PRECIOS ALEATORIOS
Las terceras plazas de los grupos de la Liga de Campeones ofrecen, desde hace varios años, la posibilidad de prolongar la aventura europea a través de la Europa League. Un billete que, como ocurre también desde hace varios años, no siempre tiene el mismo precio ni el mismo valor para quienes lo validan al término de las seis jornadas. Se benefició de este cupo, por ejemplo, el Copenhague danés tras firmar unos registros espectaculares: una derrota, dos goles en contra y nueve puntos, los mismos que obtuvo el Manchester City y uno más de los que precisó el Benfica para clasificarse para los octavos de final de la Champions. Pero el agravio no termina aquí: el Legia de Varsovia (con un balance de cuatro derrotas y 24 goles en contra) y el Ludogorets (con tres pírricos puntos) acompañarán a los daneses en la ronda de dieciseisavos de final de la UEL. ¿Haría falta un filtro entre los terceros y los mejores terceros como ocurre en los torneos de selecciones?
LEICESTER SIGUE SIENDO UN LUGAR EXTRAÑO
Uno tiene hoy la tentación de decir que al Leicester, el vigente campeón de Inglaterra con todos los honores, no le están saliendo bien las cosas en liga, donde es decimosexto a pocas horas de recibir la visita del Manchester City. Pero luego uno recuerda que está hablando de un club cuyo éxito se basa (y se basaba también hace exactamente un año) en la permanencia. Es la realidad, que ha vuelto a su cauce. Todo aquello que empezó siendo un cuento de Navidad y acabó como el sueño de de una noche de verano ya forma parte del recuerdo. ¿Todo? Todo, no. El Leicester mantiene viva en Europa la posibilidad de otro milagro, el más difícil todavía. Aunque es un salto mortal con red, en el que no hay nada que perder. En la primera Liga de Campeones de su historia, ha pasado a octavos de final como primero de grupo, una posición que selló con holgura, a falta de una jornada para el final. Eso sí, se despidió de la primera fase con una estruendosa derrota por 5-0 ante el Oporto. ¿Qué campeón de grupo se lleva una manita antes de los octavos de final? Uno tan extraño como el Leicester.
CASILLAS, UN AÑO DESPUÉS
¿Se imaginan al actual técnico del Manchester United, José Mourinho, luchando con el actual seleccionador español, Julen Lopetegui, por una plaza de octavos en la Liga de Campeones? Pues dejen de hacerlo porque ya sucedió. Hace exactamente un año el Chelsea envió al Oporto a la Europa League tras un partido de infarto en la última jornada de la fase de grupos de la Champions. Un duelo en el que Casillas volvió a verse las caras con quien le relegara a la suplencia en el Real Madrid y en el que Lopetegui firmó su sentencia como preparador del conjunto luso (una destitución que no se haría oficial hasta principios de 2016). A José tampoco le fueron mejor las cosas. Su cese se produjo incluso antes que el del entrenador español. El 17 de diciembre de 2015 abandonaba Stamford Bridge dejando al Chelsea quinto por la cola en la Premier. Al final, el único superviviente de aquel episodio fue Casillas, quien esta temporada disputará unos octavos de final de la máxima competición europea por decimoséptima vez en su carrera. Casi nada.
¿POR QUÉ HACERLO FÁCIL?
El 19 de octubre el Nápoles tuvo la primera oportunidad de dejar sellada su clasificación octavos de final. Una opción, de hecho, que le hubiera permitido hacer historia al convertirse en el primer equipo que dejaba los deberes hechos a falta de tres partidos para acabar la fase de grupos. Necesitaba ganar en casa al Besiktas y que el Dinamo de Kiev empatara ante el Benfica, pero ni siquiera se dio la primera premisa, porque los turcos volvieron de San Paolo con los tres puntos (2-3). Dos empates más en los dos siguientes encuentros dilapidarían por completo ese margen que parecía asegurarles el billete a la siguiente fase, y así se plantaron en el último partido, con todo por decidirse y con la necesidad de sacar algo de Lisboa. Al ritmo de Callejón y Mertens, los partenopeos reaccionaron a tiempo. Y así, con suspense, un lustro después, el celeste sureño vuelve a octavos de la máxima competición. No ha sido fácil, y si alguna vez lo pareció, fue un simple espejismo, pues sería imposible que algo sencillo ocurriera en un club que domina con tanta maestría el arte de complicarse la vida.
LÁGRIMAS PREMONITORIAS, HORARIO DESFASADO
Desconocemos el motivo de las lágrimas que Ricardo Quaresma, futbolista del Besiktas, tiene tatuadas cerca de su ojo derecho. Pero si hubo un partido en el que cobraron todo el sentido del mundo este fue el que su equipo disputó en Kiev el pasado martes. El 6-0 del Dinamo, que no se jugaba absolutamente nada, truncó el sueño del conjunto turco de clasificarse por primera vez para unos octavos de final de la Champions. Una derrota dolorosa que imprimió lágrimas reales en los ojos de Fabri, el meta canario del Besiktas y ex del Deportivo. Su rostro recogiendo balones del interior de su portería fue la viva imagen de la frustración de un equipo que dependía de sí mismo para hacer historia. Aunque puestos a llorar, que sea de alegría. En la penúltima jornada de la fase de grupos, los pupilos de Senol Günes nos regalaron una remontada monumental ante el Benfica con golazos de tijera y asistencias de rabona. Jugadas vibrantes que se perderá la Champions pero que capitalizará la Europa League. Eso sí, olvídense de verlas en horario convencional. El primer ministro turco, Erdogan, sigue en sus trece de no adaptar el horario de su país al del resto de miembros de la Unión Europea. Como consecuencia, los partidos de los clubes turcos en competiciones UEFA se disputan fuera del circuito habitual.
Casillas disputará unos octavos de final de la máxima competición europea por decimoséptima vez en su carrera
QUÉ MAL Y QUÉ BIEN LO HA HECHO EL CELTIC
El Celtic se marcha de Europa sin tener siquiera la opción de darse una vuelta por la Europa League: cuartos de grupo y ninguna victoria. Qué mal, el Celtic. Eso sí, han sido capaces de competir contra todos los rivales del grupo, especialmente contra el Manchester City, al que le han arrancado dos empates. Qué bien, el Celtic. Contra el Barça ya ha sido otra historia. En el Camp Nou se llevaron siete y en Celtic Park aguantaron lo que pudieron. La diferencia entre el cielo y el infierno, al final, ha venido dada por los duelos ante el Borussia Mönchengladbach, un equipo que no lo está pasando bien en la Bundesliga y que se queda en Europa tras una fase de grupos discreta pero cargada de oficio, en la que ha ganado solo un partido, el que a la postre más importó, en el campo del Celtic. Qué mal, el Celtic. Desde que se colaran en octavos de la Champions en la 2012-13, los de verde y blanco han deambulado sin éxito por el panorama continental, y junto a ellos todo el fútbol escocés. Un fútbol que, por cierto, dominan con mano de hierro: aún no han perdido en la Premiership, ya son campeones de la Copa de la Liga y en enero comienzan su andadura en la Copa con el triplete entre ceja y ceja. Además, pese a marcharse de Europa, han ayudado a que su liga tenga esta temporada el mejor coeficiente UEFA desde la 2007-2008 (4.375 puntos, el 60% de ellos, cortesía de los de Glasgow: qué bien, el Celtic.)
DOBLE ADIÓS EN MENOS DE SEIS MESES
Pongamos que hablamos del chileno Mark González, del serbio Milos Krasic, del checo Tomas Necid o del japonés Keisuke Honda. Si no andan cortos de memoria los ubicarán en el CSKA de Moscú que, en la Liga de Campeones 2009-10, se plantó en cuartos de la competición tras eliminar en los octavos de final al Sevilla de Manolo Jiménez. Curiosamente, fue la última ocasión que vimos al club hispalense en esta ronda europea. Pues bien, aquel CSKA que acabó sucumbiendo ante el futuro campeón, el Inter de Mourinho, ya estaba comandado por el técnico ruso Leonid Slutski, quien se despidió este miércoles del club al que ha dirigido desde hace siete temporadas. Se marcha con un balance de tres ligas y tres copas, pero sin que sus pupilos pudieran dedicarle una última victoria. Pareció interesado en ello Dzagoev, quien abrió el marcador en el último duelo ante el Tottenham. Pero los ‘Spurs’ dieron la vuelta al marcador y lograron, con su primera victoria europea en Wembley, el billete a la Europa League. No hace ni medio año de la última vez que Slutski tuvo que decir adiós con más pena que gloria. Fue en la Eurocopa de Francia, donde dirigió a la selección rusa que se marchó del torneo con un triste punto en la fase de grupos. El preparador, de 45 años, espera poder continuar su carrera en otras ligas como la italiana o la española. Esperemos, por el bien de ambas, que no acabe recalando con el guardameta Igor Akinfeev bajo el brazo. La última vez que el internacional ruso dejó su portería a cero en un partido de la máxima competición europea fue en noviembre de 2006.
LOS TRAUMAS DEL ARSENAL
Tanto en la competición doméstica como la europea, el Arsenal de Arsène Wenger cumple un mismo patrón. El de un fijo en la élite que, en cambio, rara vez es capaz de ir un paso más allá y destacar por encima de ese grupo de elegidos en el que invariablemente se encuentra. Mientras que en la Premier League, competición que hace doce años que no gana, se ha acostumbrado a rondar esa cuarta posición que tanta gracia parece hacer a sus rivales -ahí ha terminado en seis de las últimas 11 temporadas, aunque en las pasadas dos ha sido tercero y segundo, respectivamente-, en la Champions puede decir que lleva desde la 2000-01 llegando siempre más allá de la primera fase de grupos. Un motivo de orgullo que, cosas del Arsenal, también ha dado para mucho humor inglés. Porque salvo en la 2005-06, cuando disputaron la final de la competición ante el Barcelona, su recorrido más allá de los grupos ha sido corto. Una tendencia que, además, parece haberse enquistado: ya van seis temporadas seguidas cayendo en octavos de final. Eso sí, esta vez es distinto, puesto que se han colado entre los 16 mejores sin perder ningún partido en la fase de grupos. Una razón para el optimismo: la última vez que pasaron invictos fue en aquella 2005-06 de la final de París. ¿Será esta temporada la buena? ¿Por qué no? Si hay quien cree en los Reyes Magos, en la vida extraterrestre o en el PSOE, ¿por qué nosotros no vamos a poder creer en el Arsenal?
BRUNO TENDRÁ QUE ESPERAR
Cuando entrevistamos al presidente del Sporting de Portugal, Bruno de Carvalho, para nuestro dossier sobre Portugal, nos dijo que veía como una posibilidad remota que su club ganara la Champions League. Pero tenía un título europeo entre ceja y ceja, así que pensaba en la Europa League como un objetivo a corto plazo. Una cota que, de todos modos, aún les queda lejos a los ‘leones’, que se han despedido de Europa con una triste derrota ante el incongruente e inconstante Legia de Varsovia. En su defensa podemos decir que en un grupo que no era nada fácil, siempre compitieron. Pero la derrota en el partido inaugural, en el Santiago Bernabéu, en un encuentro que ganaban en el minuto 89, les afectó demasiado. Mientras denunciaban manos negras fuera del campo, en él siempre se quedaban a escasos metros de la orilla. Al final, han naufragado, pero todavía no se han ahogado. Sin distracciones europeas, afrontan el mayor de los retos: volver a ser campeones de Portugal 15 años después. No hay mal que por bien no venga. Incluso cuando eres un club abonado al sufrimiento.
¿BRUJAS O DINAMO DE ZAGREB?
A nosotros, que nos gusta empatizar con los perdedores, nos está costando horrores elegir al peor conjunto de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Desde luego, tanto el Brujas como el Dinamo de Zagreb han completado el mismo pleno de derrotas y por lo tanto se despiden del torneo sin haber sumado un solo punto. Sin embargo, es en el balance de goles a favor y en contra donde se disipan algunas dudas. Los croatas no han celebrado ni un triste gol en ninguno de los seis partidos que han disputado, mientras que los belgas han cantado uno en casa -ante el Oporto- y otro como visitante -en el estadio del Leicester-. Por si fuera poco, el conjunto croata ha promediado el ratio más bajo de disparos a puerta de entre todos los participantes: 8 en 540 minutos. Sirvan estos detalles mínimos para meter al Dinamo en lo más alto de nuestra lista de fracasos ilustres. Un fracaso, todo hay que decirlo, llevado con mucha elegancia. Si en algo ha destacado el cuadro dirigido por Ivaylo Petev ha sido en juego limpio: solo ha provocado 66 faltas, situándose entre los equipos menos agresivos. Por cierto, ¿saben quién ha sido el club que ha hecho menos faltas en esta fase de grupos? El Atlético de Madrid.