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Inesperada ilusión

Conato de orfandad en la delantera bética, con la lesión de Mapi Vilas, hasta que una reconvertida Grace Asantewaa se ha hecho con el mando a base de goles

Es una sensación poética. Expectación desde los cuatro costados del campo de fútbol. Un acierto en toda regla. Un golpe certero a la táctica. Una oda a la improvisación. Grace Asantewaa. Bendita novedad, ya conocida en el fútbol español. Y, sin embargo, su nombre vuelve a saltar a la palestra. Ocupa titulares. Ojos que estas dos últimas semanas se han desplazado hasta Sevilla. Ver nacer a una delantera sin saber si será efímera, eterna o de paso. Pero este corto laxo de tiempo en el que la ilusión se apodera del aficionado es maravilloso. ¿Y si se trata del nacimiento de un nuevo ídolo? Imposible que la hinchada verdiblanca no fantasee con ello.

Curioso inicio de año para el Real Betis. Unos buenos resultados en liga contrastan con el temporal de lesiones que hay en la plantilla. Además, por supuesto, del maldito bicho que ha dejado algo maltrecha a la escuadra verdiblanca. Lo reconoció semanas atrás Juan Carlos Amorós, artífice de esta obra. La lesión de Mari Paz Vilas, única delantera pura en las filas béticas, desmontó el puzle. Y de forma casi espontánea llegó la salvación. Sería injusto hacer creer que nadie conocía a la futbolista ghanesa. Pero muy pocos hubiesen visto clara la apuesta de la jugadora en la parcela ofensiva. Un movimiento a la desesperada. Un todo o nada que ha acabado siéndolo todo. Una última mano -y muy buena- que de momento está dándole alas al Betis.

Y es que Asantewaa llegó esta misma temporada procedente del LUX Logroño. El cuadro que perdía la categoría vio como varias de sus futbolistas también se emancipaban. Grace, de tan solo 21 años, fue a parar a Sevilla. Su potencia, su velocidad y su gran capacidad de cubrir espacios la convertían en una futbolista total, capaz de sacrificarse en tareas defensivas, pero también de llevar el peligro hasta áreas rivales. Una de estas futbolistas totales, que se diría. Amorós la convirtió en una pieza importante de la plantilla y, cuando las necesidades apremiaban, Asantewaa emergía cual comodín en la baraja de cartas. Ocupó durante jornadas, y a muy buen nivel, el carril izquierdo hasta asentarse en esa parcela del campo. Y sin embargo, con el año nuevo también llegó su cambio en la demarcación. En la visita al Levante, donde el Betis ganaría por 1-0 con gol de una resurgida Eva Llamas, Mari Paz Vilas se retiró del terreno de juego.

 

Sus carreras a la espalda de la defensa y su diestra cuando manda a definir la están convirtiendo en el nuevo ídolo de las gargantas verdiblancas

 

Juan Carlos Amorós había plantado una semilla de ilusión sobre el verde que comenzó a germinar en Bilbao. Llegó el gol de Asantewaa y, con este, las primeras campanas al vuelo. El plan comenzó a funcionar y tanto equipo como afición, a creer. Ante el Eibar, la expectación no ha hecho más que crecer. Sus dos goles, los nuevos tres puntos y otro premio más a mejor jugadora del encuentro han provocado esa alegría comedida. Ese nerviosismo del ‘¿Y si sí?’. Cogiendo a contrapié a la gran mayoría, la de Ghana se ha hecho con esa posición de nueve, con la misma potencia y trabajo que venía haciendo en las anteriores demarcaciones.

La mitad de goles que ha convertido esta temporada los ha hecho en estas dos últimas jornadas… Y con lo caro que va el gol en este deporte, en la Ciudad Deportiva Luís del Sol se frotan las manos con lo que podría llegar a ser Grace. En la espalda luce el ’15’, un dorsal poco llamativo para una futbolista que en todo este tiempo se ha dedicado a trabajar en silencio. Y han sido sus actuaciones las que han levantado la voz. Sus carreras a la espalda de la defensa y su diestra cuando manda a definir la están convirtiendo en el nuevo ídolo de las gargantas verdiblancas. Si la afición conectó con la ghanesa gracias al sacrificio demostrado sobre el campo, estas últimas actuaciones no han hecho más que ampliar el crédito que la jugadora se había ganado. Porque, además de fútbol, lo que genera es impagable. De hecho, el equipo transita por el campeonato sin tener que sortear las curvas del descenso como hiciese la temporada anterior.

Y en eso reside, también, la magia del fútbol. Una incertidumbre que no deja de ser maravillosa. Ilusionarse con tanto y a la vez con tan poco, tras superar una época de penurias. Descubrir un nuevo aliciente por el que asistir al estadio cada fin de semana o tratar de sintonizar el partido cuando este se emite. Animar para que el sueño que uno proyecta se cumpla en las botas de la futbolista. Una promesa de las que gustaría que se cumpliesen. La afición bética, soñadora casi por obligación, ha encontrado en la puntería de la ghanesa un nuevo motivo al que agarrarse. Bendita sorpresa. Inesperada ilusión. Grace Asantewaa.

 


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Fotografía de portada: @RealBetisFem (Twitter).