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Andorra, la selección del bloque

La selección andorrana llevaba 86 encuentros consecutivos sin ganar. El 0-2 ante San Marino fue la luz al final de un túnel que se le había hecho demasiado largo

Andorra's defender Ildefons Lima (C), followed by teammate midfielder Carlos Peppe (L) celebrates after scoring a goal as Wales defender Neil Taylor looks on during the Euro 2016 qualifying round football match Andorra vs Wales on September 9, 2014 at the Municipal Stadium in Andorra. AFP PHOTO / PASCAL PAVANI (Photo credit should read PASCAL PAVANI/AFP/Getty Images)

Este artículo, firmado por Denís Iglesias, se publicó originalmente en la web de Highbury, socio digital de Panenka.


El 22 de febrero el aficionado común se distraía con una jornada opulenta, que comprendía desde duelos de Champions League hasta una delicatessem liguera, un Valencia-Real Madrid aplazado. Miles de miradas atrapadas en el fútbol de élite que, sin embargo, cedió un porcentaje de atención para un amistoso internacional, el San Marino-Andorra. Un duelo entre dos selecciones acostumbradas a lidiar con combinados antagónicos pero que se jugaban salir, por un día, de la lógica dinámica de derrotas que acompaña su existencia.

En medio de una espesísima niebla, el combinado dirigido por Koldo Álvarez encontró la luz y venció por 0-2 para dar carpetazo a una racha de 86 enfrentamientos (seis empates) consecutivos sin conocer la victoria. Esta secuencia se originó en 2004, cuando Andorra superó a Macedonia en su primer y único triunfo oficial. San Marino sumó un fleco a su dinámica negativa de 75 partidos sin vencer. En la última jornada de la fase de clasificación para el Mundial de 2018, Andorra encadenó por primera vez dos duelos sin perder tras empatar ante Islas Feroe (0-0).

Este partido se vivió de otra manera en el Principado, con promociones, expectación, entrevistas… Todo gracias al impulso que otorgó el triunfo ante la Serenísima República en el Olímpico de Serravalle, un estadio con capacidad para 7.000 espectadores (la cuarta parte de la población de la pequeña república) gracias a los goles de Cristian Martínez y del eterno capitán andorrano, Ildefons Lima. “La racha pesaba. A nadie le gusta perder. Este triunfo nos ayuda a trabajar con más tranquilidad y nos lo merecíamos”, afirma el centenario internacional, que en junio del pasado año sumó tres dígitos a su contribución con el combinado andorrano.

Este central de 37 años, ahora en el FC Santa Coloma, sumó ante San Marino su undécimo tanto, que le reafirma como mayor artillero de su país (fue el zaguero más goleador de la última fase de clasificación para Francia 2016). Lima alcanzó los 100 partidos —una cifra sólo al alcance de jugadores como Buffon o Matthaus—  ante Estonia la misma selección ante la que debutó hace ya 20 años en el segundo duelo oficial del pequeño país. Tiene a tiro de un envite el récord absoluto de Óscar Sonejee, que dejó la selección en 2015 con 106 apariciones: “Hemos pasado muchas juntos, así que si alguien tiene que superar su marca, creo que me escogería a mí”.

Ambos estuvieron presentes en los primeros pasos de Andorra en el fútbol internacional, junto a otros como el actual seleccionador, Koldo Álvarez. Este portero nació en Vitoria pero su corazón está irrigado por el azul, amarillo y rojo. De ahí la exigente lectura que hace de la victoria ante San Marino: “Fuimos conscientes de que ganamos un amistoso y ante San Marino. En la segunda parte hicimos cosas que no estuvieron bien del todo debido a la ansiedad que teníamos por ganar”.

Son necesarios 20 años de residencia para lograr el pasaporte andorrano.

Koldo Álvarez, que llegó a entrenar con el Atlético de Schuster o Futre, pudo defender en 79 ocasiones la tricolor tras casarse con una andorrana, uno de los tres modos de conseguir el pasaporte, imprescindible para ser internacional con el Principado. “Las otras opciones son residir 20 años aquí o tener una década de escolaridad”, describe un entrenador que tiene que se deja los sesos en cada convocatoria, reservada para unos cuantos “afortunados”, según se afanan en defender estos dos pilares del combinado.

Objetivo Islas Feroe

Desde la Federación Andorrana de Fútbol destripan la pirámide futbolística del siguiente modo: “Hay 75.000 habitantes, de ellos, 23.000 andorranos. Tenemos 3.000 licencias, 500 son senior. Vamos, que para hacer la selección absoluta es como si pillaras cualquier bloque de pisos de Madrid o Barcelona y los pusieras a jugar contra Cristiano y compañía”. A la vista de esta realidad, Koldo Álvarez y Lima rechazan frontalmente el apelativo que algunos medios dieron al San Marino -Andorra como “el peor partido del mundo”. “Se dijeron muchas chorradas, con el ránking FIFA (los sanmarinenses ocupan la posición 202 y los andorranos la 203 de 205) en la mano, que no tiene mucho sentido. ¿Cómo es posible que selecciones asiáticas o caribeñas estén por delante? Nosotros jugamos contra selecciones campeonas del Mundo o de Europa…”, insiste Lima.

Andorra está encuadrada en el Grupo B de la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018, junto a Suiza, Portugal, Hungría, Letonia e Islas Feroe, selección esta última a la que se midieron en uno de los “partidos objetivamente en los que podemos puntuar”, comentaba Lima antes del duelo. Koldo Álvarez ve con perspectiva el triunfo ante San Marino como un duelo que sirvió de preparación para recibir al conjunto feroés, ejemplo de todas las pequeñas selecciones para el técnico vitoriano. Esta pequeña región autónoma del Reino de Dinamarca consiguió en la pasada clasificación para la Eurocopa de Francia dos históricas victorias ante Grecia. En la actual fase lleva ya cinco puntos, tras empatar contra Hungría (0-0) y vencer a Letonia (0-2). Frente Andorra aguantó un empate tras terminar el partido con diez.

“Tenemos que jugar contra ellos como si lo hiciéramos contra Suiza (actual líder de grupo)”, sostenía en la previa el comandante del banquillo de Andorra, que ve el salto cualitativo de Islas Feroe en la capacidad de muchos jugadores para encontrar su sitio en las máximas categorías de Dinamarca, Noruega o Islandia, “todas profesionales”. El mejor resultado del Principado en una fase de clasificación fue en la de Alemania 2006, en la que Andorra consiguió cinco puntos gracias a una victoria y un empate ante Macedonia; y otra igualada ante la Finlandia de Sami Hyypiä y compañía. Tras cortar la sangría de tropiezos, el objetivo era puntuar en partido oficial, y así fue, “porque a veces el corazón llega a donde la cabeza no puede”.

El FC Andorra, hoy en Primera Catalana, nutrió de profesionales al equipo décadas atrás.

Lima considera que parte del éxito de aquel grupo, del que formaba parte junto a Koldo Álvarez, era, precisamente, tener un gran número de jugadores profesionales. Muchos de ellos habían militado en el FC Andorra, que durante una década (88-98) militó en Segunda B: “Fue un intento por profesionalizar este deporte, al estilo de lo que puede representar el Vaduz en Liechtenstein (que compite en la Super Liga suiza)”. El decano del fútbol nacional andorrano milita esta temporada en la Primera Catalana y la selección apenas tiene un par de futbolistas profesionales como Marc Vales, que milita en el Seinäjoki FC de Finlandia; o Max Llovera, del Lleida, que a sus 19 años encarna el futuro de esta selección.

Es un caso atípico tras el crecimiento de la Primera División de Andorra, fundada en 1995. “Es como la pescadilla que se muerde la cola. Antes tenías que salir afuera, ahora, los juveniles acaban jugando aquí. Se mueve cierta cifra económica y la comodidad de casa tira”, inquiere Lima, cuya carrera ha transcurrido en Grecia, México, Italia y en clubes españoles como la UD Las Palmas o el Rayo Vallecano. Ahora milita en el FC Santa Coloma andorrano, con el que ha disutado dos fases previas de la Champions. Es compañero de otro viejo rockero como su actual compañero Joan Capdevila, que ha escogido el Principado para sus últimos coletazos.

El seleccionador Koldo Álvarez recibió los aplausos de Wembley el día de su retirada.

Pero Llovera y su quinta relevarán a Lima, quien, aunque no se lo plantee, tendrá que colgar las botas. El epitafio perfecto a toda una vida de servicio a un sentimiento sería el que vivieron Koldo Álvarez o su hermano, Antoni, otro mito de este conjunto. Ambos se retiraron en Wembley, ante Inglaterra en junio de 2009. Andorra perdió 6-0 con goles de Rooney, Defoe (dobletes de ambos), Lampard y Crouch, pero el meta recuerda aquel momento con enorme cariño: “Me sustituyeron casi al final del partido. Aquellos segundos, bajo el aplauso de ese gran estadio, fueron increíbles. Esos recuerdos no se pagan con dinero, como el haber podido retar a campeonas como Francia o Brasil”.

Ahora falta que este sentimiento se traduzca a las gradas, donde Andorra tiene una asignatura por resolver todavía mayor. “No se apoya al fútbol como a otros deportes”, dice Koldo Álvarez, que recuerda como el partido ante San Marino, que tantas miradas, aunque escépticas, recababa, no fue siquiera rentrasmitido por ninguna de las dos televisiones nacionales. Lima quiere jugar hasta que el cuerpo aguante, por lo que su intención es disputar la fase de la Euro 2020. Por eso espera que algún día sus compatriotas sientan por la selección del bloque lo que él siente, “Si no fuera por el equipo nacional, hubiera dejado el fútbol. Algunos tienen su club del alma, yo tengo a Andorra. Tenemos una suerte inmensa de poder defender la camiseta de nuestro país ante rivales y países a los que de otro modo nunca nos enfrentaríamos”.