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Pau Gasol: “Kobe Bryant admiraba a Guardiola y a Messi”

Cambiamos el césped por el parqué y dejamos que invente Pau Gasol, un deportista que ostentará para siempre un lugar en el baúl de los recuerdos.


En la habitación que compartía con Marc en un piso de Sant Boi de Llobregat, Pau Gasol (Barcelona, 1980) no tenía pósters de futbolistas. “Eran jugadores de la NBA. Y alguno europeo”, rememora Pau, uno de los mejores deportistas españoles de siempre. Pero el ’16’ también vibra con el fútbol.


Esta conversación está extraída del #Panenka116, que sigue disponible aquí

 

Mi primer recuerdo futbolístico es yendo con mi abuelo al campo de Sarrià a ver el Espanyol. Él era un ‘perico’ de corazón, auténtico. También era aficionado y socio del Martinenc. Me regaló mi primera camiseta de fútbol, una del Martinenc. También nos dio alguna del Espanyol. Recuerdo haber hecho hasta quinielas juntos.

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Yo me siento más ‘culé’: al final, mi vida ha ido mucho más ligada al Barça. Tuve esa exposición al Espanyol y le tengo simpatía: porque es el club de mis abuelos y es de mi ciudad, Barcelona. Pero soy socio del Barça, he jugado con el Barça y lo tengo claro.

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Mi primer partido en el Camp Nou fue ante el Sporting de Gijón, con mi padre. Recuerdo lo grande que me pareció el Camp Nou comparado con Sarrià, que era el único estadio que conocía. Fue una experiencia preciosa. Al final el deporte son momentos en familia. El ambiente que se crea es muy bonito y las emociones están por todos lados. Animas, vibras y vives el partido, con tu equipo y con tu familia.

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Me gustaba jugar de centrocampista. Siempre me ha gustado repartir juego, como Guardiola, Xavi, Iniesta o Iván de la Peña, jugadores que crean espacios y dan pases decisivos. También estaban entre mis ídolos Puyol, Ferrer y Luis Enrique. A nivel internacional, Romário, Rivaldo o Ronaldo: los brasileños fueron especiales. Y luego, claro, Messi.

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De niño hacía colección de cromos: me gustaba comprarlos, intercambiarlos e intentar completar la colección. Los ‘tenguis’, los ‘faltis’. Volvíamos a casa con rasguños y barro de jugar en el patio del cole. Pero bastante pronto gravité hacia el baloncesto. Fue algo muy natural: se me daba mejor, tenía más cualidades y lo disfrutaba más.

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El recuerdo futbolístico más feliz es la Copa de Europa de Wembley, en 1992. Ese gol de falta de Koeman es un momento muy dulce de revivir, un hecho histórico para el club. Tenía 12 años y recuerdo vivirlo en el piso de Sant Boi de Llobregat, corriendo por el salón y escuchando los petardos en la calle.

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Ganar el Mundial de fútbol fue muy bonito. Tuve la suerte de vivir ese partido en directo, en Johannesburgo, y fue un momento histórico, una gran final. Después del gol de cabeza de Puyol en la semifinal contra Alemania decidí ir a Sudáfrica a ver la final. Fue un año muy bonito, ya que coincidió con el segundo anillo que ganamos con los Lakers contra los Celtics. El gol de Iniesta en la prórroga y la dedicatoria a su amigo Jarque fueron emocionantes. Siento mucho cariño y admiración hacia Andrés: no solo por el futbolista que es, también por sus valores, su forma de ser. Esa final fue el momento más emocionante que he vivido en un estadio. También vi una final de la Champions con Marc, el Barça-Juventus de 2015, pero ese gol de Andrés es muy especial.

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Kobe Bryant se aficionó al fútbol tras vivir unos años en Italia. Él era seguidor del Barça. Y admiraba a Guardiola y a Messi. Siempre comentábamos los resultados y los partidos.

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El interés por el fútbol ha ido creciendo en la NBA con la internacionalización de la propia liga y la presencia de extranjeros. Hay jugadores de la NBA que viajan en verano para ver algún partido en Europa. Por ejemplo, Jimmy Butler es fan de Neymar: le regalé una camiseta del Barça firmada por él y le hizo mucha ilusión. El fútbol ha crecido mucho en Estados Unidos en los últimos 15 años, también a nivel general. Cada vez más televisiones y plataformas dan el fútbol, y la gran presencia de población latinoamericana también ha ayudado. El fútbol masculino está en una línea ascendente, creciendo en calidad: no sé si llegará a la altura de las grandes ligas estadounidenses de baloncesto, béisbol, fútbol americano o hockey sobre hielo, pero es posible. Y hay que destacar que el soccer estadounidense es una potencia. Son referentes y tienen mucho mérito.

 


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Fotografía de Getty Images.