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Yo también soy recogepelotas

El fútbol no solo es una ilusión y una alegría para los que lo juegan. Así vivieron el Badalona Futur-Cádiz de Copa los recogepelotas del partido. Un recuerdo para siempre

recogepelotas

Nacido en Cádiz, asegura que llegó a Catalunya hace ya muchos años, décadas, “persiguiendo mejoras en la vida”. Tiene más de ochenta años y responde al lado de su hijo en los minutos previos al partido de la Copa el Rey que enfrentará al Badalona Futur, de Segunda Federación, antes Llagostera, y al Cádiz en Vic, en el Estadi Hipòlit Planàs. Los dos son miembros de la Peña Cadista Per Sempre Cádiz y cuentan que siempre que el Cádiz juega en Catalunya, con el Barça, con el Girona, con el Espanyol, incluso con el Zaragoza o con el Mallorca, van a verlo. Porque cuando el Cádiz viene aquí ellos regresan ahí, a casa.“En realidad el fútbol no es más que el recuerdo de una vida”, escribió Francisco Cabezas.

Dentro del estadio, sede de un encuentro oficial de un equipo de Primera División por primera vez en la historia, Aleix, Álex Albacete, Álex Puig, Genís y Marc charlan con Àngel, Ignasi, Iker y Nil, todos jugadores del infantil A del Vic, el club local. Los primeros están en la grada y los segundos, recogepelotas, en el césped, mitad y mitad como canta Kase.O. El día antes, el martes, ganaron por 1-6 en un partido aplazado. “Yo marqué dos goles”, dice uno de los dos Álex. Al acabar se ofrecieron para ser recogepelotas y la respuesta fue ‘sí’. Sintieron más alegría por ello, incluso, que por el 1-6, porque eso lo recordarán toda la vida. Àngel, Ignasi, Iker y Nil serán recogepelotas en la primera parte y en el descanso cederán el cargo a Aleix, Álex Albacete, Álex Puig, Genís y Marc, para poder vivir todos la experiencia. Se saben afortunados. Y, al unísono, enfatizan que les hace mucha ilusión poder estar cerca de Álvaro Negredo, de Álex Fernández, de Rubén Alcaraz. Echan de menos a Conan Ledesma, fuera de la lista.

 

“Mientras desayunábamos le decía a mi madre que nos diéramos prisa para no llegar tarde, para llegar con mucha antelación al campo. No quería perdérmelo”

 

Cuentan que el martes, cuando llegaron a casa, miraron la convocatoria del Cádiz. “Y la del Badalona, pero del Badalona no conocía a nadie”, añade otro. “Yo lo único que sé es que hay uno en el Badalona que se parece a Camavinga y que es buenísimo”, matiza otro. Caprichoso fútbol: Zourdine Thior acabaría fallando uno de los penaltis de la tanda que resolvió el encuentro a favor del Cádiz tras 120 minutos de mucha igualdad (0-0, 4-2). No les costó dormir, pero la mayoría se despertaron antes que el despertador. Les despertaron los nervios. Dicen estar muy nerviosos. Uno desayunó un bocata de jamón y una Coca-Cola y otro, un bocata de butifarra y leche con Cola Cao. “Mientras desayunábamos le decía a mi madre que nos diéramos prisa para no llegar tarde, para llegar con mucha antelación al campo. No quería llegar tarde para no quedarme fuera y perderme lo de ser recogepelotas”, reconoce uno. Otro cuenta que su padre fue compañero de Sergio González en el Espanyol B.

Desean, quizá más que nada en el mundo, que durante el encuentro algún balón vaya hacia ellos para poder dársela a algún jugador. Enrique Ballester hablaba en Barraca y tangana de “aquellos que seguimos acelerando el paso cuando un balón se escapa de un partidillo en una plaza y viene hacia nosotros, aquellos que sabemos que si no devolvemos con emoción la pelota estaremos muertos por dentro. Y el fútbol se habrá acabado”. A unos metros de Aleix, los dos Álex, Àngel, Genís, Ignasi, Iker, Marc y Nil, entre 12 y 13 años, Abril y Helena, jugadoras del infantil femenino del Vic y también recogepelotas, admiten, nerviosas: “No lo hemos hecho nunca y estaremos nerviosas porque creemos que lo haremos mal y no sabremos dar la pelota: no sabemos si devolver la pelota con la mano o con el pie”. Pero se impone la alegría, claro. Dice Helena: “Cuando mi padre me lo dijo empecé a gritar de felicidad”.

Antes de despedirse Álex acentúa que “es una experiencia”. “Es un momento único. Tengo un nudo aquí”, dice señalándose la barriga.

 


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Fotografía de Arnau Segura.