Observando la estantería de mi habitación recuerdo diferentes novelas leídas hace tiempo. Algunas no me apasionaron en exceso en su momento. Sin embargo, repaso los títulos y me doy cuenta entonces de que fueron realmente mejores de lo que pensaba. Incluso las echo de menos. Todas las historias tienen un principio y un final, como la carrera de un futbolista, y a veces no valoramos en el presente lo que sí acabamos haciendo en el futuro. Cerca de los 37 años, Klaas-Jan Huntelaar presume de ser uno de los grandes goleadores de las últimas dos décadas. Empezamos a vislumbrar su desenlace, aunque será tiempo después del punto final cuando consigamos apreciar su obra.
Huntelaar difícilmente figurará en la lista de los mejores delanteros de la historia, pero su registro goleador a lo largo de los años está a la altura de muy pocos. Por un lado, el neerlandés es uno de los futbolistas con más tantos en clubes del siglo XXI, con 357 -según Transfermarkt-. En este aspecto, supera a jugadores de la talla de Drogba, Forlán o Falcao, entre muchos otros. Y, por si fuera poco, es el segundo máximo anotador histórico de la selección neerlandesa, con 42 dianas, únicamente por detrás de Van Persie (50).
Su juventud en el PSV Eindhoven y en el De Graafschap fue el prólogo que dio pie al inicio de su idilio con el gol. Desde el AGOVV Apeldoorn, en la segunda división neerlandesa, hasta su segunda y actual etapa en el Ajax no se ha cansado de marcar. Enviar el balón a la red ha sido siempre su recurso estilístico preferido, aunque haya capítulos de su trayectoria en los que lo haya utilizado con menos frecuencia que en otros. Demostró su valía en Heerenveen y, posteriormente, en Ámsterdam, donde logró dos trofeos de máximo anotador de la Eredivisie antes de empezar su periplo por Europa.
Primero Real Madrid y luego AC Milan. Ambos fueron pasajes breves. Anotó ocho tantos en 20 partidos de La Liga -no fue inscrito en la Champions porque el club decidió otorgarle la plaza a Lassana Diarra, uno de los otros fichajes de invierno-, nada mal para un recién llegado. Aun así, en verano llegó Florentino Pérez con un proyecto en el que no había sitio para él. Tampoco pudo consolidarse en un año en Italia, pero consiguió, por fin, pasar página con el Schalke 04.
Raúl, Farfán, Neuer y Draxler, entre otros, formaban aquel conjunto que llegó hasta semifinales de la Champions League frente al Manchester United en la temporada 2010-11. Las lesiones no favorecieron demasiado el rendimiento de Huntelaar en aquella primera campaña, pero no tardaría mucho más en convertirse en uno de los pilares del equipo. La consecución de la copa alemana ese mismo curso, anotando dos goles en la final, supuso el inicio de los mejores años de su carrera.
“Para el recuerdo queda aquella volea teledirigida a la escuadra desde fuera del área. Nada pudo hacer Casillas”
Llegaron los trofeos de la supercopa y de máximo goleador de la Bundesliga (con 29 goles) en la 2011-12. El neerlandés se ganó el cariño de la afición de Gelsenkirchen gracias a sus extraordinarios números obtenidos durante siete años. Un periodo en el que el Schalke fue un miembro asiduo de la parte alta de la clasificación. Brillando más o menos, los registros de Huntelaar eran intachables, nadie podía dudar de su olfato. En la 2013-14 y en la 2014-15 el Schalke se enfrentó en octavos de final de la Champions al Real Madrid. Su exequipo le eliminó en ambas ocasiones -en la segunda con más dificultades que en la primera-, aunque para el recuerdo queda aquella volea teledirigida a la escuadra desde fuera del área. Nada pudo hacer Casillas.
Las lesiones no le permitieron continuar con su buen rendimiento durante la última temporada en Alemania y en la 2017-18 regresó al Ajax. Con 34 años a sus espaldas y, como siempre, acompañado del gol, se convirtió en un suplente de lujo en Ámsterdam. El año pasado formó parte de aquel equipo dirigido por Erik ten Hag que nos erizó la piel a todos y se quedó a un paso de la final de la Champions.
La crisis del coronavirus no le ha permitido despedirse como es debido del conjunto ‘ajacied’. Este verano acaba contrato y cerrará así otro capítulo de su carrera, probablemente el penúltimo antes de colgar definitivamente las botas. El Heerenveen, el primer club en el que triunfó en la Eredivisie, parece el mejor posicionado para sacar partido de su desenlace. La carrera del neerlandés probablemente no sea la de una gran leyenda, pero es innegable que sus cifras están a la altura de muy pocos. Aun así, tendrán que pasar unos años para que tomemos cierta perspectiva al respecto. Y, tal vez entonces, le recordaremos mejor de lo que creímos.
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Fotografía de Getty Images.