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Con el permiso de Geyse

La delantera brasileña, que ha marcado la friolera de ocho goles en los últimos cuatro encuentros, está siendo vital para el Madrid CFF

Geyse Ferreira frente al Espanyol en un duelo de la temporada pasada | Àlex Pérez

“¡Sigue, ‘Gey’! ¡Sigue ahí!”, exclama Víctor Miguel Fernández, técnico del Madrid CFF. No es baladí, ese grito que resuena por encima de los vítores de los aficionados en la Ciudad Deportiva Luís del Sol. Esa exclamación casi ahogada es la de la esperanza. La de la tranquilidad. Porque él confía. Y en gran parte, de eso va este deporte. De confianza. La misma que hay que tener para colar un balón desde una esquina del campo tras sortear la más que cuestionable salida de la Thalmann. Pero eso es Geyse Ferreira: Un cántaro de confianza del que beben en la Calle Vía Carpetana.

No es flor de un día, la brasileña nacida en Maragogi. De hecho, la delantera de 23 años se ha colocado como máxima anotadora de esta edición de la liga, empatada a goles con Oshoala. Eran cuatro los goles que había convertido antes de llegar a este fin de semana. Endosó un doblete al Rayo Vallecano en el derbi, para acabar de hundir al club de la franja. Sumó uno más, para salvar un empate ante el Sevilla y, por último, también fue la responsable de anotar el tanto ante el Atlético de Madrid que firmaría las tablas en el marcador.

Y, sin embargo, no ha sido fácil para Ferreira encontrar ese idilio con el esférico. Su estancia en Madrid arrancó en 2017. Por aquel entonces, la futbolista llegaba procedente del Corinthians y se convertía en una de las apuestas ‘brasileiras‘ del club de fútbol femenino. Sin embargo, esa primera estancia en la capital no fue la más prolífica. Era el debut del Madrid CFF en la máxima división del fútbol femenino español y Geyse apenas jugó once encuentros en los que solo vio puerta en dos ocasiones.

Es por eso que, un año después, la emergente goleadora salió de la capital con destino a Portugal. Allí se encontró con compatriotas con las que compartió vestuarios y goleadas. En aquel entonces, el Benfica andaba en su escalada hacia la máxima categoría de fútbol portugués. Fue un año de muchas emociones y, por encima de todo, goles. Porque allí rompieron el récord de tantos en un partido tras endosar 32 al Pego. Geyse anotó tres; su compatriota Darlene, diez. Por aquel entonces, sumaban 257 goles en apenas 14 duelos. Toda una hazaña que concluyó con Ferreira marcando un total de 49 tantos en 30 choques.

Su regreso a la capital se produjo un año después y con la pólvora cargada tras un año prolífico. Con el Benfica en lo más alto, Geyse regresó al centro de la península para enrolarse de nuevo en las filas del Madrid CFF. Y sin embargo, la temporada volvió a complicarse más de lo debido. En esta ocasión, colapsaba el mundo por culpa de la pandemia. Sin embargo, y hasta la fecha de la suspensión, el papel de las madrileñas en el campeonato no había sido especialmente lustroso. Finalizaron en la 13ª posición. Una dinámica que sí que cambiaría a partir del siguiente curso.

 

¿Cómo es posible que un equipo que ha marcado cuatro goles en su propio campo acabe perdiendo? La respuesta está en la futbolista de Alagoas

 

El nuevo año no empezó bien para Geyse. La brasileña partía como la referencia ofensiva y todo se truncó en un fortuito lance del juego en Tenerife. Una acción que la tendría en el dique seco dos meses. Volvió a principios de diciembre y no fue hasta mitad del mes cuando sumó su primer tanto a su cuenta particular. Arropada por sus compatriotas brasileñas y por el resto de la plantilla, la joven delantera finalizó el curso anotando cerca de una decena de goles. Tantos que le sirvieron al equipo para ocupar la séptima posición y acabar, por vez primera, en la mitad superior de la clasificación.

Y así se llegó a esta edición. Si en el curso anterior, Geyse Ferreira necesitó cerca de 20 encuentros para sumar ocho goles, en esta nueva temporada tan solo ha necesitado seis. Cuatro jornadas, si tenemos en cuenta que todos los ha hecho de forma consecutiva tras no ver puerta en las dos primeras citas ligueras. Tras los goles mencionados ante Rayo, Atlético y Sevilla, fue el Real Betis Féminas quien sufrió a una atacante totalmente desenfrenada. ¿Cómo es posible que un equipo que ha marcado cuatro goles en su propio campo acabe perdiendo? La respuesta está en la futbolista de Alagoas. Convirtió cuatro dianas de todos los colores que, sumadas al tanto de Gabi Nunes, hacían la manita.

Sin medianías, a diferencia de cursos anteriores, Geyse ha sacado a relucir su potencial. Ya son cuatro las rivales que se marchan cariacontecidas del verde al ver cómo la brasileña perfora sus redes. Goles que, lejos de ser anecdóticos, dan victorias y salvan puntos. De hecho, la delantera ha sido la encargada de convertir la mitad de las dianas que su equipo ha anotado en esta edición hasta el momento. Tantos que no dejan de llenar de confianza a una goleadora que no lo ha tenido fácil para abrirse un hueco en la Primera División del fútbol femenino español.

“¡Vamos, Gey! ¡Chuta!”, le gritan tanto las compañeras desde el verde como el cuerpo técnico desde la banda. Conscientes de su momento actual, a Geyse se le caen los goles hasta el punto de competir en lo alto de la clasificación con Oshoala, la delantera del Barcelona. Algo nada sencillo, teniendo en cuenta que las catalanas anotan más de cinco goles por partido. Y eso le da todavía más mérito a Geyse. No se arruga. No se esconde. Si el partido se pone difícil, allá que salen sus carreras. Allá que aparece en el área. Los nervios que caen en forma de sudor por la frente de las defensoras. El regate, el amago, la potencia. Y el destino del balón alojado la red. Y celebra. Celebra por ver el balón en la malla blanca. Celebra porque, como el resto de delanteras, bebe del gol. Y porque quizás no acabará siendo la máxima anotadora. Y sin embargo, a este ritmo, quien quiera superar sus registros goleadores deberá hacerlo con su permiso. Con el permiso de Geyse.

 


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Fotografía de Àlex Pérez.