario”, escribió Rodrigálvarez

El encuentro se jugó el 12 de agosto en el estadio Dinamo, con una capacidad de 75.000 aficionados, capada a 20.000 por la UEFA. El Athletic, castigado por las lesiones, formó con Imanol Etxeberria; César Caneda, Carlos García, Ferreira, Larrazabal; Imaz; Urrutia (Nagore), Javi González (Julen Guerrero), Alkiza; Ezquerro y Urzaiz (Etxeberria). 13 de los 14 se bautizaron en la Liga de Campeones. Todos excepto Urzaiz, que en octubre de 1990 había disputado seis minutos con el Madrid ante el Odense. Luis Fernández había dirigido 12  partidos en la máxima competición continental: en el curso 1994-1995, con el PSG que eliminó al Barcelona en cuartos de final y cedió contra el Milan en semifinales.

Rodrigálvarez aseguraba en la previa del partido de El País: “El currículo le otorga jerarquía; el día a día le produce incertidumbre. Lo profesional le avala, pero las contingencias le conmueven: el calor, el terreno de juego, la animosidad de la muchachada georgiana inducen a pensar que todo habría de resolverse en San Mamés, donde el peso de la historia embriaga los elementos coyunturales”. Acertó de lleno. Porque el Athletic cayó por 2-1 tras una pésima primera parte. A la media hora ya perdía por 2-0.

“El fútbol todavía conserva algunos elementos de la antigüedad. Se puede caer en el jurásico deportivo cuando se desprecia el toque, la combinación, el regate en favor de conceptos más rudimentarios, pero no se puede abdicar de algunos principios: disputa, arrestos u otras acepciones que explican más cotidianamente esta palabra. El Dinamo apeló sobre todo a esa parte del diccionario”, escribió Rodrigálvarez. Pero “nada más recomenzar Imaz reconstruyó la ruina rojiblanca con un gol inesperado que le enseñaba el pasaporte europeo y tranquilizaba el duelo de vuelta”.

El electrónico ya no volvió a moverse, pese a las ocasiones del Dinamo y sobre todo de un Athletic falto de acierto. Luis Fernández se mostró enfadado, pero no con sus futbolistas: “Nos han ocultado información, nos han cambiado los dorsales y las alineaciones. Los que tenían que jugar como extremos lo han hecho de laterales y viceversa. Estoy un poco cabreado”. Arrate lamentó que el Athletic había merecido ganar “de calle” y puso el foco en la vuelta, fijada para el día 26 de agosto: “No hay que despreciar al rival, pero pienso que tenemos más posibilidades que ellos. El Tbilisi se encontrará con un equipo que saldrá a ganar. A por todas”.

En la víspera de la vuelta, Luis Fernández afirmó que si el Athletic rendía a su máximo nivel “somos capaces de superar a cualquier equipo que venga a San Mamés: el Inter, el Milan o la Juve”. “Ellos tienen muchas ganas de pasar. No me creo que vengan aquí para ver el Guggenheim”, subrayó. El Athletic, obligado a marcar, fue superior desde el inicio y todavía más desde que el Dinamo se quedó con un hombre menos, en el minuto 49. El gol cayó acto seguido: en el 52′, obra de Etxebarria y decisivo. El mismo día también se clasificaron el Bayern, el Inter, el Manchester United y el Dinamo de Kiev, en los penaltis contra el Sparta de Praga con goles de Rebrov y del georgiano Kaladze. 

En la sala de prensa, Luis Fernández dijo que “este club centenario merecería estar en la Champions Leaguey “los músicos siempre los pago al final del baile”. Y el técnico georgiano, Murtaz Khurtsilava, criticó al colegiado, diciendo que jugaron contra 12 rivales. Sobre el futuro del Athletic en la Liga de Campeones aseguró: “Por lo visto en los dos partidos no creo que lleguen muy lejos”. No lo hicieron porque cayeron en la fase de grupos: últimos con seis puntos por los ocho de la Juventus, primera, el Galatasaray y el Rosenborg.

No llegaron muy lejos, pero llegaron hasta Georgia.


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Fotografía de Getty Images.