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Una portada de altura

Tras el lanzamiento del número de junio, os revelamos los entresijos de la nueva portada, con Raúl como protagonista

A la cita con Raúl González fuimos con una doble ilusión: por un lado, tener una charla distendida con uno de los mejores futbolistas españoles de siempre y por otro, llevarla a portada con una sesión de fotos muy especial. Y es que la imagen de la cubierta de nuestro número 64 está hecha con un iPhone 7 Plus, en el modo Retrato.

Modo NORMAL | Modo RETRATO

El encuentro tuvo lugar en el Hotel Eurobuilding de Madrid. Quién mejor que Raúl para nuestra entrevista principal de un dossier dedicado a la vida después del fútbol. Él, que ha sido uno de los más grandes con las botas puestas y que, no hace mucho, tuvo que vivir la dura decisión de colgarlas. El ex futbolista acababa de aterrizar procedente de Nueva York y nos concedió el poco tiempo del que disponía en su paso por la capital. La charla se prolongó por más de una hora y no pudo ser más fructífera: hablamos de sus inicios, del trance de la retirada, de Totti, de sus recuerdos en el Real Madrid, de su periplo alrededor del mundo y del futuro que tiene por delante.

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Para la sesión de fotos, el reto era aún mayor. Había que conseguir hacer una portada al estilo ‘Panenka’, utilizando el modo Retrato del iPhone 7 Plus, y con los elementos mínimos de iluminación -debía ser bajo luz natural- y retoques fotográficos -solo los propios del iPhone-. Para ello barajamos alternativas en diversas ubicaciones, pero finalmente dimos con una fórmula infalible: aprovechar la suave claridad del atardecer con las vistas del skyline madrileño, desde la azotea del hotel -de 15 plantas-. Lejos de renegar, Raúl se prestó largo y tendido a que nuestro fotógrafo, Alfredo Arias, le inmortalizara desde infinitos ángulos, poses y enfoques, siempre con el iPhone 7 Plus como herramienta de trabajo, lo cual lo hizo todo un poco más fácil.

El resultado final ha quedado bien plasmado en nuestra portada. Pero el vértigo que pasamos desde semejantes alturas, no lo imagina nadie.