“Bona nit i benvinguts a l’estadi”, una frase que ya se ha convertido en parte del imaginario azulgrana y que el entrañable Manel Vich, una de las figuras más queridas de Can Barça, viene repitiendo cada domingo de partido desde el año 1956, cuando el equipo aún jugaba en el campo de Les Corts. Cincuenta y cuatro temporadas (¡y tan solo tres jornadas de baja!) recitando la alineación. “Con el número uno, Víctor Valdés”, un segundo de pausa y el Camp Nou, al unísono, contesta con un gutural “oeeeeehhhh”. Y así hasta completar el once titular. La voz del Barça me cita en la que fue su oficina profesional (no su localidad en el estadio culé, sino un despacho en la parte alta de la ciudad). Allí, antes de iniciar la conversación, me pregunta si fumo, y casi sin tiempo para responderle me alarga uno de sus Malboro. “Esto me cuida la voz”, dice socarrón. “Aun así, estoy a favor de prohibir fumar en el Camp Nou”.
– Cuando era pequeño, ¿qué quería ser de mayor?
Bombero, pero crecí y las cosas fueron por otro lado. Pero de pequeño me fascinaban los bomberos. En aquellos tiempos, ver un coche de bomberos corriendo por las calles de la ciudad era todo un espectáculo.
– Y yo que pensaba que me diría que quería ser futbolista.
Lo intenté, pero era muy malo (risas).
– Y siempre del Barça.
¿Se puede ser de otro equipo? (Ríe). Mi padre ya era muy del Barça y de ahí vino mi afición. Era muy pequeño, cuando empecé a ir a verlos jugar. Entonces el campo era el de Les Corts. No sé si fue el primer partido al que fui, pero tengo grabado en la memoria un 8-0 contra el Sporting de Gijón. Recuerdo verlo desde aquella grada donde estábamos como sardinas en lata. Otro partido del que guardo imágenes es un amistoso contra un combinado de las principales figuras del fútbol de la época, entre ellas Di Stéfano. Entonces tenía siete u ocho años y nunca me hubiera imaginado que podría acabar formando parte de este club.
– En aquella época, ¿había speaker en el estadio de Les Corts?
Sí, pero no era un persona fija, sino que hoy lo hacía uno y mañana, otro. Hasta que llegué yo.
– ¿Qué es para usted el Barça?
El Barça es más que un sentimiento. A nivel personal, el Barça es, indudablemente, una parte muy importante de mi vida, pero más allá de eso, el Barça es parte de un país, parte de una historia. Es un sentimiento tan grande que casi no se puede definir. El Barça se puede ver, pero sólo entenderás qué representa si lo vives. Actualmente, el Barça es el club más importante del mundo, y con eso está todo dicho. En cualquier rincón del planeta encontrarás a alguien con una camiseta del Barça, es increíble. Cuando te das cuenta de la dimensión que ha adquirido el club se te pone la piel de gallina.
– Con esta voz suya tan impotente, ¿cómo es que no se dedicó a la radio?
Lo hice durante un tiempo, pero en emisoras locales. Después hice alguna cosilla en Radio Nacional y también doblaje cinematográfico, pero todo muy anecdótico. Eran otros tiempos y de eso no comía nadie. Tenía que ganarme el pan, y toda la vida trabajé de representante comercial de ropa para niños. Con todo, quien ha probado la radio sabe que es un veneno del que no te puedes curar. Ni tele, ni periódicos, ni ahora internet; como la radio no hay nada.
– ¿Es de los que ve el partido escuchando la radio?
No sólo veo los partidos escuchando la radio, sino que me voy a dormir escuchando la radio y me levanto escuchando la radio. En aquellos tiempos dormía con José María García y ahora lo hago escuchando a Joan Maria Pou. Y durante los partidos, escucho al maestro Puyal, que es quien me informa de los cambios y de todas las novedades que hay sobre el césped. Desde mi posición, muchas veces los cambios ni se ven, así que, antes de equivocarme de jugador, prefiero escuchar qué dice la radio.
– ¿Como llegó a ser la voz del Barça?
Como casi todo en la vida, por una casualidad. Estaba haciendo de locutor deportivo en una emisora local cuando un día, estando en el estadio, se había de anunciar por megafonía que al terminar el partido se le daría un regalo a un seguidor. Me pidieron si podía hacerlo yo y dije que sí. Me vieron un chaval con ganas de hacer cosas y me propusieron volver la siguiente jornada. Ya no lo dejé de hacer.
– ¿Cuál fue el primer partido que dio la bienvenida al estadio?
No lo recuerdo. Hace cincuenta y cuatro años de aquello y en esos momentos tampoco sabía si continuaría o no, o si sería algo de un único día. Si hubiera sabido que continuaría, hubiera guardado todas las alineaciones, desde la primera. Quién me diría que haría durante tanto tiempo este trabajo. Sí que recuerdo la sensación de temblor de piernas del primer día, y eso que era el campo de Les Corts. Más tarde vendría el Camp Nou y luego la ampliación del estadio, cada vez más gente, cada vez más grande.
– Una dedicación por la que nunca ha cobrado un duro.
Así es. Como he dicho, el Barça es más que un sentimiento y contra los sentimientos no se puede luchar. Es una gran satisfacción que el Barça haya confiado en mí a lo largo de todos estos años, y más importante que la remuneración es el sentimiento barcelonista. Si he aportado, aunque sea un pequeño grano de arena, para que el Barça funcione y sea el mejor club del mundo, ya me doy por bien pagado.
– ¿Nunca le han hecho ninguna oferta para cambiar de equipo?
No. Ojalá me hubieran hecho una oferta del Madrid de dos millones de pesetas por partido, como dicen que le hicieron al speaker del Zaragoza para cambiar de equipo.
– ¡Ahora no me dirá que hubiera fichado por el Madrid!
Me estás poniendo en un compromiso (ríe). Una cosa son las pelas y otra los sentimientos. Pero no, nunca hubiera ido al Madrid.
“No sólo veo los partidos escuchando la radio, sino que me voy a dormir escuchando la radio y me levanto escuchando la radio”
– ¿Tiene amistad con las voces de los otros clubes?
Conozco algunos, no muchos, pero con estos hay muy buena amistad. Te diría que conozco más a los extranjeros que a los de aquí. Desde que la UEFA obliga a que cada equipo lleve a su speaker a las finales, he tenido la oportunidad de conocer las voces de equipos como el Arsenal o el Manchester. Nadie me hizo caso, pero hace años propuse a la Federación Española de Fútbol y la LFP hacer un encuentro de todos los speakers de Primera División. Así nos podríamos conocer y cambiar impresiones. Pero, como he dicho, nadie me hizo caso.
– Dentro de su gremio hay auténticos artistas, como el speaker del Betis, Manolo Melado, todo un fenómeno.
El del Betis, justamente, es un gran amigo mío. Tiene toda la gracia del carácter andaluz, y eso se nota cuando da las alineaciones. Se inventa unos pareados increíbles. No sólo es una gran persona y un gran profesional, sino que es un gran poeta, un gran novelista, un gran músico y, sobre todo, un gran barbero.
– Usted es historia viva del Barça.
Si quieres decirlo así… Llevo cincuenta y cuatro años en el Barça, pero nada más.
– ¿Le parecen pocos? Seguramente es la persona que lleva más temporadas en el club.
Pues no lo sé, pero podría ser. No sé si soy el más antiguo o todavía hay alguien que lleve más años que yo, pero mientras el cuerpo aguante allí estaré siempre que haya partido.
– Kubalista de toda la vida, ¿verdad?
Kubala era mi ídolo. Piensa que por su culpa tuvimos que dejar Les Corts, un estadio que hizo pequeño, y construir el Camp Nou. Un auténtico ídolo, pero no sólo como jugador sino también como persona. Un hombre muy sencillo y fantástico. Menos a Pelé y Di Stéfano, hemos tenido a los mejores jugadores de la historia del fútbol.
– Cree que a Di Stéfano se lo robaron…
Cierto. Sea como fuere, salvo algún amistoso en el que vistió la camiseta del Barça, no lo tuvimos. Es igual, ahora tenemos a Messi. Y no sólo a él, sino que también Iniesta y tantos otros surgidos de la cantera que son barcelonistas de corazón. Y los que vienen de fuera, que también se acaban contagiando de este sentimiento. Este Barça es un milagro.
[El fragmento de la entrevista que sigue a continuación debe entenderse en clave pasado. La charla entre periodista y entrevistado tuvo lugar en 2011, justo antes de que el Barcelona de Pep Guardiola se desplazase hasta Wembley para jugar la final de la Champions League contra el Manchester United]
– Usted que ha visto muchos y sabe mucho de fútbol, ¿este es el mejor Barça de la historia?
Yo creo que sí, aunque habrá que te dirán el Dream Team o el Barça de las cinco copas.
– Pero seguramente lo que hace grande el equipo actual es que sintetiza todo lo que significa el Barça.
Totalmente, empezando por lo que ahora se ha puesto de moda: los valores. Hoy en día es imposible no amar a todos los jugadores. Tenemos la gran suerte que los hemos visto crecer a casi todos. Piensa en jugadores como Iniesta, que dejaron su casa cuando eran muy pequeños y en el Barça encontraron su segunda familia.
– A todos estos no les hace debutar Pep Guardiola sino usted, que si no los anuncia no saltan al campo.
Y verlos debutar me hace una ilusión muy especial. Para los que conocemos la casa y sabemos el esfuerzo que todos estos chicos han tenido que hacer para llegar allí es un momento único. Sabemos qué cara tienen los debutan, pero son muchos más los que, desgraciadamente, se quedan por el camino y no pueden realizar su sueño. El jugador que hoy en día debuta con el Barça y puede formar parte de esta plantilla no sabe qué tiene. Y no hablo de temas económicos, porque llegando al primer equipo ya tienen la vida resuelta, sino de la satisfacción de llevar esta camiseta y defender estos colores. Piensa en los miles de niños que cada vez que hay un desfile de celebración salen a la calle con la camiseta del Barça. Todos ellos tienen el mismo sueño, poder llegar a jugar un día sobre el césped del Camp Nou.
– Cómo han cambiado las cosas en los últimos años. ¡Los culés ya no sufren!
¡Y tanto! Llevamos unos años fantásticos. Para alguien de mi generación es casi increíble. Y en estos tiempos de éxito no nos deberíamos olvidar de todos aquellos que trabajan en el fútbol formativo del Barça, los responsables de modelar las estrellas del futuro.
– Y el día 28, en Wembley.
Será un partido muy emotivo para mí, ya no sólo porque jugamos una final de la Champions, sino porque justamente debuté internacionalmente y en catalán en la final de 1992 en Wembley. No será el mismo campo, porque lo han hecho nuevo, pero sigue siendo Wembley, un monumento al fútbol. Poder hablar catalán, y decir: “Bona nit i benvinguts a Londres”, será demasiado. ¿Qué haremos? Te lo diré el día 29, pero será un partido muy bonito, porque los ingleses irán a jugar al fútbol, no como otros. Será un partido muy abierto de dos equipos que van a buscar el gol. Estoy seguro de que será una de las mejores finales de los últimos tiempos.
– Esto de colgar las botas, usted ni pensarlo, ¿verdad?
No. Mientras la voz y el club quieran, continuaré.
Fotos de Carles Rodríguez