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Cuando el compromiso nunca desciende

Marcos Senna es el último de la lista de jugadores que siguen fieles a sus colores pese a que eso signifique jugar en Segunda División

¿Jugar la Champions o devolver al equipo a Primera? Para muchos no habría duda sobre qué reto es más estimulante. Para otros, como Marcos Senna, el compromiso y la fidelidad están por encima de todo, incluso cuando esto significa perder cartel mundial. El hispano-brasileño se marcha a Estados Unidos para terminar su carrera, no sin antes haber dejado al Villarreal de nuevo en Primera.

La despedida de Marcos Senna da sentido a toda su carrera en Villarreal. Cuando llegó a la pequeña ciudad de Castellón en verano de 2002 no se imaginaba que al cabo de once temporadas se habría consagrado como el capitán y estandarte del ‘Submarino amarillo’. El centrocampista puede presumir de haber formado parte del mejor Villarreal de la historia, el que logró un subcampeonato de Liga y varias actuaciones más que destacables en Europa.

Cuando en la Eurocopa de 2008 Luis Aragonés lo incrustó en el centro del campo de ‘La Roja’ algunos escépticos dudaron de esta decisión. Él mismo se encargó de demostrar que estaba suficientemente preparado para jugar al mejor nivel mundial. Pero eso no despertó en él el afán por jugar en un equipo con más prestaciones. Tanto es así, que cuando el Villarreal consumó su descenso en 2012 no dudó ni un segundo a la hora de erigirse como el responsable del regreso del equipo groguet a la categoría a la que tantos años había pertenecido.

Habiendo hecho los deberes, se marcha a Estados Unidos, no sin antes haber convertido en promesa aquello que todos deseaban oír “Me voy para volver”. La maleta de Senna va repleta de momentos gloriosos en el Villarreal. Pero quizás su mejor sonrisa aparezca cuando recuerde que después de un fatídico descenso, volvió a dejar a su equipo en el lugar donde se merecía, aunque no vaya a poder disfrutar de ello.

ValeronPero no sólo el Villareal puede presumir de un jugador de tales características. Juan Carlos Valerón es otro ejemplo de fidelidad en el Deportivo de la Coruña. Han sido 13 años de consagración de un genio y un mito en Riazor, que, acabada esta temporada, zanja su etapa como deportivista para acabar su carrera quién sabe dónde. La longeva trayectoria de Valerón ha sido una montaña rusa plagada de ascensos y descensos en la mayoría de clubes donde ha militado: UD Las Palmas, Mallorca, Atlético y Deportivo. Pero ha sido en este último donde ha demostrado que su compromiso con el club no tenía límites.

Cuando en mayo de 2011 los gallegos descendieron, el ‘mago’ no dudó en seguir defendiendo sus colores. “Me hace la misma ilusión jugar con el Dépor en Segunda que con la Selección”, sentenció. A sus 36 años, con dos Supercopas y una Copa del Rey, el ‘mago’ de Riazor decidió acompañar a su Depor en esta nueva encomienda. La afición se lo agradeció y se volcó con el equipo de manera espectacular. Acabada esta temporada, dejaba A Coruña entre lágrimas el mismo día que se confirmaba un nuevo descenso.

ESENCIALES PARA EL RETORNO

Sería imposible hablar de jugadores comprometidos con sus clubes y no apelar a la Juventus y el mazazo que significó su descenso en 2006. El escándalo del Calciopoli afectó a la ‘Vecchia Signora’ de manera histórica y también fue una prueba de fuego para el equipo, así como para la fidelidad de su plantilla, plagada de estrellas. Aquél año en que abandonaron el club jugadores como Vieira, Cannavaro o Ibrahimovic, fueron pocos los que se quedaron para devolver a la Juve a la Serie A. Entre ellos tres figuras esenciales para la historia del fútbol italiano; Pavel Nedved, Gianluigi Buffon y Alessandro Del Piero.

NedvedBuffonNedved ya era entonces el máximo exponente del fútbol checo. Una final de la Eurocopa, varios Scudettos y un Balón de Oro no le parecieron demasiado comparados con un ascenso con la Juve. En la misma aventura lo acompañó Buffon. El italiano no quiso marcharse del club que le hizo grande a pesar de su descenso, de que muchos de sus compañeros pusieran rumbo a otros clubes de categorías superiores y de que tuviera suculentas ofertas sobre la mesa. La pérdida de categoría no había sido cosa de los jugadores. Con la elástica bianconera y sobre todo la azurra inscribió en su palmarés un buen puñado de títulos. Pero en él aún no constaba un ascenso. “Un año en Segunda se puede soportar” afirmaba, y recordó: “Me ha hecho vencer y ganar, gracias a la Juve soy campeón del mundo”.

Para Del Piero también significó un reto ascender al club de toda su vida. La ‘Vecchia Signora’ fue la encargada de convertirle en un jugador de primer nivel y él no la abandonó en sus peores momentos. Una vez la Juve retornó a la máxima categoría, tras 19 años del jugador en el club y más de 700 partidos con la camiseta bianconera, Del Piero dijo adiós a la afición que lo vio crecer.

Todos ellos saben lo que es jugar en segunda división teniendo un espectacular cartel mundial. Senna entró en el Once Ideal de la Eurocopa de 2008, aunque ya pocos se acuerden de eso. Valerón se había consagrado como el emblema deportivista, Del Piero y Buffon acababan de ganar un Mundial y Nedved tenía un Balón de Oro en casa. Todos ellos resultaron cruciales para lograr el retorno a la máxima categoría. La responsabilidad les pudo ante el deseo de jugar en primera línea. Al fin y al cabo, ellos también pertenecían a la plantilla que consumó los respectivos descensos.